Las bajas temperaturas no han congelado a la princesa Mette-Marit el corazón. Más bien, todo lo contrario. Ha aprovechado los grados bajo cero para bombear con toda intensidad solidaridad hacia los más desfavorecidos compartiendo con ellos una divertida jornada en la nieve.
La esposa del príncipe Haakon lo pasó en grande esquiando y deslizándose en trineo con los residentes de un centro de refugiados en la localidad de Hvalstad. Una jornada solidaria en la que pudimos ver cómo la Princesa se integró en el grupo participando como una más en todas las actividades, tendiendo la mano a su equipo cuando necesitaba ayuda e incluso compartiendo unas salchichas de almuerzo alrededor del fuego, mientras se tomaban un descanso tras un día agotador en la nieve.