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Rocío Jurado

Fue una de las mejores voces de nuestro país. La más grande, la Chipionera, la Insuperable… De ese tipo de artistas que nace cada 100 años y que son tan irrepetibles como irremplazables. Se casó dos veces y disfrutó de la vida, pero se fue demasiado pronto y aunque su corazón se apagó para siempre un 1 de junio de 2006 su voz aún continúa sonando como una ola


Actualizado 23 de abril de 2024 - 9:00 CEST
Chipiona, Cádiz

María del Rocío Trinidad Mohedano Jurado, conocida como Rocío Jurado, nació el 18 de septiembre de 1943 en Chipiona, Cádiz. Criada en el seno de una familia de clase media, la futura estrella heredó su pasión por la música de sus progenitores. Su padre, Fernando Mohedano Crespo, era zapatero y cantaor de flamenco en sus ratos libres y su madre, Rosario Jurado Bernal, era ama de casa y cantante aficionada de la música española.

Sus primeros pasos como artista

La mayor de tres hermanos, Gloria (1950) y Amador(1953), su vida cambió cuando con apenas 16 años asistió a un concurso de canto en Radio Nacional de España. Su talento hizo que el jurado la animase a buscar una vida de artista en Madrid, y así lo hizo. Pronto su fama se volvió internacional: organizó una gira por Latinoamérica y ya había publicado tres álbumes antes de que lanzara en 1982 su gran éxito Como una ola, de un estilo más comercial comparado con otros de sus temas.

Voz, rostro y temperamento. Todo parecía brillar ante el poderío de una mujer que fue construyendo su carrera a golpe de trabajo. Infatigable y entregada a un público que la seguía sin descanso, Rocío se fue haciendo un nombre y un hueco en el corazón de todos los españoles.

En los años sesenta se dio a conocer por sus intervenciones en el cine. Con Manolo Escobar de galán, en películas como Los guerrilleros, Rocío Jurado compatibilizó celuloide y escenarios en un viaje sin retorno hacia la fama. A finales de la década de los sesenta fue nombrada lady España y lady Europa, todo un honor para una estrella que viajaba sin descanso por ese mundo que aún tenía que rendirse a su fuerza.

¿Quién fue el gran amor de Rocío Jurado?

Cuando el amor la llamó, y cómo no si sus grandes temas iban indisolublemente unidos a los sentimientos, ella estaba preparada. El 21 de mayo de 1976, Rocío Jurado y Pedro Carrasco se dieron el ‘sí, quiero’, en el Santuario de la Virgen de Regla, en Cádiz. La pareja se había conocido unos años antes, en la Plaza de Toros Las Ventas de Madrid, y lo suyo fue amor a primera vista. Cada uno estaba conociendo el éxito profesional, dentro y fuera de España: por aquel entonces, el boxeador ya tenía mucho renombre en nuestro país, y la cantante tenía seguidores en todos los lugares del mundo.

Su hija, Rocío Carrasco

Un año después de casarse, el 29 de abril de 1977, vino al mundo Rocío, la primera y única hija de Rocío Jurado tuvo con Pedro Carrasco, a pesar de sus deseos de formar una familia numerosa. "Esto es lo más grande que hay en el mundo", declaraba la cantante a ¡HOLA! en una entrevista que concedieron pocas horas después del parto.

Pero el amor se les rompió de tanto usarlo. La separación fue un hecho... Sin embargo, lograron alejarse de la polémica y los reproches cruzados. Él se portó como un señor y ella como una señora. Todo por su hija y ese afecto que se guarda cuando todo parece perdido.

Su historia de amor con Ortega Cano

En el año 1992, los ojos de Rocío volvieron a brillar de pasión y ganas de vivir la vida con la intensidad que requiere su carácter. Se había enamorado. Y esta vez de un matador de toros: José Ortega Cano que se entregó a la mujer, a la estrella de manera incondicional. Dos años después Rocío Jurado obtuvo la nulidad matrimonial de Pedro Carrasco y con ello el camino libre para poder casarse de nuevo. El 17 de febrero de 1995, 'La más grande' y el torero español pasaban por el altar en una preciosa ceremonia que congregó a más de mil quinientos invitados del mundo del toreo y de la música. El enlace tuvo lugar en 'Yerbabuena', la finca de la pareja, que Ortega Cano vendió hace casi dos décadas.

La llegada de sus dos hijos adoptivos a los 55 años

La felicidad de la pareja se colmó cuando ampliaron la familia. En 1999, cuando la cantante había cumplido ya los 55 años, llegaron a su hogar Gloria Camila y José Fernando, dos niños de origen colombiano adoptados por el matrimonio, que junto con sus nietos, Rocío Flores y David, llenaron la casa de risas infantiles. Sin embargo, cinco años después la vida de la más grande se truncó. El 17 de septiembre de 2004 y tras convocar a los medios de comunicación en su residencia madrileña, Rocío anunciaría que padecía cáncer de páncreas.

Su enfermedad: cáncer de páncreas

Después de conocer la noticia de su enfermedad, Rocío aseguró que iba a tratarse pero no por ello iba a dejar de cantar. Luchadora hasta el final, la artista continuaría con sus obligaciones en la medida en que le fuera posible. Sería en 2005 cuando daría su último concierto, en un evento televisivo, Rocío...siempre, donde recibió el apoyo de muchos profesionales del sector musical.

En enero de 2006, la 'Chipionera' decide poner todos los medios posibles a su enfermedad e ingresa en el Hospital MD Anderson, en Houston, para someterse a una revisión y a una pequeña intervención quirúrgica. Durante su estancia en el centro, Rocío, quien siempre estuvo arropada por su familia, tuvo que ser ingresada de urgencia tras sufrir una reacción alérgica a uno de los medicamentos de la quimioterapia, lo que le hizo retrasar su esperada vuelta a España, la cual no se produjo hasta el mes de marzo.

Sus últimos días

Nada más pisar suelo español, la cantante, a la que le fue concedida la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, fue trasladada en el interior de una UVI móvil al hospital madrileño Montepríncipe. Tras una larga lucha contra el cáncer la voz de Rocío Jurado se apagó, rodeada de su familia, en su domicilio de Madrid el 1 de junio de 2006 a las 5.15 de la madrugada. ‘Se ha ido tranquila’, declaró su hermano y representante, Amador Mohedano los periodistas que esperaban a las puertas de 'Villa Jurado'. España entera lloró su pérdida, y se oficiaron numerosas misas en su honor: una en su Chipiona natal, en Madrid, Miami, y en Sevilla.

La capilla ardiente de la cantante se instaló en el Centro Cultural de la Villa de Madrid por donde pasaron cientos de personas a dar su último adiós a la más Grande. Horas después el cuerpo de Rocío Jurado fue trasladado a Chipiona (Cádiz) para darle sepultura en el cementerio municipal de San José.

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