Pertegaz

El propio Pertegaz resume en esta frase su gran pasión: "Mi vida ha estado por completo dedicada a la moda. Es éste un duro y apasionante trabajo que requiere facultades, fortaleza, resistencia y la fuerza de un coloso, de un gigante... Pero ha merecido la pena, siempre rodeado de grandes mujeres".

Su primer trabajo relacionado con la moda fue a edad temprana, a los 12 años, cuando entró a trabajar en una tienda de ropa tras la que pasó a la sastrería de Angulo, donde se acababa de abrir una sección de ropa de mujer. En este establecimiento descubrió su gran vocación, que practicaba haciendo vestidos para su hermana en sus ratos libres.
En 1942 abrió su primera casa de costura en la Diagonal de Barcelona. Su gran éxito le llevó a inaugurar, en 1948, otro establecimiento, aunque esta vez en Madrid, con lo que su fama se extendió por todo el país. Es en estos años cuando empieza a viajar al extranjero, concretamente a París, donde se empapa del buen hacer de los modistas radicados en la ciudad del Sena.

Con una sólida reputación a sus espaldas, Pertegaz viaja a Estados Unidos en 1954. Allí recibe el Oscar de la Costura de la Universidad de Harvard.

En 1957, con la muerte de Christian Dior, su nombre fue uno de los barajados para suceder al gran maestro al frente de la casa francesa, pero él prefirió quedarse en España atendiendo su propia firma.

Pertegaz vivió su época de gran esplendor en los años 60, que se vio algo mermada en la década de los 70 hasta el punto de que en 1975 tuvo que cerrar sus talleres de Madrid, en los que trabajaban 700 empleados. Sin embargo, el modista, incansable, prosiguió en Barcelona con sus líneas de complementos, perfumería y 'prêt-à-porter'.

En 1997 Pertegaz creó su primera colección para hombre. Actualmente, supervisa la creación de todas las líneas que se comercializan con su nombre y sigue vistiendo a medida a sus clientas de toda la vida.