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Jose Ramón Andrés

"Mágico, muy mágico". Así es como José Ramón Andrés define cada uno de los platos que cocina. Un adjetivo que también podría definir su abierta y espontánea personalidad. Este asturiano, ganador del premio al 'Mejor Chef de Medio Estados Unidos', empezó en el mundo de la cocina de la mano de Ferran Adrià, aunque ha sido en Washington donde ha cosechado la mayoría de sus éxitos. Una ciudad en la que hoy día dirige seis restaurantes. Además, próximamente presentará un espacio de cocina en la pequeña pantalla.


7 de noviembre de 2006 - 14:12 CET

Los más aficionados a la gastronomía lo conocen por su éxito en Estados Unidos y los demás empezarán a ver su cara próximamente en Televisión Española, ya que José Ramón Andrés se convertirá en "el cocinero de la tele", compartiendo así parrilla con el célebre Karlos Arguiñano. Y es que al igual que al cocinero vasco, a Andrés le viene el gusto por la cocina desde muy niño.

Una vez finalizados sus estudios de hostelería, quiso perfeccionarse en uno de los restaurantes más prestigiosos de España, El Bulli. Allí aprendió desde cómo cortar de la mejor manera una patata hasta elaborar deliciosas obras de arte culinarias. Ferran Adrià ha sido para él más que un maestro y, en la actualidad, guardan una estrecha relación de amistad. En 1993, su espíritu inquieto y aventurero le movió a marcharse a Estados Unidos a investigar lo que se estaba 'cociendo" en las cocinas norteamericanas. Y fue en su capital, Washington, donde abrió su ya famoso 'Jaleo', un local en el que la cocina española-mediterranea es la protagonista.

Pero como todo genio, también tiene sus propias creaciones culinarias. De hecho en sus otros tres restaurantes (el griego Zaytinya, el mejicano Oyemal y Café Atlántico, de cocina caribeña), es donde elabora sus platos más vanguardistas. Estos tres lugares, dignos de visitar por su cuidada decoración, se han convertido en unos de los locales más chic de la capital estadounidense.

Por otro lado, este joven cocinero ha demostrado que cocina y solidaridad pueden ir de la mano. El gran corazón de Andrés le ha llevado a frecuentar los lugares más desfavorecidos económicamente para enseñar a cocinar platos por menos de un dólar. Asimismo, la comida que no se sirve en sus restaurantes se envía a diario a comedores benéficos.

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