El 1 de mayo se celebra el Día de la Salud Mental Materna. Su objetivo es incrementar la conciencia sobre los problemas de salud mental que padecen las madres en el periodo perinatal (justo antes o después del nacimiento).
Los trastornos de salud mental en esta etapa afectan aproximadamente al 20-25% de las madres y sus bebés, pero si consideramos otros problemas como la ansiedad, el estrés, la depresión leve o traumas derivados del parto, estas cifras aumentan considerablemente, según señala el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal (IESMP).
“La salud mental de las madres tiene un impacto significativo en el embarazo, el parto y el desarrollo físico y emocional de los bebés. Si las madres no están bien, el bienestar psicológico de los bebés puede verse afectado, a veces de forma duradera”, sostiene Ibone Olza, psiquiatra perinatal y directora del IESMP.
¿Cómo se puede favorecer la salud mental de la madre en estos momentos en que se encuentra tan vulnerable?
1. Protegerse ante la depresión posparto
“Las causas de la depresión postparto son multifactoriales; confluyen varios elementos en la salud mental materna, desde la propia biografía de la madre, si se han cursado episodios depresivos previos, pasando por el tipo de parto y la vivencia del mismo, si ha habido separación tras el nacimiento de su bebé u hospitalización; así como las expectativas propias, familiares y sociales sobre el nuevo nacimiento, los ideales de maternidad o la red de apoyo con la que cuenta la diada (madre-bebé)”, detalla Paloma Serrano, psicóloga perinatal y educadora social del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal.
Además, hay que tener en cuenta que el posparto puede ser un momento vulnerable para el inicio o la recaída en problemas de salud mental.
Así, para prevenir la aparición de la depresión posparto la experta recomienda intervenir desde el embarazo, evitando que la mujer se sienta sola y si es necesario proporcionándole un acompañamiento profesional. “Como sociedad, debemos responsabilizarnos de proteger este momento, acogiendo a la nueva madre y al bebé y atendiendo sus necesidades y ritmos”, insiste.
2. Validar las emociones de la madre
Aunque parece que en la popular cuarentena se resuelve todo el proceso físico y emocional del posparto, no es así. Hay mujeres que necesitan mucho más tiempo. En este periodo, “se atraviesan flujos emocionales (miedo, alegría, tristeza… también soledad) que a veces no son entendidos por los demás, y que, incluso , en muchas ocasiones la madre no verbaliza por miedo a ser juzgada”, destaca Paloma Serrano.
La madre reciente necesita sentirse acompañada, sostenida y validada. Y ahí juegan un papel esencial su pareja y sus familiares. Por ejemplo, en el caso de estos últimos, deberían respetar los ritmos que marque la madre, aceptando el tiempo de adaptación que precise en su hogar y acudiendo a las llamadas de ayuda que pueda formular.
En cuanto a la pareja, “su papel es de sostén y soporte a la díada, desde la escucha activa a la madre y comunicación entre ambos”.
Además, por parte de los profesionales sanitarios, es necesario acompañar a la mujer desde el respeto y la sensibilidad que necesita en este momento vital tan crítico.
3. Favorecer el encuentro con grupos de madres
“Es crucial que existan espacios de encuentro con otras madres en los que compartir acontecimientos que se están viviendo, no solo para hablar de pañales, o de tipos de crema de bebé, que también, sino como espacios de reflexión conjunta y de contención sobre lo que está atravesando por cada una de las participantes. También como espacios distendidos para la risa y el disfrute”, señala Paloma Serrano.
En estos grupos, la madre combate la soledad que puede experimentar en muchos momentos y se siente comprendida por mujeres que están en una situación similar a la suya. Hay grupos de apoyo en el embarazo, en el posparto, grupos de crianza, grupos de apoyo a la lactancia...
4. Ayudarlas a deshacerse de la culpa
La culpa es una pesada carga que atenaza a la mayoría de las madres. “Partimos de algunas pautas de crianza rígidas y aceleradas con los tiempos evolutivos de cada ser humano que interfieren directamente con nuestra propia programación biológica; por tanto, se genera una desconexión de la intuición que se manifiesta en ‘lo que quiero hacer y lo que se espera que haga’. Esto nos acaba generando disonancias que se puede traducir en culpa”, explica la psicóloga perinatal.
En este sentido, su recomendación es felicitar siempre a las madres por lo bien que lo están haciendo, “sea como sea, seguramente, estén dando lo mejor de ellas, con lo que saben, lo que intuyen y los recursos disponibles que tienen en ese momento”.
5. Facilitar una conciliación real
Para muchas mujeres, la vuelta al trabajo es un momento especialmente complicado tras la baja de maternidad. Se sienten, una vez más, culpables y superadas por una logística que no es nada fácil.
Muchas deben tomar esta decisión movidas por aspectos económicos y no emocionales y esto acaba pasando factura. Por otra lado, si la madre continua en periodo de lactancia, debe organizarse para sacarse leche en el trabajo y la mayoría de las empresas no están preparadas para ello.
La conciliación real es, hoy por hoy, un deseo más que una realidad, y esto impacta sobre la salud mental de las madres.
6. Aliviar la carga mental
“En consulta, nos encontramos a muchas madres que hablan sobre esto, sobre la ‘carga mental invisible’, que incluye desde llevar firmada una autorización en la agenda de la guardería/colegio, hasta comprar el regalo para un cumpleaños de un familiar cercano o reclamar una factura de suministros. Esta carga mental provoca un agotamiento que influye incluso en las relaciones del día a día”, advierte Paloma Serrano.
Para mejorar este aspecto, su consejo es apuntar en un sitio visible para todos el listado de tareas pendientes “y llegar a acuerdos para el reparto”, de modo que la madre pueda liberarse de parte de esa carga mental.
7. Proporcionarles más ayuda especializada
Muchas madres recientes no reciben el tratamiento y apoyo necesario por parte de profesionales de la salud mental. Por este motivo, el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal ha elaborado un informe sobre la situación de la atención sanitaria a la salud mental perinatal en España.
Sus conclusiones son que faltan unidades especializadas, y que muchas de ellas dependen del esfuerzo personal de algún profesional implicado. Esta escasez de recursos en España contrasta con la situación de otros países, como Reino Unido, donde se han desarrollado infraestructuras complejas y servicios especializados en salud mental perinatal durante la última década.
Por eso, el IESMP ha puesto en marcha una campaña para solicitar un Plan Nacional de Salud Mental Perinatal en España (www.saludmentalperinatal.es), de forma que las mujeres puedan ser atendidas por especialistas en todo el proceso de maternidad.
8. Favorecer su descanso
El agotamiento físico influye en el bienestar emocional y el agotamiento emocional en el bienestar físico. Es una relación bidireccional, como recuerda Paloma Serrano.
“Durante el postparto, es necesario aprovechar los momentos de descanso del bebé para el descanso también de la madre. Cuando hay hermanos mayores, es entonces el padre, los abuelos, los amigos… quienes tienen que adquirir este rol de cuidadores para facilitar el sueño a la madre”, apunta.
Hay que tener en cuenta que durante el posparto y los primeros años de crianza (e incluso ya en el embarazo), se pueden producir alteraciones de sueño que están ligadas a las necesidades y a los ritmos del bebé. Ahora bien, “cuando hay insomnio repetido por semanas, en las que existe una gran dificultad para conciliar el sueño a pesar de que el bebé está durmiendo y persiste este déficit de descanso, a veces asociado con una inquietud interna, es necesario consultar con profesional sanitario perinatal”.
9. Respetar la forma de crianza de la madre
Las madres suelen estar expuestas al escrutinio y la opinión ajenas. Y esto les genera inseguridad e incomodidad. Hay que permitir que cada una dirija su crianza de la manera en que se sienta más cómoda.
“Saber que cada madre lo hacemos lo mejor que podemos y sabemos en ese momento, es un reconfortador interno”, comenta la psicóloga. “Casi todas las madres decimos ‘si yo hubiese sabido todo esto cuando nació mi hijo’, y es que, todas vamos a cometer errores y éxitos casi sin saberlo, pero es que, precisamente, esto es la vida”, concluye. Por eso, es fundamental dejar a la madre reciente que tome sus propias decisiones, prestando ayuda cuando la pide, pero sin invadir su terreno.
10. No pretender que sean superheroínas
La maternidad está llena de exigencias y autoexigencias que penalizan mucho la salud mental de las mujeres. Pero, “por suerte estamos atravesando un momento histórico en la maternidad en la que muchas madres se plantan y dicen ‘No, no puedo con todo’ o ‘no quiero ser una superheroína”, destaca Paloma Serrano.
Pero ¿qué se puede hacer ante el deseo de perfección que rodea a tantas madres? “Quizás, permitirse seguir nuestros instintos y que ‘todo’ sea el momento presente”, destaca.