Las vacaciones de Navidad son propias de pasarlas en familia. Época de reencuentros, de disfrutar junto a tíos, abuelos, primos… a los que no se ve tan a menudo como cabría desear. A veces, sin embargo, es difícil encontrar una actividad o pasatiempo en el que personas de diferentes generaciones disfruten por igual. ¿Cómo hacer, por ejemplo, que niños pequeños y abuelos jueguen juntos (y que estos últimos no accedan a jugar por obligación)? Pues una de las opciones más recurrentes y con mejores resultados son los juegos de mesa.
Ya sean clásicos o actuales, hay cientos de alternativas para elegir aquellas que más se adecúen a nietos y abuelos, a los gustos de unos y otros. Y eso sin olvidar que con los juegos de mesa trabajamos un sinfín de habilidades que son necesarias tanto en los niños como en las personas de la tercera edad, empezando por las funciones ejecutivas que, como la memoria, los pequeños empiezan a desarrollar y muchos mayores comienzan a comprobar cómo se deteriora. Estas son nuestras propuestas para pasar un rato estupendo en familia estas vacaciones:
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El pachís
¿Qué mejor que un parchís para que nietos y abuelos jueguen juntos? Es un clásico que nunca falla. Los más mayores conocen a la perfección las reglas y los niños las aprenderán fácilmente (si es que nunca antes han echado una partida a este mítico juego). A los más pequeños les vendrá fenomenal para practicar conteo hasta el 20 y para trabajar habilidades como la toma de decisiones, la planificación y la tolerancia a la frustración. Los abuelos, por su parte, ejercitarán la memoria al recordar las reglas.
Edad recomendada: a partir de 4 años
Bingo
El bingo es un juego perfecto para unir generaciones de edades muy diferentes. Sencillo y entretenido, es un tienta la suerte en el que todo depende de los números que caen del bombo, aunque también de la rapidez de respuesta, por lo que es ideal para trabajar, tanto con los niños como con los abuelos, habilidades como la velocidad de procesamiento. Los niños, además, podrán reforzar el conteo hasta el 90.
Edad recomendada: a partir de 5 años
‘El rey de la charca’ (de Falomir Juegos)
Y si optamos por juegos de mesa más actuales, una fantástica opción es El rey de la charca, de Falomir Juegos. Reconocido como El mejor juego de autor español en la categoría infantil en los Premios Corona Lúdila, es perfecto para que niños y abuelos ejerciten su memoria. Cada jugador tendrá de una ficha con forma de rana que, tras tirar un dado de colores, saltará de nenúfar en nenúfar; cada vez que caiga en una ficha-nenúfar, el jugador le dará la vuelta y desvelará qué bicho esconde detrás. Si el bicho es del mismo color que ha salido en el dado, la rana ‘se lo comerá’ y el jugador se quedará la ficha; de lo contrario, volverá a darle la vuelta. Gana el jugador que logre comerse antes los cinco tipos de insecto, por lo que acordarse de los que han salido y se han quedado en el tablero será la gran baza para alzarse con la victoria.
Edad recomendada: a partir de 5 años
‘Cakes’ (de Átomo)
Si lo que buscas es un juego divertido, Cakes, de Átomo Games, se lleva la palma. El objetivo es hacer una tarta de diez pisos con una serie de cartas de cobertura y otras de lo más apetitosas en forma de pastel, pero… ¡no es tan fácil! Hay que intentar ser el más rápido a la vez que el más cuidadoso porque, si con las prisas se cae parte del pastel… ¡tendrás que volver a empezar! Las risas están aseguradas. Dispone, además, de un timbre que hará sonar el jugador más rápido (y que encantará a los niños). Es un juego de habilidad en el que unos y otros lo pasarán en grande.
Edad recomendada: a partir de 5 años
‘Dobble’ (de Asmodee)
Un juego educativo utilizado, incluso, en muchos gabinetes de psicología tanto infantil como para adultos. Trabaja, sobre todo, la velocidad de procesamiento y de respuesta, por lo que es perfecto para potenciarla en los niños y para ejercitarla y fortalecerla en los abuelos. El juego está elaborado de tal manera que, salga la carta que salga, siempre habrá un elemento (solo uno) que se repetirá en dos cartas elegidas al azar. El primero de los jugadores que vea la coincidencia entre la carta que tiene en su poder y la carta del centro de la mesa, se la queda. Gana el jugador que más cartas haya reunido (aunque en otras variantes del juego es al contrario y gana el primero que se haya desecho de todas las que le habían repartido).
Edad recomendada: a partir de 4 años
‘Slapzi’ (de Lúdilo)
Otro juego muy interesante tanto para pasarlo bien como para trabajar ciertas habilidades es Spalzi, de Lúdilo. Por un lado se ejercita la velocidad de procesamiento y, por otro, la lógica y el vocabulario. Cada vez que salga una carta-pista (incluye una característica que se puede aplicar a muchas de las cartas que se han repartido entre los jugadores), ganará la tirada aquel que logre antes asociar una de sus cartas (con imágenes reales de objetos de todo tipo) a la pista en cuestión. La victoria de la partida será para el jugador que antes se deshaga de todas sus cartas.
Edad recomendada: a partir de 6 años
‘Cucu Tras. ¿Qué hay detrás?’ (de Mercurio)
Un juego de lo más entretenido que favorecerá la concentración, la percepción visual y la memoria de trabajo, tan necesaria para niños y personas de la tercera edad. Es una especie de juego de busca las diferencias, pero en el que la memoria entra en juego y desempeña un papel fundamental: se colocan cinco cartas sobre la mesa y, a continuación, los jugadores deberán observarlas con detenimiento, prestando atención a los detalles. Después, deberán cerrar los ojos o darse la vuelta mientras otra persona gira una de las cartas (todas son iguales por delante y por detrás, salvo por una pequeña diferencia que deberán identificar); cuando este diga “¡cucu tras, ¿qué hay detrás?”, los jugadores podrán abrir los ojos. El primero que descubra qué carta se ha volteado, gana la tirada y descartará una de sus cartas. El jugador que antes se quede sin cartas, gana.
Edad recomendada: a partir de 4 años
Dominó
El dominó es otro de esos juegos clásicos que todos los abuelos conocen. Sus reglas son sencillas y, aunque nunca antes nos hayamos parado a pensarlo, ayuda a desarrollar la capacidad de planificación y toma de decisiones, lo que es perfecto para sentar las bases del pensamiento lógico. Ayuda también a reforzar el conteo hasta el 6 y a trabajar la asociación, tan importante para el pensamiento matemático.
Edad recomendada: a partir de 3 años
El Jenga
Volviendo a juegos de toda la vida, Jenga parece no pasar de moda. Con unos simples bloques de madera que son todos exactamente iguales, es posible pasar un rato de lo más entretenido. Es ideal para trabajar la motricidad fina, la concentración y la paciencia, así como la toma de decisiones, puesto que el objetivo es hacer una torre lo más alta posible, quitando los bloques de la parte inferior y colocándolos arriba del todo… ¡sin que se desmorone la torre!