Ir a la playa en familia es una de esas actividades que, casi sin pensarlo ni darnos cuenta, formarán parte de nuestro recuerdo y del de nuestros hijos para siempre. Son momentos de disfrute y de relajación que potencian enormemente los lazos familiares. Si bien será así en la mayoría de los casos, proponemos una serie de juegos (desde clásicos como hacer castillos de arena y recolectar conchas a otros no tan manidos como una búsqueda del tesoro) que fomentarán más el vínculo y harán que la diversión y el entretenimiento estén asegurados. Son los siguientes:
Castillos de arena
Hacer castillos de arena en la playa es tan típico que no podíamos sino comenzar por esta propuesta en nuestras recomendaciones de juegos. Lo disfrutan por igual tanto los niños más pequeños como los más mayores (e incluso los papás) y que además potencia su creatividad y su sentido del tacto; también es una actividad muy idónea para socializar, puesto que suele dar pie a que otros niños se unan al ‘proyecto’ y puedan hacer amigos nuevos.
Recolección de conchas
Es otro de los clásicos del verano en la playa, buscar todo tipo de conchas: lisas, onduladas, grandes, pequeñas, caracolas… E incluso hacer una colección que servirá para hacer agrupaciones y otros muchos juegos (también para minimundos y bandejas sensoriales). En cualquier caso, aunque los niños se desprendan de ellas incluso antes de regresar a casa o al alojamiento turístico, el mero hecho de buscarlas es ya un placer en sí mismo. También aquí se pueden unir más niños y buscar las conchas a modo cooperativo (para conseguir el mayor acopio posible entre todos) o competitivo (jugando a ver quién ha encontrado más).
Hacer un mandala marino
Una de las opciones a hacer con las conchas recolectadas es confeccionar un mandala en la arena de la playa, es decir, hacer formas geométricas de bonitos diseños que, además de fomentar su creatividad y su imaginación, potenciarán su concentración. Por otro lado, se atribuye a los mandalas la capacidad de reducir el estrés y la ansiedad de quien los hace, de modo que, ¿por qué no proponer esta actividad a los niños a última hora de la tarde, cuando ya pensamos en empezar la rutina de la noche? Es posible que es ayude a llegar más relajados a la cama.
Búsqueda del tesoro
Un adulto puede esconder un objeto en la arena sin que miren los niños y proponerles que lo busquen. Puede ser un juego tan sencillo o tan elaborado como queramos (no es necesario un cofre pirata como el de la foto, funciona igual si escondemos la pala, el rastrillo o una concha, por ejemplo): podemos esconderla en un pequeño agujero o bajo un montículo de arena próximo a nosotros o podemos hacer una especie de yincana con pistas por la playa. Lo disfrutarán a lo grande.
Jugar a las palas
Jugar a las palas o con unas raquetas es uno de los juegos más divertidos para niños y adultos. Los más pequeños también lo pueden disfrutar, si bien habrá que pensar en palas adaptadas, ya que en función de la edad puede resultarle especialmente complejo. Antes de comprarlas, habrá que averiguar, eso sí, si están permitidas en la playa a la que vamos a ir, ya que en muchas está prohibido cualquier juego con una pelota cuando sea susceptible de molestar o de causar daños a otras personas.
Lanzar un ‘freesby’ o disco volador
Este juego es igual de divertido, pero resultará más sencillo para niños pequeños, ya que es algo más fácil de coger al vuelo que una pelota del tamaño de una de tenis. Si además tienes perro y vas a una playa en la que esté permitida su entrada, este juego lo disfrutarán ellos tanto o más que tus hijos. Proporcionará un tiempo en familia como pocos en el que las risas están aseguradas.
Barcos de juguete y muñecos en el agua
A los niños les encanta cavar hoyos en la arena de la playa y que salga agua. Es como un pequeño experimento del que sienten que han formado parte. Después, en el charco que se forme, no habrá nada mejor que jugar con un barco de juguete o algún muñeco de pequeño tamaño; aunque tengan las olas muy cerca, muchos preferirán jugar ahí a que su juguete surque los mares. Puede proporcionarles horas de entretenimiento.
Volar una cometa
A los niños les llaman muchísimo la atención las cometas, de modo que si tienes la oportunidad, es una alternativa de ocio perfecta para ellos, si bien es cierto que necesitamos que haga algo de viento, una opción poco realista en muchas playas españolas. Si vas a veranear en el norte, seguro que encuentras algún que otro día este verano para proponer a tus hijos este juego con el que, además, harán ejercicio físico.
Saltar las olas
¿Quién no recuerda haber saltado las olas de las manos de papá y mamá? Es una experiencia de lo más gratificante que merece la pena hacer también con los niños. A los más pequeños les facilitará perder miedo al agua del mar (si es que lo tienen), ayudará a estrechar lazos familiares y será un rato de diversión en familia.