Kit de supervivencia para llevar a la piscina: lo básico para tenerlo todo bajo control

La bolsa de la piscina, ese elemento que antes de ser madres podía aportar glamour a un día de baño y que, con niños, se acaba convirtiendo en un pesado objeto al que no es raro acabar odiando… Como decíamos, ahí tenemos que llevar de todo y, por mucho que queramos reducir, hay varias cosas que son imprescindibles: la crema solar (recuerda que para los más pequeños no debe llevar químicos y que, por lo general, no son cremas pediátricas, sino para adultos), gafas de sol y gorras a repartir entre los niños y los mayores. Como no podía ser de otro modo, habrá que llevar toallas y puede que incluso ropa de cambio para los peques. Para niños que aún no han hecho la ‘operación pañal’, recuerda llevar varios pañales de agua, así como otros de uso normal para cuando salga de la piscina, ya que los otros no retienen igual los escapes.

Con el calor, la botella de agua es uno de los imprescindibles que no pueden faltar. Si es térmica para mantener un poco más fresquita el agua, mejor que mejor. A pesar de ser necesaria, es uno de los elementos de los que puedes prescindir, siempre que haya un chiringuito o un establecimiento cerca en el que las puedas comprar. Sea como sea y te compense más de un modo u otro, recuerda a los niños cada cierto tiempo que beban; ellos estarán volcados en sus juegos y es posible que ni se acuerden de beber por mucho calor que haga.

Si tus hijos son pequeños y aún no tienen total autonomía en el agua, deben llevar chalecos de natación, manguitos o algún otro soporte en función de la edad. Recuerda, eso sí, que los típicos flotadores los debemos eliminar de la lista; por mucho que los utilizásemos en nuestra infancia, no son seguros y, además, no favorecen que los niños vayan aprendiendo a nadar, como sí ocurre con manguitos y chalecos. Estos últimos (y algunos modelos de manguitos) son, además, evolutivos y se van adaptando a la edad y a la capacidad de flotación del menor.

Aunque, como su propio nombre indica, está pensada más para la playa, es muy práctica también en la piscina para evitar que el Sol dé directamente a nuestro pequeño, especialmente si tiene menos de 6 meses, puesto que tan chiquitines no se les puede echar crema solar (ni siquiera sin químicos). Incluso cuando han pasado ese límite de edad, su piel es tan sensible que toda protección es poca. Eso sí, habrá que poner dentro algún objeto de peso para evitar que se vuelque (en la playa se sujeta a la arena)

No, no es un imprescindible, pero no será raro que tus hijos te pidan sin cesar llevar las gafas de agua a la piscina. Lo bueno es que no pesan ni abultan nada y, si se las ponen, protegerán sus ojos de irritaciones y conjuntivitis, más habituales en verano porque, como sabemos, los niños suelen tirarse horas y horas bajo el agua.

Aunque la diversión en la piscina está asegurada, los juguetes de agua son una magnífica opción, sobre todo si vamos con un solo niño, ya que incluso servirán de reclamo para que otros se acerquen y haga amigos nuevos. Entre los favoritos, unos aros (tanto para buscar en el fondo de la piscina como para encajar en algún soporte) o una canasta hinchable. Con ellos acertarás seguro.

Aunque lo suyo es no tirar de tecnología en la piscina, a veces es necesario tener el móvil cerca por diferentes motivos, bien porque estamos pendientes de una llamada o bien simplemente porque queremos hacer fotos y vídeos. Otras, los niños lo cogen al menor descuido y al final se acaba mojando o, en el peor de los casos, cayendo al agua. Para evitar sustos innecesarios, una funda resistente al agua es la mejor opción.

Si quieres que tus fotos sean mucho más especiales, puedes optar por llevar una cámara sumergible. Puede que tú hagas solo un par de fotos, pero seguro que tus hijos se lo pasan en grande haciendo prueba de su creatividad bajo el agua. Verás retratos de lo más originales y las risas, además, están aseguradas tanto mientras posáis para el objetivo como cuando veáis las imágenes.

Llevar un pequeño juego de mesa o un juego de cartas a la piscina les mantendrá entretenidos mientras se secan. Por un lado, descansarán y por otro, empezarán a relajarse tras horas sin parar en el agua. Les evitará la tentación de volverse a meter de nuevo en la piscina cuando ya estás pensando en marcharos.