Consultamos a expertos y resolvemos las preguntas de Cristina Pedroche como mamá primeriza

Comenzar a amueblar y a decorar la habitación del bebé llena de ilusión a toda mamá y papá primerizos. “Es como un lienzo en blanco en el que proyectar cómo nos imaginamos el día a día con el bebé, pero… “¡ojo con los excesos de muebles, decoración y colores!”, advierte Ximena Carzolio Bonelli, médico pediatra de Atención Primaria y Directora Mysalus (@mysalus). “Tantos elementos, lejos de ser una ayuda pueden acabar entorpeciendo mucho el día a día, además de ser un sobre-estímulo para el bebé. Nosotras recomendamos a las familias tener una mirada funcional, y siempre ir de menos a más”.

Lo imprescindible es que sea “una habitación luminosa y aireada, en tonos claros” y “evitar alfombras y peluches, ya que no da tiempo a lavarlos lo que deberíamos”. Sí podemos añadir “algún elemento decorativo significativo y fácil de reconocer por el bebé, pero que invite a la calma, no al juego (un cuadro de animal, un vinilo…es mejor que sea sólo uno)”.

Aunque no parece que sea el caso de Cristina Pedroche, Carzolio explica que se encuentran con “muchas familias que dejan la habitación del bebé a modo ‘trastero’ de elementos del bebé, argumentando que pasarán meses para que realmente utilice su habitación”, lo que considera un error porque “desde su llegada al hogar, el bebé debe ir interiorizando los diferentes momentos del día y espacios en los que sucede cada acción”, lo que le ayudará “a crear hábitos y rutinas”. Señalamos a continuación todo lo que no debe faltar:

Pedroche tiene claro que quiere hacer colecho, pero no sabe muy bién qué tipo de cuna elegir. La doctora explica que la manera más segura de practicarlo “es con una cuna de colecho acoplada al lateral de la cama de los progenitores, con un colchón firme, traspirable, lavable, que solo lleve una bajera, sin chichoneras” para que “el bebé sea visible en todo momento”. Recomienda, además, un colchón “con certificado sanitario” para asegurarnos una “verdadera garantía de calidad”. De este modo, podrá estar totalmente tranquila con su colecho, una práctica con “numerosos beneficios en cuanto al apego, la lactancia materna y la seguridad durante el sueño del bebé, ya que permite a mamá y papá estar pendientes y poder atender las necesidades del bebé rápidamente”.

Un cambiador es imprescindible, pero ¿cómo debe ser? Hay varias posibilidades: un cambiador integrado en una cómoda especialmente diseñada para ese fin o que vaya de manera independiente. En este último caso, hay a su vez más opciones:

• un mueble de unos 85 centímetros de alto para poder cambiar al bebé cómodamente (y, por lo general, con espacio para almacenaje)
• un cambiador sobre patas plegables que es más fácil transportar
• un cambiador de pared que ocupa un espacio significativamente menor, ya que se abre únicamente cuando se necesita utilizar. Es muy parecido a los que hay habitualmente en los baños públicos, si bien para el hogar los diseños son mucho más refinados

Nuestra recomendación: dado que, a juzgar por las imágenes que la presentadora ha compartido con sus seguidores, no parece que tenga problemas de espacio en la habitación, recomendamos un cambiador integrado en una cómoda, puesto que así tendrá a mano la ropita de la niña y todo lo que necesite, no únicamente lo destinado específicamente para el cambio.

Elija un cambiador u otro, lo que recomendamos que tenga siempre junto a él es una papelera de pañales. Son perfectas para evitar malos olores e incluso protegen también contra los gérmenes. La mayoría de las marcas tienen un sistema que gira la bolsa, envolviendo así de manera individual cada pañal, lo que ayuda a evitar que el mal olor salga de la papelera. Ese sistema contiene las bolsas donde van los pañales y, una vez que se acaban, es preciso quitarlo y poner otro nuevo, por lo que le recomendamos también que compre recambios suficientes para una buena temporada.

Aunque lo más probable es que Cristina Pedroche y Dabiz Muñoz no coloquen la bañera de su hija en su habitación, es uno de los elementos que deben tener preparados antes de la llegada de la peque. La elección de la bañera del bebé puede ser todo un mundo, puesto que existen muchos modelos diferentes: plegables, adaptables a la bañera de obra, adaptables al lavabo, bañeras con soporte, bañeras sin soporte, pequeñas bañeritas con forma de cubo, hamacas para la ducha… Lo importante para que elijan correctamente la que mejor se adapte a sus necesidades es que tengan en cuenta lo siguiente:

1. Lo más importante es que sea segura para su bebé. Para eso, debe ser estable (algunas plegables están pensadas más para viaje y cuando el niño o la niña ya tiene algunos meses) y debe adaptarse perfectamente a las medidas de la recién nacida. Aunque las marcas que se comercializan en España lo están, si optan por comprar por Internet, deberían prestar mucha atención a que el producto cumple las Normas Europeas de Seguridad.
2. Que se llene y se vacíe fácilmente. La mayoría de bañeras para bebés tienen algún sistema de vaciado que facilita la vida a los papás, pero no todos los modelos lo tienen. Por simple que parezca, es esencial en el día a día
3. Que todas las partes se puedan lavar fácilmente para asegurarse una correcta higiene y evitar que ningún patógeno pueda afectar a su pequeña

Que la bañera se adapte a las medidas del bebé es, como decíamos anteriormente, esencial, aunque no es tarea sencilla cuando de un recién nacido se trata. Por eso, una opción muy recomendable es optar por un adaptador para la bañera que los papás hayan elegido. Este adaptador es como una especie de hamaca en la que se coloca al niño o a la niña y ayuda a que esté más cómodo y a que sea más difícil que se resbale. Aun así, quien le bañe deberá sujetarlo correctamente para evitar sustos con el agua.

Dado que la temperatura del agua en la que se baña a un recién nacido debe oscilar entre los 35º y los 37º, es fundamental (sobre todo para mamás y papás primerizos) un termómetro de agua. A medida que vayan pasando las semanas y vayan cogiendo experiencia, irán controlando ellos mismos la temperatura (el truco de meter el codo en el agua para comprobar si no está ni demasiado fría ni demasiado caliente es infalible) e irán prescindiendo del termómetro. Hasta que llegue ese momento, es uno de los objetos que no debe faltar.

Aunque el porteo no es una práctica que siga todo el mundo, Mireya Vinagre Rey, auxiliar de enfermería especializada en UCI y Subdirectora MySalus, recomienda hacerlo, puesto que “aporta demasiados beneficios como para prescindir de él”. Para ello, la mejor opción es “un buen fular, que es lo que más se adapta ala fisonomía y tamaño de cualquier bebé y porteador”. A pesar de eso “muchas familias son reticentes al utilizarlos por miedo o pereza de tener que anudar y desanudar el fular cada vez que desean portear al bebé”

La hamaca será una grandísima aliada para poder hacer otras cosas cuando la bebé está despierta. Como todos los demás productos, habrá que comprobar que está homologada y que tiene, además, cinturón de seguridad. Aunque muchos modelos están pensados para que se puedan usar a partir de los 0 meses, recomendamos esperar un poquito; no es necesario esperar a que sostenga por sí misma su cabecita, pero sí al menos uno o dos meses. Eso sí, siempre hay que cuidar que esté sentada en la postura adecuada y que no pase más de dos horas en la hamaca; por supuesto, aunque la mamá o el papá estén haciendo otras cosas, siempre cerquita, comprobando en todo momento que está bien y, a ser posible, interactuando con ella.