El álbum de fotos, un tesoro con multitud de beneficios para tus hijos

El primer beneficio emocional de un álbum de fotos es más que evidente: le ayuda a configurar mentalmente su propia historia, su pasado y darle, por tanto, sentido a su presente. Lógicamente ellos no se plantearán tanto, solo disfrutarán viendo imágenes antiguas de sí mismos o de sus familiares, pero le permitirá, inconscientemente, a crearse un contexto. Es algo muy similar a lo que plantea el método Montessori con la llamada línea de la vida, que no es más que una franja horizontal en la que se van colocando una foto por cada acontecimiento importante en la vida del niño (nacimiento, primeros pasos, la llegada de un hermanito…). En esta metodología, se presenta, sobre todo, el día del cumpleaños del pequeño. El objetivo de la línea de la vida es ayudar al niño a entender su pasado y cómo ha evolucionado y, a medida que es más mayor, también le facilita tomar consciencia de todo lo que le queda por vivir. Se aprovecha, además, para enseñarles a comprender la noción del paso del tiempo.

Observar un álbum familiar en el que el niño aparece le ayuda a fortalecer su noción de pertenencia al grupo, a la familia, a sentir que forma parte de ella. Por tanto, fortalece el vínculo con los padres y familiares más cercanos, pero también con otros miembros de la familia a los que quizás no vea tan a menudo, pero que son importantes para sus papás o para sus abuelos.

El álbum se lo deberá mostrar, sobre todo las primeras veces, un adulto. Al tiempo que el niño va viendo las distintas imágenes, su papá o su mamá le irá explicando el momento en el que fue tomada, la historia en torno a ese instante que puede casi palpar con sus manos. Eso le permitirá conocer situaciones especiales que probablemente no recuerde, así como conocer detalles de la vida del resto de la familia y, en consecuencia, de la historia familiar.

Del mismo modo que vuelve a ver imágenes de sí mismo que momentos que ya había olvidado, las fotografías le ayudan a asentar aquellos instantes especiales que sí que recuerda, reforzando así su memoria. Si bien es cierto que este punto también se logra con la fotografía digital, con la impresa parece que se le da un valor especial, entre otros motivos, porque se ha tenido que hacer un trabajo previo de selección y descarte de entre cientos de imágenes.

Todo lo anterior se irá armando de forma natural en torno a la imagen que de sí mismo tiene nuestro hijo o nuestra hija que, al haber visto reforzado su sentimiento de pertenencia a una familia cuyo pasado conoce y que aporta sentido al suyo propio, fortalecerá también su autoconciencia. Al comprobar el lugar que ocupa en la historia familiar, se valorará más. Será, por tanto, de enorme valor de cara a la autoestima, especialmente de los más pequeños.

Cuando ya son algo más mayores, pedirán, sin lugar a dudas, ser ellos mismos quienes hagan las fotos. Aunque ya no sea un peligro dejarles el smartphone de últimísima generación, una buena opción será aprovechar las navidades o el cumpleaños para regalarle su propia cámara de fotos. Eso fomentará también su imaginación, pues buscarán las situaciones o los encuadres más apropiados para captarlos ellos mismos y, aunque el resultado no sea ninguna obra de arte, se sentirán más que satisfechos (e incluso seguro que a los papás les permite averiguar un poquito más acerca de los intereses del pequeño fotógrafo)

Además, el hecho de tener su propia cámara será un gran incentivo para ser responsable con ella. Al saber que es un objeto propio de los adultos, se sentirá mayor y verá que sus papás han confiado en él o en ella, por lo que seguro que trata el regalo con sumo cuidado.

Prestará atención a todo lo que le rodea para captar aquello más bonito o interesante, lo que en determinados casos fomentará, incluso, su capacidad de concentración. Una excursión por la naturaleza será ideal para potenciar el nuevo hobby, pero también de un paseo por la ciudad, por rincones desconocidos o habituales, serán oportunidades únicas para que aprenda a resaltar y a valorar aquello que está a su alrededor.

Y, sin duda, otra consecuencia directa es que pensará dónde y cómo sacar las mejores fotos. A medida que se vaya haciendo con el arte de la fotografía, se interesará por obtener cada vez mejores resultados y eso puede ir parejo a idear planes en familia que podréis disfrutar todos. Nuevos planes con los que atesorar más recuerdos a plasmar en el álbum de fotos.