Existen diferentes métodos de enseñanza de la lectoescritura y cada uno de ellos presenta una serie de ventajas, si bien “las últimas investigaciones confirman que el método más adecuado para aprender a leer es el método fonológico en niños y niñas sin ningún tipo de dificultad ni diagnóstico” y también “en niños y niñas con diagnóstico de dificultades de aprendizaje”, tal y como nos indica Nerea Riveiro, pedagoga especializada en atención temprana. Aun así, es importante enseñar a leer y a escribir centrándonos “en un solo método para evitar confusiones” a los niños. “Por ejemplo, aunque yo sepa que lo más correcto es aprender a leer a través del método fonológico, si desde el colegio trabajan a través de otro método de aprendizaje de la lectura, suelo intentar adaptarme lo máximo posible para evitar confundirlos”, nos comenta. “Esto no quiere decir que cuando trabajamos a nivel terapéutico con niños con dificultades, no podamos aprovecharnos, en función del caso, de los beneficios de cada uno de los métodos que existen para el aprendizaje lectoescritor”. ¿Cuáles son estos métodos? Te los presentamos a continuación:
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Método alfabético
Es el más clásico y con el que la mayoría de quienes hoy son adultos aprendieron a leer en su día. Aunque ahora se recurre más a otros métodos en los sistemas educativos españoles, sigue estando muy presente. “Este método se basa en enseñar todas las letras del abecedario, una a una, conocer sus nombres y su orden, haciéndolo a través de la memoria”, explica la pedagoga. “A continuación, se les enseñan las sílabas combinando estas letras con las vocales y, finalmente, uniremos esas sílabas para formar palabras”.
Método fonético o método fonológico
Este método se basa en el aprendizaje del fonema, del sonido de cada letra, que no se presentan siguiendo el orden del abecedario. Con él, “primero trabajamos las vocales (fonema, grafía y escritura), después las consonantes (fonema, grafía y escritura) (estas consonantes también tienen un orden concreto) y después combinamos las sílabas (directas, inversas, mixtas, trabadas…)”. Para Nerea Riveiro, “el método fonológico es la mejor opción, ya que parten de enseñar las correspondencias entre los sonidos y las letras”, así “lo avalan” la mayoría de investigaciones al respecto.
Método Montessori
Se podría decir que el método Montessori es una variante del método fonético, pues lo que hace es trabajar la conciencia fonológica de cada letra, que se presentan por el sonido, no por su nombre. Como todo en este método, da mucha importancia a la implicación de todos los sentidos para asimilar el aprendizaje. Comienza presentando a los niños, desde mucho antes de que puedan aprender a leer y a escribir, actividades que a priori no tienen nada que ver con la lectoescritura, pero que están orientadas a trabajar la pinza y la direccionalidad (de izquierda a derecha en lenguas en las que se lee en este sentido, como lo son las derivadas del latín, y de derecha a izquierda en aquellas que, como el árabe, se leen de este modo).
Una vez que se empieza de lleno a trabajar la lectoescritura, una de las primeras actividades es presentar las letras de lija, que son unas tablas de madera con una única letra cada una de ellas. La letra, hecha de papel de lija, es rugosa; el objetivo es que el niño o la niña sigan con sus dedos índice y corazón la forma de la letra en cuestión. María Montessori consideraba que así se implicaba también el sentido del tacto, lo que facilitaba el aprendizaje. Estas letras de lija se presentan después de haber trabajado previamente la conciencia fonológica del pequeño.
Método silábico
Como su propio nombre indica, el aprendizaje del método silábico se sustenta en las sílabas, que son la unidad mínima de aprendizaje. Para poderlo llevar a cabo, el menor debe aprender primero las vocales y después se pasa directamente a aprender cada consonante junto a las vocales, formando así sílabas. Las consonantes se presentan tanto delante como detrás de las vocales (sa, se si, so, su y as, es, is, os, us) y después se pasa directamente a mostrar al alumno palabras que forman esas sílabas.
Método de los 20 días para aprender a leer y a escribir
El método de los 20 días para aprender a leer o método Vacachadafa es una variante del silábico y se basa en la utilización de fichas con sílabas y dibujos. Cada una de esas fichas o plantillas incluye sílabas formadas por todas las consonantes del alfabeto y una vocal. Como son cinco las vocales, hay cinco plantillas y deberá trabajarse cada una de ellas durante cuatro días seguidos (en total, son 20 días, de ahí el nombre del método).
Método Global
Este método parte de la palabra. Se muestra una determinada palabra al niño y, a partir de ahí, se van descubriendo las sílabas y, después, los sonidos de cada una de las letras. Ideado por el pedagogo y psicólogo belga Ovide Decroly, se fundamenta en la idea de mostrar ‘un todo’ al niño e ir descomponiendolo a posteriori, siguiendo un proceso más natural de aprendizaje, según argumentan los defensores de este método. “Algunas investigaciones destacan que los métodos globales son más eficientes para niños y niñas con patologías más severas, especialmente aquellas que conllevan un déficit a nivel intelectual”, subraya Nerea Riveiro.
Método Doman
Es una variante del método global y le ha superado en popularidad con creces. Lo desarrolló en los años 50 el doctor estadounidense Glenn Doman y consiste en mostrar bits de inteligencia a los niños desde muy temprana edad, incluso con tan solo meses de vida. En la primera fase del método, se muestra a los niños tarjetas de gran tamaño con una palabra cada una; estas palabras deberán presentarse de cinco en cinco por categorías (por ejemplo, nombres propios de miembros de la familia, nombres de animales, de partes del cuerpo..) Cada día se añaden cinco palabras más hasta llegar a 25, cantidad que no se debe rebasar. En la segunda fase de aprendizaje, se presentan parejas de palabras; por ejemplo, elefante gris, gato negro...
Método palabra generadora
El método de la palabra generadora es otra variante del global, pues también parte de la palabra. En este caso, se presenta primero la palabra en cuestión y, después, una figura o dibujo de un objeto que la represente (por ejemplo, si mostramos la palabra león, deberá ir acompaña del dibujo de un león). El niño deberá escribirla y a continuación se van leyendo las sílabas y las letras.
Método ecléctico
El método mixto o ecléctico de lectoescritura es una mezcla del método alfabético, del silábico y del global. Del método alfabético toma la idea de asociar cada letra a la imagen de una palabra que empiece por ella; del fonético, lo que hace es enseñar el sonido de la letra en cuestión, no el nombre de la letra; del silábico, presenta diferentes tarjetas con sílabas que llevarían también un dibujo de un objeto que empiece por cada una de las sílabas y después se reorganizarían las tarjetas para formar palabras.