Con motivo del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra cada 11 de febrero, os ofrecemos una guía para ir inculcando a nuestras hijas, ya desde pequeñas, su pasión por la ciencia. Algo que es imprescindible, dado que aún a día de hoy, en pleno siglo XXI, las chicas siguen siendo minoritarias en las facultades en las que se estudian diferentes ramas científicas. Previamente, el porcentaje de niñas que, en Bachillerato, se decantan por la modalidad de Ciencias y Tecnología es inferior al de los niños. Sin entrar en los porqués de esta situación, os ofrecemos una serie de pasos para ir despertando su interés por esos conocimientos sin que ni siquiera sean conscientes de ello, pues lo verán como un juego, como un reto o como una bonita experiencia a compartir con sus padres y hermanos.
Figuritas realistas de animales
Uno de los primeros juguetes que se les compra a muchos niños pequeños es una granja. Algo muy simple, que les gusta y que, además, se puede usar como fuente de aprendizaje. Si le regalamos una granja con figuritas de animales realistas a nuestra hija, le daremos la oportunidad, en primer lugar, de conocer e identificar a esos animales, lo que ampliará su vocabulario y, en lo que a la rama de las ciencias se refiere, irá adquiriendo conocimientos de zoología. En esas figuras, irá viendo las características de los animales, su tipo de piel, si tienen alas, astas… incluso sus huellas, en algunas marcas, son realistas. Los papás y las mámás pueden aprovechar todo eso para irle explicando, mediante el juego, cuestiones como: qué comen los animales, cómo se reproducen, en qué habitat viven… La niña no solo aprenderá todo eso de manera natural, sino que además lo disfrutará y abrirá su mente a saber más.
Bloques de construcción
Los beneficios de los archiconocidos Legos y otros juegos de construcción son cuantiosos. Generaciones atrás, se les regalaba más a los niños que a las niñas, costumbre que afortunadamente ya está cambiando y es cada vez más habitual encontrar estos juguetes en una habitación infantil, independientemente de que sea un niño o una niña. Ofrecer a tu hija unos bloques de construcción le ayudará a mejorar su motricidad fina y su coordinación óculo-manual, pero es que además le estarás dando la oportunidad de asimilar conceptos espaciales (alto-bajo, delante-detrás, cerca-lejos) y leyes físicas (relacionadas con la gravedad y el equilibrio). Por supuesto, estarán también aprendiendo ciertos conceptos matemáticos y distintas formas geométricas. Lo mejor de todo es que este es un juego que se puede adaptar prácticamente a todas las edades, desde niños muy pequeños hasta, incluso, adolescentes a través de diferentes tipos de bloques que irán ganando en complejidad en función de la edad.
Referentes
Esto es una de las cuestiones más importantes. Las niñas deben saber que todo el mundo puede elegir la profesión que desee, deben ver con normalidad que chicas y chicos pueden ser ingenieros, químicos, astronautas… Para eso, deben tener referentes. Puede ser de gran ayuda libros infantiles sobre mujeres científicas o inventoras; los hay casi para todas las edades (la colección ’Pequeña & Grande’, de la editorial Alba, dedicada a mujeres que hicieron historia, es una de las aptas para los más pequeños). Otro recurso al que, por suerte, las marcas de juguetes cada vez prestan más atención es la de ofrecer figuras femeninas; especialmente útiles para el caso que nos atañe son las figuras de chicas en diferentes profesiones (sobre todo, en las que tradicionalmente se han asociado a los hombres): muñecas astronautas, policías, bomberos, doctoras… Si nuestras hijas solo ven muñecos masculinos asociados a según qué profesiones, irán interiorizando que lo normal es que sean los niños los que opten por dedicarse a ello. Si, por el contrario, desde muy pequeñas ven que los trabajos no están asociados al género, normalizarán que no hay distinción al respecto.
Experimentos
Los experimentos llaman muchísimo la atención a niñas y a niños y también se pueden ir adaptando a todas las edades. Para las más pequeñas, se puede comenzar por mezclar colores con colorantes alimenticios, por ejemplo, o por hacer un volcán de plastilina para ver cómo sale la lava (en internet hay numerosos vídeos explicativos sobre cómo hacerlo). A medida que van creciendo, se le pueden ir ofreciendo experimentos más complejos, siempre teniendo en cuenta los gustos de nuestra hija (o bien aquello que estén trabajando en el cole y que le pueda ser de ayuda para comprenderlo). Con ellos, no solo entenderán el porqué de las cosas, sino que será un gran impulso para pensar por sí mismas y para fomentar su creatividad en la resolución de problemas. De nuevo, lo verán como un juego, de modo que les resultará mucho más atractivo (incluso a la hora de estudiar, las más mayores).
Excursión para explorar la naturaleza
Hacer excursiones, más allá del aprendizaje, es una muy buena oportunidad para disfrutar de experiencias diferentes en familia. Vendrá bien a pequeños y a mayores y, además, el contacto con la naturaleza siempre les ofrece múltiples posibilidades: se puede jugar a explorar, creando, por ejemplo, una lista (puede ser una lista a modo de dibujos si las niñas aún no saben leer) e ir buscando los animales, insectos, frutos… que aparecen en ella. Si les proporcionas una lupa y un disfraz de exploradora, seguro que se involucran mucho más en la actividad, con la que además de aprender a observar la naturaleza y a identificar diferentes animales y plantas, le podrás inculcar respeto al medio ambiente y al planeta.
Visitar museos de ciencia
Lejos de lo que en un primer momento pueda parecer, visitar un museo de ciencia puede ser una experiencia de lo más entretenida. Si a tu hija le apasionan los dinosaurios, ¿te imaginas cómo puede reaccionar al ver el esqueleto o una réplica a tamaño real de un gigantesco Tiranosaurio Rex? Por otro lado, la mayoría de estos museos ofrecen actividades especiales para niños, de modo que apuntarla a una de ellas puede ser una oportunidad única para aprender de manera lúdica.
Juegos con números
Desde que apenas tienen un añito (o incluso, meses), se les puede ofrecer multitud de juguetes con los que pueden ir aprendiendo los números: el típico juego de cubos en el que cada uno de ellos tiene un número, puzles de números… con todos ellos, nuestras hijas pueden ir reconociendo los símbolos y podemos ir trabajando con ellas el conteo. A medida que se van haciendo mayores, se les pueden ofrecer balanzas, las regletas Cuisenaire, ábacos… y hasta tablas de Pitágoras de los materiales Waldorf y Montessori. Eso sí, habrá que tener cuidado en cómo les presentamos estos últimos porque ya no lo verán como un juego, sino como una actividad relacionada con lo que les explican en el colegio (y puede que ya no les llame tanto la atención). Por supuesto, si vemos que lo rechaza, mejor no forzar.
Robótica
Iniciar a tu hija en la robótica será una gran ventana para adquirir habilidades que le serán de gran utilidad académicamente. Hay infinidad de juegos (son el siguiente paso a los citados bloques de construcción) y tiene tantas ventajas que cada vez más centros educativos ofrecen extraescolares de robótica a edades tempranas. Irán familiarizándose con la programación y el pensamiento computacional, competencias de las más valoradas en el mundo laboral y con las que no pocos profesionales logran marcar la diferencia. Además, se lo pasarán pipa construyendo ellas mismas robots y haciendo que estos ejecuten determinadas tareas. Se sentirán muy satisfechas con el resultado, lo que favorecerá también a su autoestima.
Otros juegos educativos
Hay juguetes de todo tipo con los que pueden jugar desde muy pequeñas al tiempo que pueden ir aprendiendo conceptos. Algo tan simple como un maletín de médico, uno de los juegos simbólicos por excelencia, será de lo más entretenido. Cuando se vaya haciendo mayor, le puedes ofrecer diferentes juegos para conocer las partes del cuerpo humano, por ejemplo, y años más tarde, un set de anatomía humana. Aquí las posibilidades son infinitas: puzles del sistema solar, un microscopio… y un sinfín de juegos educativos o de experimentación que ofrecen diferentes marcas del mercado. La clave es dar alternativas a nuestras hijas y siempre mostrárselo como algo divertido.