Movimientos fetales: ¿debo preocuparme si no siento al bebé?
Uno de los miedos más comunes entre las embarazadas es dejar de sentir al bebé dentro de la tripa de forma repentina, y es que ese hecho se asocia a malestar fetal en un 25% de los casos. Pero no siempre hay por qué alarmarse ya que la percepción del movimiento fetal puede disminuir por varios motivos.
Una de las sensaciones más bonitas cuando estás embarazada es sentir a tu bebé en la tripa. Las mamás que son primerizas son las que más esperan este momento, debido al desconocimiento y la ilusión por sentir a su primer bebé. No será hasta, aproximadamente, la semana 18 o 22 de embarazo cuando comiencen a notarlo, aunque, en realidad, el feto ya lleve un tiempo moviéndose en el útero; y en embarazos posteriores puede que se empiecen a sentir un poco antes.
Según van pasando las semanas, los movimientos fetales, que así es como se denominan, serán mucho más intensos llegando a notar las famosas pataditas o incluso, cuando el bebé tiene hipo.
Muchas mamás sienten miedo o preocupación cuando de repente dejan de sentir a su bebé en la tripa, pero no siempre tenemos por qué alarmarnos, ya que existen algunas situaciones que pueden disminuir la percepción de estos movimientos. Te contamos cuáles son y cuándo debes permanecer alerta.
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¿Cuándo se notan los primeros movimientos del bebé?
La dra. Inmaculada Suero, de la Unidad de Ginecología y Obstetricia de Ginemed Sevilla, nos dice que “los movimientos fetales aparecen alrededor de la semana 8, aunque la gestante empieza a notarlo entre las semanas 18 y 22. Por su parte, las gestantes múltiples suelen percibir el movimiento a partir de la semana 16”. Así que, ya sabes, si vas a ser mamá de gemelos, mellizos… puede que comiences a notarles antes en tu barriga.
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¿Cuándo comienzan a ser más continuos?
A medida que el bebé va creciendo los movimientos van tomando una mayor importancia, de hecho, “los movimientos fetales alcanzan su máxima intensidad entre las semanas 28 y 34 del embarazo”. Aunque también debemos ser conscientes que, al mismo tiempo que vamos notando más al bebé, también notaremos aquellos momentos en los que esté más quieto o tranquilo.
“Al avanzar las semanas de gestación, aumentan los periodos de menor percepción de la actividad fetal, sin estar indicando un problema fetal. El menor movimiento del bebé se debe al ritmo circadiano, a la disminución del espacio intrauterino y a la mejor coordinación fetal. Debemos señalar que tanto la fuerza como la duración de los movimientos aumentan hasta el final de la gestación”, indica la doctora.
¿Los movimientos son sinónimo de que todo va bien?
Una de las situaciones que más se repiten entre las embarazadas es su preocupación cuando, con el embarazo ya avanzado, hay momentos en los que no notan al bebé. Sí que es cierto que los movimientos fetales “nos están informando sobre el bienestar fetal”, nos dice la experta, pero hay que aclarar que “existen factores que disminuyen la percepción de estos movimientos, sin llegar a indicar un compromiso fetal”, advierte la ginecóloga.
Factores que disminuyen los movimientos fetales
Y, continuando con el punto anterior, la doctora nos enumera cuáles son las situaciones en las que el movimiento fetal se puede ver disminuido:
Ayuno prolongado y bajos niveles de azúcar en sangre.
Sueño fetal.
Posición materna (de pie).
Placenta anterior (el movimiento fetal se percibe a partir de la semana 28).
¿Cómo influye la ingesta de alcohol o cafeína?
Sabemos que durante el embarazo están totalmente prohibidos el consumo de alcohol y el tabaco, así como de algunos medicamentos, y la cafeína debe estar supeditada a la cantidad recomendada. Recordamos esto porque el consumo de todo ello, puede disminuir los movimientos fetales, ya que “condicionan la percepción del movimiento fetal”, sostiene la doctora.
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Otros casos que pueden disminuir la percepción de movimiento fetales
También hay otras situaciones en las que la mamá puede tener una menor percepción de los movimientos del bebé como es en el caso de “oligoamnios y polihidramnios (defecto o exceso de líquido amniótico), anemia materna, hipotiroidismo y con desórdenes metabólicos”.
Entonces, ¿qué pasa si no notamos al bebé?, ¿debemos alertarnos?
Debemos saber que “la disminución de movimientos fetales puede asociarse a la aparición de complicaciones, estimándose que, aproximadamente, un 25% presentará alguna complicación perinatal”, indica la doctora. Y, a modo de información general para la embarazada, se le debe recomendar consultar con un médico en caso de:
No percepción de movimientos fetales a partir de las 24 semanas de gestación.
Ausencia de movimientos fetales durante más de dos horas en una gestante que anteriormente los percibía.
Asimismo, “se recomienda consultar con un especialista cuando la gestante percibe que hay una disminución de movimiento fetal en las últimas 12 horas”, añade.
¿Hay diferencias de movimientos en cada trimestre?
La doctora nos recuerda que “en condiciones normales, a las 20 semanas de gestación ya han aparecido todos los movimientos fetales, alcanzando su máxima intensidad entre las 28 y las 34 semanas”. Pero, además, nos aporta un dato muy curioso relacionado por el número de movimientos del bebé, y es que aquellos que se perciben en una gestación a término “varían de 4 a 100 por hora, y en los ciclos del sueño, que suelen durar entre 20 y 40 minutos, los movimientos fetales pueden estar ausentes”, advierte.
El hipo es uno de los movimientos más curiosos, ¿por qué se produce y cuándo se empieza a notar?
Entre la semana 26 y 28 de embarazo puede que las mamás comiencen a sentir unos movimientos cortos y repetitivos, y en esos casos, lo más probable, es que el bebé tenga hipo. Sí, sí ¡cómo lo lees! “El hipo se produce por contracciones involuntarias del diafragma formando parte del correcto desarrollo del bebé en el útero. Además de servir de entrenamiento para los pulmones del bebé, con el hipo ejercitan la succión y la deglución. Junto con los movimientos fetales en el útero, el hipo es uno de los signos que confirman salud y bienestar fetal”, afirma la doctora.