La embarazada tiene que llegar a una serie de requerimientos básicos que asegurarán tanto su bienestar como la correcta formación de su hijo. La mayoría se alcanzan con una alimentación adecuada, pero no es así en el caso del yodo y del ácido fólico, que han de añadirse a su dieta en forma de suplementos farmacológicos.
Para saber más sobre el yodo en concreto hemos recurrido a la Dra. Inés Velasco López, miembro del Área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
¿Qué es el yodo?
El yodo es un nutriente; en concreto, un mineral que se encuentra en algunos alimentos, como la sal yodada, el marisco y los lácteos.
Este oligoelemento tiene una función principal transformando en energía lo que comemos. Controla el metabolismo y la función tiroidea. Cuando se presenta en forma de pastillas, lo hace como yoduro potásico o yoduro de sodio.
Las mujeres suelen tener más déficit de yodo que los hombres, y el embarazo es una época en que esta falta de yodo se hace más visible.
¿Por qué el yodo es importante en el embarazo?
“Aunque es cierto que una dieta variada y saludable debería aportar todos los nutrientes necesarios, en el caso del yodo sucede que pertenecemos a un área geográfica tradicionalmente deficitaria en este elemento y, además, el embarazo es un período de la vida en el que las necesidades de yodo aumentan”, advierte la especialista en Endocrinología y Nutrición.
Así, el aporte de yodo suele ser deficitario en nuestro país, por eso se recomienda a toda la población que tome sal yodada en sus hogares. Pero esto no es suficiente en periodos especiales como el embarazo.
¿Cómo se organiza la función tiroidea en el embarazo?
Las hormonas tiroideas, en cuyo funcionamiento es clave el yodo, participan de forma directa en el crecimiento de órganos y sistemas y, en especial, en el desarrollo del sistema nervioso central.
“Para que el desarrollo intrauterino sea correcto, desde las primeras etapas del embarazo, los tejidos embrionarios actúan como un potente estímulo para el tiroides, provocando un aumento en la producción de hormonas tiroideas. Con ello se pretende que la madre pueda garantizar el aporte de hormonas que el embrión necesita para su correcto crecimiento”, explica la Dra. Inés Velasco.
¿Desde cuándo suplementar con yodo?
La recomendación a la hora de empezar a tomar un suplemento de yodo cuando la mujer quiere buscar un bebé es clara: “En los casos en los que el aporte de yodo en la dieta no haya sido regular (consumo diario de sal yodada desde un año antes de quedar embarazada), la recomendación es tomar suplementos que contengan yodo y ácido fólico desde que se planifica el embarazo”, destaca la especialista de la SEEN.
Si se trata de embarazos no planificados, “deberán tomarse suplementos de ambos nutrientes desde el inicio de la gestación”, aclara.
¿Hasta cuándo tomar el suplemento de yodo?
El suplemento farmacológico de yodo se debe mantener durante todo el embarazo. “El yodo es necesario para poder fabricar hormonas tiroideas y tanto la madre como el bebé en desarrollo requieren un aporte constante de este nutriente a lo largo de los tres trimestres de gestación”, concreta la endocrinóloga.
Para tomar el suplemento más adecuado, es preferible consultar con el ginecólogo para que indique la cantidad y el preparado específico para cada mujer.
¿Hay alguna contraindicación en relación al yodo?
Algunas embarazadas no deben tomar suplementos de yodo. Por eso, siempre es bueno tener una consulta preconcepcional donde el médico examine todas sus particularidades médicas y establezca los pasos a seguir en concreto.
Así, tal como apunta la Dra. Inés Velasco, “las únicas contraindicaciones para el uso de este suplemento son tener alergia al yodo y tener hipertiroidismo activo. El hipotiroidismo (insuficiente producción de hormonas tiroideas) no supone una contraindicación para el uso de suplementos de yodo”.
¿Qué efectos tiene en la madre y su bebé el déficit de yodo?
En la mujer que busca un embarazo, la insuficiencia de yodo se ha relacionado con complicaciones tales como la infertilidad, los abortos de repetición y los partos prematuros.
Sobre el bebé, las consecuencias pueden ser graves, ya que el déficit de yodo impacta negativamente en el desarrollo neuronal. Así, “la deficiencia de yodo continúa siendo, a nivel mundial, la causa más frecuente de discapacidad intelectual evitable”, advierte la especialista de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.
¿Por qué con la alimentación no es suficiente?
“Para que los depósitos de yodo estén repletos es necesario consumir sal yodada y productos lácteos de manera continuada durante, al menos, un año antes de quedar embarazada. No basta con empezar a consumirlos en el embarazo. Por todo ello, cuando no podemos asegurar que la situación nutricional de la gestante sea óptima, preferimos recomendar la toma de suplementos farmacológicos que contienen yodo”, explica la Dra. Velasco.
La sal yodada contiene yodo, los lácteos (leche, yogur y queso), también, pero alimentos como el pescado “tienen un contenido en yodo muy limitado, lo que hace difícil que sea una buena fuente nutricional de yodo. Por otra parte, las algas (alimento emergente en nuestra dieta) contienen cantidades muy variables de yodo en su composición, por lo que, en el embarazo, no se recomienda un consumo habitual de ellas”, comenta.
¿Se deben mantener los suplementos en la lactancia?
La respuesta es sí. “La única fuente de yodo para un bebé alimentado al pecho es su madre, por lo que recomendamos el uso de suplementos durante todo el periodo de lactancia materna exclusiva (bebés que no reciben ningún otro alimento)”, aclara la experta.
En los casos en los que haya lactancia artificial o mixta, como a las leches de fórmula y a las papillas infantiles se les añade yodo en cantidades adecuadas, la madre puede dejar de tomar el suplemento. “Asimismo, se recomienda suspender la toma de suplementos cuando se inicia la alimentación complementaria”, aconseja.