Qué hacer cuando tu hijo no quiere dormir la siesta
Las siestas diurnas son igual de importantes que el descanso nocturno para tu bebé. Tienen numerosos beneficios y además, les ayuda a estar más receptivos, menos irascibles, afianzar conocimientos... Aquí tienes algunos consejos para que sepas lo que tienes que hacer si tu hijo no quiere dormir su siesta diurna.
Los expertos en sueño infantil aseguran que las siestas diurnas en los niños , sobre todo, en los bebés, son igual de importantes que el descanso nocturno. Les ayudan a estar más receptivos durante el día, más tranquilos, menos irritables, entre otros muchos beneficios. Pero, las siestas traen consigo muchas dudas entre los papás: ¿cuántas siestas debería hacer durante el día? ¿Cuánto tiempo deben durar? ¿Con luz o sin luz? Y una de las más famosas… ¿si duerme tantas siestas, dormirá por la noche?
Y es que estamos acostumbradas a pensar que, si el niño duerme mucho tiempo de siesta, por la noche no descansará o que cuanto más tarde se acueste más sueño tendrá y, a su vez, más tarde se levantará por la mañana… cuando, lo cierto es que, puede pasar completamente lo contrario a lo que buscamos.
Queda claro que el ‘momento siesta’ a muchos papás les trae de cabeza y más cuando el peque, que es curioso por naturaleza y que no quiere perderse ni un minuto de juego, no quiere dormir en ese momento. ¿Qué hacer entonces? Marta Urtasun, asesora de sueño Infantil en @peekaboo_suenoinfantil, nos da una serie de consejos y nos cuenta cómo organizar el sueño del pequeño.
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¿Cómo organizar las siestas de un bebé?
Lo mejor para organizar las siestas es fijarse en las señales de sueño que muestra el bebé y en las ventanas de sueño, es decir, el periodo que puede permanecer despierto entre una siesta y otra, según su edad sin llegar al sobre cansancio. Así dependiendo de la hora a la que se despierte por la mañana y fijándonos en esas dos cosas, podremos organizar su día.
Cuáles son las siestas recomendadas según la edad
Según la experta en sueño infantil, el número de siestas recomendado para conseguir un equilibrio entre el descanso diurno y nocturno, y evitar el sobre cansancio, serían las siguientes:
0-3 meses – 4-6 siestas
3-6 meses – 4 siestas
6-9 meses – 3 siestas
9-18 meses – 2 siestas
18- 36 meses – 1 siesta
3-5 años – 1 siesta
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¿Qué pasa con el sueño en los recién nacidos?
En la tabla anterior, la experta hacía referencia a la franja 0-3 recomendado un número de siestas diurnas de 4 a 6 pero, además, nos aclara que “los recién nacidos tienen un sueño muy irregular y pueden dormir varias siestas al día de diferente duración. Cuando llegue a la edad de 6 meses aproximadamente, esas siestas se estabilizarán en 3”.
Cómo ayudar a que el niño duerma su siesta en su hora
La asesora de sueño infantil asegura que las rutinas siempre son buenas, aunque a veces, parecen no funcionar. ¿Por qué? La falta de constancia, el sobrecansancio, una rutina muy larga o muy corta o es siempre la misma y esta debería evolucionar con el bebé.
Por tanto, “una rutina más cortita que la que solemos hacer por la noche a la hora de acostarle ayudará a cambiar el chip y bajar revoluciones para activar el modo siesta”. La experta asegura que lo mejor es hacerla en “pocos pasos, pero siempre los mismos”. Y nos pone el siguiente ejemplo: “Cambiamos pañal, cantamos una canción y oscurecemos la habitación. Durante el día hay muchos estímulos a su alrededor y todo resulta muy interesante y llamativo, por lo que nosotros debemos ayudarles a conseguir esa calma y que la siesta no se convierta en una lucha”, recomienda.
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¿Siesta con luz o sin luz?
Cómo decíamos, una de las dudas más repetidas entre los papás es si debemos hacer las siestas con la luz natural del día o bien oscurecer la habitación. Sin embargo, la experta nos dice que “en este tema encontramos opiniones contrarias. A veces escuchamos que es mejor que hagan la siesta con luz para que no se confundan y puedan aprender a diferenciar entre el día y la noche”. Y prosigue: “Yo, personalmente, soy de la opinión de que las siestas a oscuras, mejor. La oscuridad ayuda a segregar melatonina, hormona que nos ayuda a conciliar el sueño y que, durante el día, por la luz solar y el ritmo circadiano, no producimos. Por eso, si creamos un ambiente de oscuridad ayudaremos al peque a conciliar mejor el sueño y tener una siesta más reparadora”.
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Beneficios de las siestas en los bebés
Los beneficios de la siesta son muchos, según la experta, y nos enumera algunos de los más importantes:
Evitan el sobrecansancio y favorecen el sueño nocturno.
Ayudan a integrar aprendizajes.
Ayudan a que el bebé recupere su energía física y mental.
Mejoran la atención y la concentración.
Ayudan a estar de mejor humor.
Las siestas consolidadas ayudan a tener una mejor organización durante el día.
Y, ¿si no quiere dormir siesta?
A veces, hacer dormir a un peque que no tiene sueño puede convertirse en una verdadera batalla campal. Puede ser “muy frustrante tanto para ellos como para nosotros”, asegura la experta. Y añade: “Si hemos propiciado un ambiente de sueño tranquilo, sus horarios están ajustados y, aun así, vemos que no quiere dormir, no le presiones demasiado”, recomienda.
¿Qué hacer entonces?
En principio si esto ocurre y “no está irritable y su humor es bueno, es un buen indicativo de que está durmiendo suficiente y está bien”, así que no tendríamos por qué preocuparnos. Eso sí, la experta sugiere que “quizá la hora de dormir tenga que adelantarse para que no llegue sobrecansado y la noche se complique”.
¿Pero por qué no quiere dormir la siesta? ¿Estoy haciendo algo mal?
Estos son los motivos más frecuentes por los que no quiere dormir siesta:
El peque quizás no está cansado, de modo que lo mejor es que “vigiles sus ventanas de sueño y señales de cansancio para ajustar el horario, si es necesario”.
Otro de los motivos es, por lo contrario, porque está demasiado cansado. “Nos hemos pasado su ventana de sueño y ha llegado a un estado de sobrecansancio. Ahora toca bajar los niveles de cortisol para que pueda relajarse, y eso cuesta”, dice.
Demasiado atareado: es decir, está ensimismado jugando o haciendo alguna actividad y “la idea de dejar de hacer algo o descubrir algo nuevo para irse a dormir no les atrae lo más mínimo. Evita las novedades y actividades demasiado divertidas antes de ir a dormir”, recomienda.
Y, por último, es demasiado curioso: esto ocurre cuando cualquier mínimo ruido que ocurre tras la puerta les parece atractivo y necesitan saber qué está sucediendo. “Intenta mantener la casa en silencio cuando llegue el momento de ir a dormir. Puedes recurrir al ruido blanco si lo necesitas, será un buen aliado”.