Sentir el deseo de ser madre es tan fuerte que puede, en muchas ocasiones, eclipsar otros sentimientos que se puedan tener al respecto. Este es el caso de aquellas mamás que quieren serlo pero que ‘odian estar embarazadas’. Y, ¿por qué no? Estos sentimientos encontrados son perfectamente posibles.
“Se puede llegar a sentir el deseo profundo de querer ser madre estando promovido por equis motivos, pero tener miedo o pánico al proceso de embarazo, parto, etc. Este tipo de bloqueos normalmente están motivados por fobias relacionadas con la medicina o el entorno hospitalario. También por el estigma de la remodelación del cuerpo tras el embarazo, estar condicionada por pérdidas gestacionales anteriores o tener experiencias cercanas de sufrimiento perinatal en algunas de sus etapas”, nos explica Sheila Padellaro Batista, Psicóloga Perinatal (@psico.mamamut).
Un sentimiento más común en madres no primerizas
“Este sentimiento suele ser muy común en madres no primerizas, en las que en sus anteriores embarazos han tenido algún tipo de complicación o malestar en ellos. Aquí puede surgir nuevamente el deseo de volver a ser madre, pero no querer volver a pasar por un embarazo. Estos sentimientos, miedos o emociones si no son tratados pueden llegar a condicionar realmente el hecho de que una mujer, decida o no, tener un hijo”, advierte la psicóloga.
Pero, ¿hasta qué punto se puede tomar una decisión de estas características? La realidad es que muchas madres no han disfrutado de sus embarazos y “odian estar embarazadas”. Puede sonar un tanto impactante, “antinatural o insensible. Pero es la verdad”, asegura la psicóloga. Y es que existe la creencia y el estigma de que el embarazo tiene que ser una época feliz, idílica, en la que la mujer disfruta de estarlo… pero en muchos casos, no es así. “Al toparnos con esta realidad, muchas mujeres, además de sufrir en silencio, tienen un enorme sentimiento de culpabilidad y vergüenza”.
Romper con los tabúes
Como tantos mitos, seguro que cuando tienes un sentimiento que va en contra de lo que socialmente se espera de ti, probablemente haya más mujeres que piensen igual que tú.
Por ello, “para desmitificar y romper con este tabú es necesario hacerlo a través de la divulgación y la comunicación. Si en algún momento decidimos mostrar tal y como nos sentimos en ese momento, probablemente tengamos a alguien cerca que se sienta identificada en ese o en otro momento”.
Muéstrate tal cómo eres
Es necesario poder sentirse bien consigo misma y para ello mostrar la realidad de nuestros pensamientos, sobre todo, en una época tan importante a nivel físico y psicológico como es el embarazo, es fundamental.
“En nuestra sociedad parece que de lo que no se habla no existe, por lo tanto, dar difusión a las implicaciones y las consecuencias a nivel psicológico que puede tener sentirse molesta con el embarazo es muy necesario. Atender a las necesidades de las madres y darles su espacio para mostrarse tal y como se sienten es crucial, un espacio sin juicios y apoyo social. Es fundamental que sea facilitado, sobre todo, por parte de la comunidad médica y los profesionales sanitarios que las atienden”, asegura la psicóloga.
¿Embarazo imprevisto o deseado?
También es cierto que muchos de estos pensamientos están condicionados por la decisión de la madre de quedarse embarazada o, por el contrario, en el caso de que haya sido un embarazo no deseado o imprevisto.
A nivel físico: “En ocasiones, se puede producir un conflicto entre nuestra imagen corporal anterior al embarazo y la actual, siendo más complicado ir integrando estos cambios”, explica la experta. Y es que, este tipo de pensamientos, en un principio, “pueden estar condicionados por la forma en que aparece el embarazo (de forma deseada o imprevista). Si es deseado, lo normal es que ya hayamos valorado este tipo de situaciones y nos sea más factible enfrentarnos a ellas. Igualmente, puede darse el caso (y es algo muy habitual), que a medida que avanza la gestación y somos más conscientes de los cambios que se van produciendo en nuestro cuerpo, se produzca cierto rechazo hacia ellos, hacia el embarazo y hacia nuestro cuerpo”.
Modificar el estilo de vida… un desencadenante
Siguiendo el argumento de embarazos que no son previstos, puede que la mujer tenga que modificar en gran medida sus rutinas y su día a día en cuanto a ritmo y calidad de vida, lo que provoque un sentimiento negativo en ella.
Y es que, si no se lleva una alimentación sana y un estilo de vida muy saludable, “a la hora de enfrentarnos al embarazo y sentir la necesidad de modificar ciertas costumbres puede implicar un aumento significativo del estrés y la ansiedad en la embarazada, y como resultado, agotamiento y rechazo hacia los mismos”.
¿Nos debemos sentir culpables por no querer estar embarazadas?
“Rotundamente no. Aunque habrá culpa irremediablemente”, asegura la psicóloga.
“Lo socialmente aceptado en la mujer es responder a estos cambios gestacionales sin ninguna queja y, además, mostrando actitud de felicidad, cumpliendo con el rol de madre que ‘puede con todo’. Si debido a ciertos cambios fisiológicos en nuestro cuerpo no podemos atender a esta normalidad aparece la culpa: ‘¿Será que no estoy preparada para ser madre?’ ‘¿Por qué mi amiga está tan feliz y yo no?’ ‘¿No me merezco ser madre?’ ‘¿Debí pensarlo más?’”.
Lo que debemos vigilar es que este tipo de pensamientos no sean mantenidos en el tiempo porque en ese caso podría ser perjudicial para el vínculo entre madre y bebé, por lo que acudir a un psicólogo perinatal a tiempo es una gran decisión, así como abordarlo con un equipo multidisciplinar en su caso.
No es rechazo al bebé, es rechazo al embarazo
De todo esto, debe quedar claro que este sentimiento de rechazo no es (en la mayoría de los casos) hacia el bebé “sino al proceso de gestación en sí, a la imagen o a los cambios que conlleva un embarazo”.
Entender que es algo temporal
“Entender el proceso como algo temporal, una etapa que pasará y dará lugar a otras nuevas que probablemente recibiremos con mucho entusiasmo”, dice la experta.
Por ello, pensar en la recompensa que dará este esfuerzo es una buena idea para sobrellevar estos meses de cambios.
El autocuidado es clave
Por último, la experta asegura que un aspecto clave que ayudará a la embarazada en este proceso es el autocuidado: “Ponernos en el epicentro de la gestación, permitirnos sentir estos malestares y tomar acción para que puedan ir disminuyendo progresivamente”, finaliza.