‘Decálogo para una infancia sin humos’: por qué no debes exponerles al tabaco
La Asociación Española de Pediatría ha realizado este ‘Decálogo para una infancia sin humos’ con el objetivo de informar y concienciar a las familias de los riesgos que conlleva el tabaquismo pasivo y la exposición al tabaco en los niños, así como evitar el comienzo de su consumo en la adolescencia.
El tabaco es considerado la primera causa de muerte que se puede prevenir, a nivel mundial. Fumar provoca 6 millones de muertes anuales, y por supuesto, también hay que hablar de los peligros que conlleva el llamado tabaquismo pasivo o exposición al humo del tabaco. Desde el sector de la pediatría, se hace hincapié en la importancia del conocimiento de estas cifras y de la concienciación por parte de los adultos para intentar evitar que los niños estén expuestos al humo del tabaco por varios motivos. En primer lugar, para evitar los riesgos del tabaquismo pasivo en los pequeños y, en segundo lugar, para reducir el inico del consumo en la adolescencia.
Para ello, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) se ha elaborado un ‘Decálogo para una infancia sin humos’ para concienciar a las familias de la seriedad del problema. Para explicarnos las razones de cada punto de este decálogo, hemos hablado con el doctor Rubén Martín de la Vega, pediatra del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
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1. El tabaco es la primera causa de muerte evitable
“La exposición al humo del tabaco es un gran riesgo para la salud, sobre todo cuando se inicia en la infancia”, aseguran desde la AEP.
“La relación entre el tabaco y la enfermedad está demostrada en multitud de estudios, aún a pesar de los enormes esfuerzos en contra de la industria del tabaco”, nos cuenta el Dr. Martín de la Vega. Y es que el tabaco no sólo está relacionado con el cáncer de pulmón, sino que: “Hay multitud de enfermedades respiratorias como el Asma y también enfermedades no respiratorias relacionadas con el consumo de tabaco”, advierte.
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2. El embarazo y el tabaco son una mezcla peligrosa
“El humo del tabaco afecta a los pulmones y al cerebro del bebé durante la gestación. Esto ocurre si la madre fuma o si vive en un ambiente de humo”, dicen desde la AEP.
“Un feto en desarrollo es mucho más vulnerable a los tóxicos y la barrera natural de la placenta no puede filtrar muchos de ellos”, añade el doctor. Por estos motivos se hace tan importante la prevención.
3. Los niños son especialmente vulnerables al humo del tabaco
Esto es así porque: “Están en desarrollo y más tiempo expuestos en casa”, aseguran desde la AEP.
El tabaco incide directamente en el desarrollo y crecimiento de los niños y aquellos que conviven con adultos fumadores, tienen más riesgos para su salud por varios motivos, el principal es que: “El efecto del tabaco, como el de muchos tóxicos, es acumulativo. Cuanto antes se tenga contacto con él, mayor será el riesgo”, asegura el pediatra.
4. Los hijos de fumadores tienen más infecciones respiratorias
Desde la AEP sostienen que los hijos de aquellos padres que fuman tienen más problemas de salud, como por ejemplo: “Los niños que padecen asma lo controlan peor. Y tienen más riesgo de enfermedades del corazón y de las arterias”. Además, los niños tienen muchas infecciones respiratorias, sobre todo, en los primeros años de vida por lo que: “Si esos gérmenes (del tabaco) infectan a un niño con sus pulmones crónicamente inflamados el riesgo de complicaciones aumenta”, nos dice el doctor.
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5. El humo del tabaco sigue en el ambiente, aunque se ventile
“Cuando se fuma en la terraza no hay humo directamente dentro de la casa, pero las sustancias del tabaco quedan impregnadas en nuestra ropa, en nuestra piel y nuestras mucosas, y las transferimos a nuestros seres queridos”, asegura el pediatra.
Además, desde la AEP en este punto del decálogo añaden que: “ El humo pasa de una habitación a otra. Se mete por todos los rincones”, y animan a: “¡Que tu casa y tu balcón sean un lugar libre de humos!”.
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6. Dentro del coche no se debe fumar
“El riesgo se multiplica por 20”, dicen desde la Asociación. Pero además, el pediatra nos explica que: “El coche es un espacio muy pequeño donde los vapores se concentran mucho más que en otros lugares. Todos somos capaces de detectar si se fuma o no en un coche al entrar en él. Y lo que detectamos son sustancias químicas tóxicas”.
7. Los niños aprenden del ejemplo de sus padres.
“Si fumas es difícil que entiendan que fumar no es bueno para su salud. Los hijos de fumadores fuman más cuando crecen que los demás. Si tú fumas, ellos fuman”, aseguran desde la AEP. Y es que, los padres debemos tener claro que somos modelos para nuestros hijos en todos los sentidos. “Aprenden los buenos y los malos hábitos de igual modo. En el caso del tabaco, los hijos de fumadores ya tienen superado el rechazo inicial del humo”, indica el doctor.
8. El tabaco engancha rápido
“La edad media de inicio en el consumo son los 14 años. No te dejes engañar. ¡Esperamos que tu generación acabe con el tabaco!”, animan desde la AEP.
La realidad es que la adolescencia es una época muy complicada en la que las adicciones, el no querer ser menos delante de los amigos o el propio desconocimiento están a la orden del día. Los adolescentes son más vulnerables y es más fácil que comiencen a fumar en esta etapa. El doctor alerta y es tajante: “Las estadísticas sobre consumo de drogas son muy preocupantes. Cuanta menor tolerancia social tengan, menor será en riesgo de inicio de su consumo”, asegura.
9. Los cigarrillos electrónicos no sirven para dejar de fumar
La AEP dice que: “Son una forma de atrapar a los jóvenes y tienen efectos perjudiciales”.
Sin duda, hemos visto cómo en los últimos años el vapeo, o los cigarrillos electrónicos, han ganado muchos adeptos, sobre todo, entre los jóvenes. “Otra maniobra de la industria del tabaco. El vapeo es al menos igual de perjudicial que el tabaco fumado. Lo realmente preocupante es que es una vía de administración sin experiencia a largo plazo y ya se están viendo lesiones pulmonares precoces y específicas de esta forma de consumo”, asegura el doctor.
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10. Dejar de fumar es posible, si no puedes sin ayuda acude a tu centro de salud
“Mejorará tu salud y será un gran regalo para ti y para tu familia”, asegura la AEP. Si realmente se quiere dejar de fumar se puede, y por ello, uno de los objetivos de este decálogo es el de la concienciación y sensibilización de los riesgos y consecuencias nocivas que conlleva el consumo de tabaco, no solo para uno mismo sino también, para aquellos que lo rodean.
“El primer paso es reconocer que se está consumiendo una sustancia perjudicial para nuestra salud y la de nuestra familia. A partir de ahí, hay que poner todos los medios a nuestro alcance para dejar el hábito con la ayuda que sea necesaria”, insiste el doctor.