10 preguntas y respuestas sobre el primer baño del bebé

El momento de realizar el primer baño tras el nacimiento es una de las pautas que más se ha actualizado con el tiempo. Según nos cuenta la doctora: “Ha variado mucho en los últimos años. Actualmente la recomendación es esperar 24 horas tras el nacimiento, según la OMS, o al menos 12 horas, si no puede esperarse un día entero por motivos culturales”.

Y además, nos cuenta cuáles son las razones por las que se recomienda el retraso en el baño son varias:

• Se favorece el establecimiento del vínculo madre-hijo al no interrumpir el contacto piel con piel en las primeras horas tras el nacimiento.
• Se evita la pérdida de calor en las primeras horas de vida, que mantiene gracias al vérnix caseosa (capa untuosa que cubre la piel del recién nacido) y que retiraríamos en el baño.
• El mantenimiento del vérnix caseoso, que actúa como una barrera protectora y un hidratante natural, evita que la piel se reseque más de lo habitual.

En cuanto a la frecuencia del baño del recién nacido, según nos comenta la experta, no hay consenso. “Tan bueno es hacerlo a diario como cada 2-3 días o incluso más. En España, tradicionalmente, se recomienda el baño a diario, pero fundamentalmente por cuestiones culturales y no por las necesidades reales del bebé; y se ha visto que no hay diferencia en la aparición de problemas en la piel entre los niños bañados a diario y aquéllos que lo hacían cada 6 días”, dice.

Son los padres, por tanto, los que deciden cada cuánto bañan a su bebé, nos asegura la doctora. Y añade que: “Si el momento del baño supone un momento relajado y placentero, lo habitual es hacerlo a diario. Si por el contrario es un momento de estrés tanto para el niño como para los padres, puede hacerse más de tarde en tarde. Lo importante es hacerlo de forma regular para asegurar una higiene adecuada del recién nacido”, recomienda.

Otra de las grandes dudas de los papás, sobre todo primerizos, es... ¿cuál es la mejor forma de coger al bebé? La experta responde: “Lo adecuado es coger al bebé con un brazo extendido tras sus hombros, sujetando la axila más alejada de nuestro cuerpo con la mano de ese brazo. De esta forma nos quedará la otra mano libre para poder limpiarlo. En cualquier caso no debemos llenar la bañera en exceso, con unos 15-20 cm de altura de agua será suficiente”, aconseja.

Este es otro de los ‘grandes miedos’ de los papás a la hora de bañar a su bebé las primeras veces. ‘¿Estará muy caliente el agua?’ O, por el contrario, ‘¿necesita que la caliente más para sentirse más cómodo?’ Normalmente los expertos recomiendan el agua tibia, concretamente a: “ Unos 35-37 grados”, nos afirma la pediatra. Es importante no disminuir los grados aunque estemos en verano y el ambiente sea cálido porque su cuerpo todavía no es capaz de regular la temperatura y esos cambios pueden ser muy bruscos debido a su sensibilidad.

La pediatra recomienda que: “Durante los primeros días de vida, el baño dure solo unos minutos (no más de 5 minutos), ya que si alargamos este tiempo corremos el riesgo de que el agua se enfríe y el niño también”. Según van creciendo y van interactuando más con el medio, el momento del baño se convierte en un juego o incluso en un momento relajante, será entonces cuando podamos alargarlo un poquito más.

La piel del recién nacido es mucho más delicada que las de los adultos, algo que todavía se intensifica más durante los primeros días de vida, por este motivo: “Debemos utilizar para limpiarles jabones suaves con pH similar al de la piel y sin detergentes”, nos dice la experta. Y recomienda: “Se pueden utilizar los geles ‘syndet’, esto es, geles lavantes sin jabón”.

“El baño del recién nacido debe realizarse en una habitación caldeada (entre 22- 24 grados), para que al salir del baño en bebé no se enfríe”, advierte la pediatra. Aún así, nada más sacarlo del agua debemos envolverlo inmediatamente con una toalla templada que, hayamos preparado previamente, teniendo en cuenta que esta: “Cubra tanto el cuerpo como la cabeza para después, proceder al secado de forma suave y sin frotar con presión. Es muy importante verificar el correcto secado de las zonas de pliegues como las axilas, ingles, cuello, tras las orejas...”, explica.

El baño del recién nacido será suave y delicado, eso no quiere decir que no tenga que cumplir unos mínimos de higiene, incidiendo especialmente en algunas zonas, que según nos cuenta la experta serán:

• El área genital debe estar limpia y seca, por lo que, si con la limpieza en cada cambio de pañal no es suficiente, recurriremos al baño para limpiar la zona.
• El cordón umbilical: debe lavarse a diario con agua y jabón, se puede sumergir en el agua sin problema y después secarlo correctamente.
• Los pliegues: muy importante la limpieza y más aún el correcto secado.

Según la doctora, no hay una hora mejor para el baño, todo dependerá de las necesidades tanto del bebé como de los padres. “Lo ideal es elegir un momento tranquilo tanto para los padres como para el niño, y mantener esa hora como rutina. Habrá, por tanto, factores que influyan en la hora del baño, como la disponibilidad de los padres o el carácter del bebé. Conviene que el niño no esté irritable porque tenga hambre, por ejemplo”, recomienda la experta.

“La práctica habitual es bañar al niño por la tarde-noche, antes de una toma, porque en general el baño les relaja y así hará mejor la toma y conciliará mejor el sueño, aunque si en nuestro caso es al contrario, el baño le excita, podemos adaptar la hora del baño a lo que más convenga a la familia”, insiste.

Durante los primeros días de vida, la piel del recién nacido, que ha estado en un ambiente húmedo durante nueve meses, tiende a secarse de forma natural tomando incluso un aspecto cuarteado, nos explica la experta, mientras que entre la primera y la segunda semanas de vida, la piel se ha adaptado al nuevo medio y adquiere su aspecto terso y suave.

“Por esta razón no es imprescindible utilizar cremas de forma rutinaria en el recién nacido, pero eso no quiere decir que no puedan usarse. Después del baño, aprovechando la humedad de la piel, podemos dar un masaje que a la vez le hidrate, con cremas, lociones o aceites especiales para bebés, sin irritantes (parabenos, perfumes...). La piel del área del pañal, a priori, no necesita ninguna crema especial, a no ser que aparezcan irritaciones, en cuyo caso se aconseja utilizar una pasta al agua”.