En España tenemos la suerte de que contamos con un verdadero paraíso natural, lleno de playas perfectas en las que relajarnos (y que invitan a más de un foráneo), pero también cordilleras verdes en el interior, lagos y multitud de bosques en los que perderse. De estos últimos, muchos de ellos declarados Parques Naturales, hemos venido a hablarte hoy. Porque, si eres de los que te has decidido por un poco de turismo nacional y de interior , también puedes disfrutar de un verano de ensueño. O, si alguno de los que hemos elegido está cerca del lugar en el que vives, ya tienes tu escapada de fin de semana .
Pero no una escapada cualquiera, sino una en familia y con niños . Porque todos los bosques y parques que hemos elegido tienen diferentes rutas que se adaptan a la edad de todos, con una amplia variedad de niveles y recorridos: desde los más cortos de apenas 1 hora, hasta algunos que pueden extenderse hasta 6 horas. Además, todos ellos tienen rutas señalizadas y paneles explicativos para no dejar de aprender y, por supuesto, no perderse. Que cuando vamos con niños es muy fácil pararse y despistarse. El verano invita siempre a sumergirse en la naturaleza.
Abedular de Canencia y Bosque de La Herrería de El Escorial (Madrid)
En este caso, dentro de la Comunidad de Madrid, vamos a recomendarte dos escapadas. Y es que, la Sierra de Guadarrama esconde rincones sorprendentes con una riqueza medioambiental importante. En primer lugar, el Abedular que se encuentra en el Puerto de Canencia (1524m) y que constituye uno de los pasos de montaña por los que se accede a la Sierra Norte de Madrid. En concreto, está situado a los pies de la Sierra de Morcuera, repleto de pinares y con varias áreas recreativas. El número de especies de árboles es muy abundante, encontrando algunas nada habituales, como el abeto de Douglas, pinos silvestres de gran altura y algunas protegidas como el acebo o el tejo. Para recorrerlo, existe una ruta muy sencilla y perfectamente indicada por el mirador de la Chorrera de Mojonvalle. Para los niños, es muy variada porque, además, cuenta con chozas de pastores, una cascada y una senda botánica muy variada.
En el segundo caso, nos acercamos al Bosque de la Herrería, al noreste de la capital. Forma parte del Patrimonio Nacional y es, quizás, una de las zonas más sencillas y accesibles si tus hijos son muy pequeños . Se sitúa junto al Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, que se puede contemplar desde lo alto en medio de la ruta, y tiene una amplia zona de merenderos en su parte más baja, con lo que puedes ir a pasar el día. Ahora, te recomendamos que acudas bien pronto, los fines de semana es uno de los puntos favoritos para el senderimo por parte de los madrileños.
Parque Natural del Señorío de Bértiz (Navarra)
Bértiz se sitúa en los Valles Cantábricos de la montaña de Navarra, en Oieregi-Bertizarana. Un espacio con una presencia de fauna forestal que mereció la declaración como Parque Natural en el año 1984 y que va cambiando en función de la altitud: pastizales en las zonas más bajas y brezales o helechales en las laderas de las montañas. Además, se han realizado plantaciones de roble americano, castaño y pino de Monterrey. Así, es un lugar para aprender mucho sobre naturaleza y vegetación.
Tanto es así que, durante todo el año, organizan multitud de actividades específicas para escolares y también para niños y familias. Te dan equipamiento si te apuntas y todo el material didáctico necesario. Si no, siempre puedes apuntarte a una de sus visitas guiadas. Es más, bajo el título Comparte con nosotros el cuidado del bosque, se desarrolla un programa educativo cuya finalidad es conocer qué significa y cómo se realiza la gestión forestal integral y sostenible del bosque para conservar la biodiversidad.
Bosques de Ambroz (Cáceres)
En este caso, nos vamos al norte de la provincia de Cáceres, al Valle del Ambroz, con un conjunto enorme de bosques de castaños, robles, alisos, chopos, olivos, encinas y alcornoques. Es decir, la variedad es inigualable y los diferentes colores que podrás observar en su vegetación también. Eso sí, es una de las escapadas más difíciles que te proponemos, por lo que es mejor reservarla si tus hijos ya tienen la edad adecuada como para caminar, al menos, una o dos horas .
La ruta más conocida es la de Los Bosques del Ambroz de 22 km, que comienza en La Garganta y termina en Segura de Toro, dos pequeños pueblos de la localidad, pero existen infinidad de ellas de mayor o menor duración y dificultad. Todas están señalizadas en blanco y amarillo, bien identificadas, para no perderos.
Bosque de Cobre en Pujerra (Málaga)
Este bosque situado a las afueras de la localidad de Pujerra, en el interior de la provincia de Málaga, recibe su nombre por el particular de color de las hojas caducas de los castaños. Un auténtico espectáculo de colores amarillos, marrones, naranjas y ocres que hacen del bosque uno de los mejores paisajes de la tierra malagueña. Existen diversas rutas para recorrerlo y bastante llanas, por lo que nos gusta especialmente para los más pequeños. Y todas ellas han sido denominadas como Pequeños Recorridos (PR) y acaban en alguno de los pueblos de Pujerra, Igualeja o Parauta.Tiene un par de miradores panorámicos que nos permite observar bien la zona.
Bosques de la Grevolosa en San Pedro de Torelló (Barcelona)
Si vas a pasar unos días por la provincia de Barcelona o vives allí, esta es una de nuestras grandes recomendaciones. Dedicarle unos días a esta zona, merece mucho la pena. Es un hayedo que se sitúa en la Sierra dels Llancers, en el municipio de Sant Pere de Torelló y cuyos árboles alcanzan los 40m de altura y los 300 años de edad. Las rutas que lo recorren son numerosas y varían en dificultad, por lo que podrás escoger la tuya dependiendo de lo habituados que estéis al senderismo en casa. Es un lugar, de verdad, repleto de belleza y, además, muy tranquilo con una amplia variedad de fauna y flora. Muchos robles, avellanos y una gran cantidad de pájaros diferentes.
¿Por qué nos gusta para los más pequeños? Por dos razones: la primera, por el contraste de colores , sea la época del año que sea, y por las formas tan rocambolescas de los troncos y ramas de los árboles que en él habitan.
Monumento Natural de las Secuoyas en Cabezón de la Sal (Cantabria)
Este pequeño bosque de secuoyas se encuentra en el municipio de Cabezón de la Sal en Cantabria, con casi 900 ejemplares de estos impresionantes árboles que han sido declarados Monumento Natural. Son especias nada habituales en nuestro país que, en este lugar, alcanzan unas dimensiones enormes y, además, una gran longevidad. De ahí, su rareza. Las trajeron sobre 1940, como una forma de aumentar los ingresos y riqueza de la zona y para solucionar la necesidad de especies madereras destinadas a la producción industrial. Y aquí se han quedado.
Apenas tiene recorrido, es más un sitio para ir a contemplar el espectáculo (hasta con música de fondo) y dedicar un rato a pasear. Aunque puedes hacer tu visita tan larga como quieras, pues hay muchos tablones explicativos a lo largo de las pasarelas de madera que se han instalado para su conservación. Además, puedes acercarte también al Poblado Cántabro, en el corazón del Valle del Saja, muy cercano, para ver el camino que recorrieron los primeros pobladores de esta zona.
Abedular de Riofrío en Puebla de Don Rodrigo (Ciudad Real)
Este abedular está localizado en el término municipal de Puebla de Don Rodrigo, la zona occidental de la provincia de Ciudad Real, que es excepcionalmente baja con respecto a todas las demás (630m). Está recorrido por el río Frío, de ahí su nombre, con una longitud pequeña de 3 km. En este caso, la riqueza reside en su suelo, cubierto de cuarcitas y pizarras.
Hay dos recorridos marcados para no perderos: el corto, de unos 2 km y 1 hora, y el largo, que alcanza los 6 km y las 2 horas. Ambas son rutas interpretativas, la primera está diseñada para caminar despacio, con un sendero interpretado con paneles y pasarelas sobre el río, por lo que es perfecta para los niños, y la segunda pasa por una pista forestal. Eso sí, el acceso al monte de utilidad pública está regulado, por lo que hay que pedir cita previa.
Hayedo de Otzarreta en Altzusta (Vizcaya)
Este es uno de los bosques más visitados del País Vasco. Se encuentra en el Parque Natural de Gorbeia, en su vertiente vizcaína y es uno de los puntos de referencia de la zona, con una cumbre de 1482m. Se puede recorrer con diferentes rutas que transcurren por humedales, prados y algunas colinas escarpadas. Hay multitud de especies de hayas y robles centenarios, además de un río que atraviesa toda la zona, el Zubizabala. Nos gusta especialmente para los niños porque no es muy extenso, sino que es más bien recogido y el tiempo de visita no es demasiado amplio. Además, en los alrededores se sitúa Saldropo, un humedal que ofrece otras rutas alternativas con diferentes niveles de dificultad, por si los niños son muy pequeños, y una amplia zona de barbacoa apta para pasar todo el día con tu familia y amigos .
Parque Natural de Las Nieves y Bosque de los Tilos (La Palma)
Este ecosistema milenario se localiza en el municipio de San Andrés y Sauces, considerado la primera Reserva de la Biosfera en la isla y con un importante valor como patrimonio natural. Es bastante frágil y, por eso, está muy controlado. Las rutas de senderismo que ofrece son bien bonitas y agradables, algunas de ellas aptas para los más pequeños. Por ejemplo, una de las que más nos gusta cuenta con apenas 2,5 km de recorrido por el corazón del bosque (se puede ir también para un sencillo paseo).
Además, hay un Centro de Interpretación con una exposición permanente que explica los valores naturales del entorno y en donde los niños pueden aprender mucho sobre este bosque jurásico de miles de años en particular y de la naturaleza en general.
Bosque del Faedo de Ciñera de Gordón (León)
En esta ocasión, te llevarás una doble visita, la que realizarás al propio bosque y al museo que existe al inicio del mismo . El Bosque del Faedo comienza con una antigua entrada a una mina de carbón, actualmente abandonada, que se ha acondicionado como museo, para mostrar las herramientas que los mineros empleaban en las galerías. Y es que la minería tuvo gran importancia en la comarca de Gordón en pleno siglo XIX.
Hoy en día, si avanzamos un poco, nos encontramos ante un profundo valle, excavado en las peñas calizas de la Sierra del Sadornal por el arroyo de Ciñera, donde se encuentra, que tiene una especie de haya propia (de ahí, su nombre): el Faedo, una de las más longevas de la Península Ibérica. Su estado de conservación es bastante frágil y llegan a una altura de hasta 30m. Hay cascadas ¡y puentes de madera!
Bosque de Fraga de Catasós (Pontevedra)
Este pequeño bosque se encuentra situado a las afueras de la villa de Lalín, a medio camino entre Santiago y Ourense, por lo que si te encuentras por Galicia, ya tienes escapada. Sus especies son mayoritariamente robles y castaños, todos ellos centenarios. Están protegidos como Monumento Natural, siendo alguno de sus ejemplares de los más altos de Europa.
El paseo a través de esta Fraga de Catasós es sencillo, además de estar muy bien señalizado, lo que le hace ideal para los más pequeños. Además, durante todo el recorrido hay multitud de paneles informativos que enriquecen, sin duda, la visita, porque te explica muy bien el ecosistema que irás encontrando en el camino.