Así debe ser el ‘kit’ básico para que tu hijo empiece su propio huerto

No sabemos si es lo primero en lo que debes pensar cuando te decides a colocar un huerto en casa con tus hijos, pero seguro que ya te lo estás preguntando: ¿qué plantas elijo? Hay kits preparados específicamente para los niños, como el de la imagen, que ya llevan dos de las mejores elecciones. Pero, si quieres hacerlo desde cero vosotros mismos, de entre todas las verduras, frutas y plantas aromáticas que hay (todas valen, por supuesto), las que te recomendamos son:

1. Las acelgas, porque se pueden cultivar durante todo el año y resisten muy bien las plagas, enfermedades y el no tener demasiada luz. Eso sí, necesita un recipiente de gran volumen para crecer bien.

2. Las espinacas y la rúcula, que se desarrollan muy fácilmente, pueden crecer en sombra y resisten bastante bien el frío. Es perfecta para cultivar en lugares sombríos y no requiere un gran espacio. Además, no es muy exigente en cuanto al riego.

3. La lechuga, que es válida para todo el año si la protegemos bien de las heladas y el calor excesivo. Se puede cultivar incluso en la cocina.

4. Si buscas algo diferente, unos cuantos guisantes, que no requieren mucho espacio, aunque sí bastante riego.

5. Entre las hierbas aromáticas, destacamos la menta, por ser perenne y estar presente durante todo el año. Es fácil de cultivar y se adapta tanto al sol como a la sombra.

6. Si quieres una fruta, nuestra recomendación son las fresas. Son sencillas, pero siempre comprando el plantel y no las semillas (algo que explicaremos a continuación), se adaptan bien al cultivo en pequeñas macetas si no tienes mucho espacio y, de nuevo, no necesitan mucha luz.

7. Por último, los rábanos. Son un cultivo fácil y rápido, además de colorido. A los más pequeños les suele encantar.

Si vas a trabajar con tus hijos en un jardín o en el suelo, quizás te sea más sencillo la elección de un buen sustrato, porque la base es además amplia. Sin embargo, en el caso de no hacerlo, debes buscar un sustrato específico para huerto urbano, que son muchos más ligeros pero con la porosidad necesaria para retener los nutrientes. Ten en cuenta que es un elemento importante, porque si no, no crecerá bien nada de lo que quieras cultivar y tus hijos se desanimarán demasiado pronto.

Por otro lado, depende del espacio que hayas decidido dedicarle a tu huerto , también puedes utilizar sustratos de semillero. Por ejemplo, si utilizas como primera base una huevera de cartón (sí, de primeras, se puede cultivar en ellas). Nuestra recomendación es que busquéis uno que esté compuesto en, más o menos, un 60% de fibra de coco y un 40% de humus de lombriz. Y, por supuesto, nada más ponerlo, rehidratarlos bien con mucha agua.

Otra parte fundamental de un kit de cultivo es saber elegir el tipo de semillas que vas a utilizar. Y, con niños, mucho más. ¿Por qué? Fácil, porque los niños tienden a cansarse mucho antes y necesitan ver unos resultados relativamente tempranos en lo que hacen, aunque no está de más que trabajemos también su paciencia. Por eso, a la hora de elegir entre semillas o plantel, lo mejor para empezar es elegir este último, porque van a ser mucho más rápidos. Puedes, incluso, combinarlos, para que vean las diferencias, o hacerte, por ejemplo, con alguna de las cajas ya preparadas en las que venden todo lo necesario, como las de Resetea, con las pastillas de semillas y la turba más recomendable para ello.

Si ya hemos elegido el espacio en el que vamos a colocar nuestro huerto, lo que vamos a cultivar y tenemos ya el sustrato y las semillas, podremos ser capaces de pensar en el tipo de recipiente que necesitamos. También podemos hacerlo al revés, determinando qué cultivar dependiendo del espacio del que dispongamos. Pero, sea como sea, lo mejor es adaptarlo también a los niños, siendo las macetas las que cobran un mayor protagonismo, por varias razones:

- Se adaptan bien a cualquier espacio.

- Los niños pueden adaptar el riesgo mucho mejor a cada tipo de cultivo.

- Podemos identificar cada uno de los cultivos con una etiqueta y que ellos mismos tengan a mano las instrucciones de cuidado.

- Además, colocaremos cada maceta en el espacio que mejor le venga por el tipo de semilla escogida.

- Y, si nos apuras, pueden decorarlas.

De todas formas, como hemos comentado anteriormente, para empezar y ver si esta experiencia les gusta, puedes empezar con unas cuantas hierbas aromáticas y pequeños recipientes, un invernadero de plástico o, incluso, una huevera de cartón.

Al igual que en la cocina o en otros ámbitos del hogar debemos adaptar las actividades a los niños, en el jardín o el huerto urbano que hayamos elegido también debemos hacerlo. Por eso, debemos contar con unas herramientas que sean aptas para sus manos. Como los adultos, deberán contar con, al menos, estas tres: un transplantador, para cuando tengan que pasar tierra y semillas de un recipiente a otro, un rastrillo y una pala. Esto sería lo básico, igual que para tí. Si buscas por Internet, encontrarás muchas opciones que, además, incorporan otro tipo de productos. En el caso de la imagen, de Vertbaudet, lleva consigo un portaherramientas de madera y etiquetas para que identifiquen cada uno de los cultivos. Pero hay miles.

Algo que debes tener muy claro es que tus hijos se van a ensuciar seguro. Y no hay nada que puedas hacer para luchar contra ello. Además, es sano. Las tareas de jardinería es lo que tienen; por lo que, no solo te recomendamos que utilicéis ropa cómoda y antigua, que no te importe lavar una y otra vez, sino también un pequeño delantal, que aprendan el valor de la limpieza y de hacer las cosas con cuidado. Por otro lado, la seguridad es más importante que la limpieza, por lo que cuenta con añadir a ese kit básico que estás preparando unos buenos guantes.

El agua es el complemento que necesitan todos los cultivos para crecer, además de luz. En los huertos urbanos lo habitual es que el riego se produzca de manera manual con una regadera. Y es una tarea que los niños pueden realizar perfectamente, tomando la responsabilidad. Sin embargo, como la cantidad de agua debe ajustarse, si no le adaptamos el tamaño y el peso de la regadera, podemos tener un mal resultado o inundarlo todo. Busca una que sea pequeña, que no se rompa y que sea ligera. A nosotros nos gustan las que se han fabricado en silicona, como por ejemplo, la regadera Scrunch de Tutete, que tiene el tamaño perfecto para las manos de los más pequeños. Bien plegada, puedes guardarla con el resto del kit, pero puedes elegir una de plástico también si no es demasiado grande.

Además del riego, bajo tu vigilancia si son demasiado pequeños, hay otras muchas tareas que según la edad del niño, puedes encargarles. Elegir todo lo que hemos ido enumerando es mejor que sea cosa de adultos, pero cuando os pongáis manos a la obra, ellos pueden:

- Llenar las macetas o recipientes con el sustrato elegido, rehidratándolo en su caso al principio y buscando los huecos necesarios para colocar el plantel o las semillas.

- Colocar el plantel o las semillas y cubrir con el sustrato necesario. Identificar cada una de las plantas, verduras y frutas elegidas.

- Hacer las comprobaciones necesarias de luz y espacio necesarias, a ver qué opinan.

- Seguir un horario u hoja de instrucciones para el éxito del cultivo.

- Podemos hacerlo junto a ellos y pedirles que estén pendientes a diario para tocar la tierra, calcular los días de riego, etc.

- Si la planta ya ha crecido, pedirles que recojan esquejes y los transplanten.

- A la hora de cocinar, podemos pedirles que nos recojan lo que necesitemos, un poco de lechuga o un manojo de menta.

Aunque es bueno dejarles que ellos tomen la responsabilidad, una vez entiendan lo que hay que hacer y se sientan seguros, no está de más que los padres apoyen en el huerto sus tareas, como hemos visto, adaptando todo el material a su edad. Además, al principio deberéis explicarles bien qué vais hacer, cómo se hace y qué cuidados se requieren (de ahí que, un horario o tabla de instrucciones sea una buena recomendación).

Pero si algo podemos hacer con ellos es, sobre todo, poner en valor todo lo que vamos consiguiendo en nuestro huerto urbano, que vean su utilidad. Por eso,

- Podemos hacer talleres de comida saludable, en el que cocinemos lo que cultivamos.

- Reutilizar sustratos, hacer esquejes y enseñarles lo importante de la sostenibilidad y el reciclaje, el aprovechamiento y los productos de temporada . Es decir, nuestra labor es más de enseñarles en paralelo.