Todas las ideas que te damos son muy fáciles de preparar, no necesitan apenas material y, salvo en alguna ocasión, la ayuda de los adultos no será necesaria. Esto no significa que la vigilancia sí deba existir, sobre todo, porque habrá muchas carreras, saltos y lanzamientos de pelotas. Y, por supuesto, prepara un buen picnic .
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El túnel de los churros
Sí, tener un túnel de plástico a mano es de lo más práctico. Lo venden en muchas tiendas y son geniales para cualquier momento del año, porque también permite que se desarrollen los juegos en el interior. Suelen ser, además, plegables, con lo que el espacio que ocupan es mínimo. Sin embargo, el tamaño de los niños que suelen caber por él no es muy grande, por lo que te proponemos que fabriques el tuyo propio con unos cuantos churros de piscina. Así podrán jugar todos.
Es tan sencillo como crear una ruta con ellos a lo largo del jardín, doblándolos como en la imagen y fijándolos en el césped. Cronometra a cada uno de los participantes y puntúales según hayan sido más o menos rápidos.
¡Tira la torre de latas!
Sobre una mesa coloca 10 latas que, previamente, hayas limpiado bien y pintado con tus hijos. Sí, la fiesta en el jardín exige un cierto grado de preparación. Pon 4 latas en la base, después 3 en la fila de arriba, 2 encima y, por último, una última lata, creando así una especie de pirámide. La actividad consiste en tirar el mayor número de ellas. Crea turnos para los lanzamientos, da tres oportunidades a cada participante y, por supuesto, no dejes que ninguno se ponga en la trayectoria de tiro. Importante la seguridad. Como bolas de lanzamiento, ¿por qué no llenas unos calcetines viejos de arena? Así no dañarás más que a las propias latas.
La clásica rayuela en el césped
Es quizás uno de los juegos infantiles más populares de la historia de los juegos. En el colegio, en la calle en verano o en el parque. Quien no haya jugado, es porque, en realidad, no se acuerda. Para poder disfrutar de ella en el césped, lo más cómodo es comprar esas letras de goma EVA que utilizamos para el cuarto de los niños, siempre que tengan los números correspondientes. Si no, marca cada uno de ellos con una cartulina de color o una tela bien sujeta. Dibuja los números del 1 al 10 como en la imagen, una pequeña piedra, ¡y a jugar!
La búsqueda del tesoro
Es un gran clásico. Les das un mapa del jardín, una serie de pistas y escondes un tesoro. Estarán entretenidos horas. Por eso, nuestra recomendación es que este sea el juego elegido para el final. Si es una fiesta de cumpleaños, como tesoro, puedes esconder una bolsa de caramelos para cada uno de los niños.
Dibuja un mapa, haz todas las copias que necesites y crea una ruta de pistas para que, ya sea de manera individual o en equipo, encuentren el tesoro escondido. Si además, lo haces con una temática concreta (“habéis naufragado en una isla desierta, sois unos temerarios piratas o tenéis que encontrar y desactivar una bomba”) será mucho más divertido. Es más, dales un plus con algo que les disfrace.
La cuerda venenosa
Para este juego que te proponemos, necesitamos la inestimable ayuda de un adulto. O, pensándolo mejor, unos cuantos, podéis acabar mareados.
El adulto será quien maneje esa cuerda venenosa que no puede tocar las piernas de ninguno de los participantes. Intenta que sea lo más gruesa posible, para que la vean bien. Colócate en el centro, pide a los niños que hagan un círculo a tu alrededor y comienza a dar vueltas con la cuerda muy muy pegada al suelo, haciendo que los niños salten cuando les llegue y elimina a aquellos que sean tocados por ella. Comienza a poca velocidad y vete aumentándola. La altura, para evitar caídas, mejor no elevarla demasiado.
Atletismo con salto de cuerdas
Otra idea, que puede ser perfecta como complemento de la primera que te dábamos (la del túnel), es crear una especie de circuito de atletismo en el que exista una especie de salto de vallas. Sin embargo, para evitar golpes y que sea un poco más amable con los niños, vamos a fabricarlas con ramas y cuerdas, además de con una altura razonable.
Crea primero tu circuito y coloca, por cada valla: dos palitos y la cuerda uniendo ambos bien tensa. Da espacio entre cada una de las vallas, para que puedan saltar cómodamente. Y crea diferente juegos, primero saltarlos todos en el menor tiempo posible, luego saltando a la pata coja sin tocar las cuerdas o con ambos pies juntos.
Bolas saltarinas de colores
Por último, un juego que puede tener, en realidad, muchas variantes. La que más nos gusta es la siguiente: cogemos una sábana vieja que ya no usemos y colocamos, sobre ella, todas las bolas de colores que podamos encontrar. Las mejores son, sin duda, las que rellenan los parques de bolas y que suelen venderse en grandes bolsas con cuatro colores (rojo, amarillo, azul y verde).
Divide a los niños en cuatro equipos y ponte con ellos a mantear las bolas. Sin avisarles, de repente, dale mucha altura y suelta la sabana, que salgan todas las bolas desperdigadas. Coloca cuatro cubos para los cuatro colores, y pide que recojan las bolas de su color lo más rápido posible. El primer equipo que lo haga gana.