Si hablamos con un especialista, como hemos hecho con la Dra. Mónica Riaza Gómez, pediatra en el Hospital Universitario HM Montepríncipe, te dirá que existen tres momentos muy importantes en la alimentación infantil que pueden convertirse en un problema si no se superan con éxito. Y uno de los problemas es, precisamente, el estreñimiento . Como nos enumera nuestra experta, estos tres momentos son:
Cuando comienza la continencia fecal, en torno a los 2 años, que coincide con el momento de retirada del pañal.
Y, por último, en un rango variable entre los 3-6 años, cuando comienzan el colegio. En este momento, comienzan los horarios y la dificultad para hacer deposiciones fuera de casa.
La patata tiene un alto contenido en almidón y, con el calor, se activan las pectinas. Y, por lo general, los alimentos más astringentes van a ser esos ingredientes ricos en taninos y pectinas. Estos elementos forman parte de la fibra soluble, capaz de absorber bastante agua y dar consistencia a las heces, pero también puede desecar la pared intestinal, quedando menos lubricada y dificultando la evacuación. Además, “la patata frita tiene un mayor contenido de grasa, lo que enletece el vaciamiento gástrico y el propio tránsito intestinal”, nos confirma la doctora.
Manzana pelada o en compota
De nuevo, es un alimento muy recurrente pero posee muchos taninos y pectinas que favorecen el estreñimiento. Sin embargo, se come cruda y con la piel, puede ayudarnos a regular el tránsito intestinal por su contenido en fibra. De ahí, el matiz realizado al inicio, pues puede ser gran aliado.
Un apunte que nos hace la doctora, es que “en algunas situaciones, hablando de fibra, cuando el niño lleva muchos días sin hacer una deposición (impactación fecal), se debe limitar esta ingesta de fibra, para no empeorar el bolo fecal y que dificulte, aún más, la deposición”.
El plátano
Sí, una fruta recurrente y cómoda, pero que puede jugar en contra de tus hijos si sufren de estreñimiento. Cuando un plátano está poco maduro, tiene bastante contenido en almidón y taninos, por lo que es mejor evitarlos. Sin embargo, en los plátanos maduros, este almidón se transforma en azúcares y ya no favorece tanto este problema.
Arroz blanco
El arroz blanco aporta, fundamentalmente, hidratos de carbono en forma de almidón. Y, además, contiene pectinas. Nuestros dos grandes enemigos en cuanto al estreñimiento. Si se lava el arroz antes de cocerlo o después, se puede disminuir ese almidón, pero también tenemos pérdida de algunas vitaminas y minerales. Por eso, como afirma la doctora, “al igual que con la pasta, es recomendable usar las versiones integrales, con mayor contenido de fibra”.
Zanahorias cocidas
Con el calor, se activan las pectinas que, como nos ha explicado la doctora, tienen poder astringente. Sin embargo, si se come cruda, las zanahorias sí que podrían favorecer el tránsito intestinal por su contenido en fibra insoluble. Y es que, como hemos dicho, en muchas ocasiones todo dependerá de cómo estén cocinados esos alimentos y su estado de maduración.
Carnes y embutidos
Por su alto contenido en grasa y proteínas, pero con escaso aporte de fibra. Sin embargo, en este punto, nos advierte la doctora que “no se recomiendan dietas restrictivas, sino utilizar las versiones, tanto en composición como en cocinado de los alimentos, que puedan ser menos astringentes”. Por tanto, no debemos eliminar las carnes y embutidos de manera total, sino de limitarlo y acompañar este tipo de alimentos de otros con alto contenido en fibra.
Lácteos
En general, se recomienda una ingesta de unos 500 ml al día y unos 700 ml en adolescentes. Sin embargo, “la leche entera y los quesos curados consumidos en exceso, por su contenido graso, enletecen el tránsito y, además, pueden ejercer un efecto saciante, evitando la ingesta de otros alimentos con más fibra”, como nos comenta la doctora.
Alimentos fritos
Pueden ser desde alimentos ultraprocesados hasta bollería industrial o algunos platos que preparamos en casa rebozados, unas croquetas o unas empanadillas (dos cenas muy recurrentes). Todos ellos van a tener un alto contenido en grasa, muchas veces grasas saturadas, que van a influir en la digestión y la ralentización intestinal.
Chocolate con leche y chocolate blanco
Tienen un alto contenido graso que puede contribuir al estreñimiento. La semilla del cacao tiene un alto contenido en taninos y, en algunos estudios, asegura la doctora, “se discute si podría tener el efecto contrario al estreñimiento, sobre todo, en el chocolate negro”. Sin embargo, en todo caso, se recomienda limitar la ingesta y, en el caso de comerlo, hacerlo en sus versiones más puras, que contienen menos azúcares añadidos y menos grasas.
Harinas blancas refinadas
Por último, no es un secreto que tanto el pan blanco como la pasta no aportan fibra a nuestra dieta, por lo que, de nuevo, “lo más recomendable es utilizar las formas integrales de estos productos y, en ningún caso, deben convertirse en base de la dieta que le ofrecemos al niño”, asegura la doctora.