Aunque hay muchas cosas que podemos hacer en nuestra ciudad -museos, parques y visitas culturales- , también podemos agudizar un poco el ingenio y crear un auténtico parque de juegos en casa. Es más, ¿por qué no organizamos una gymkhana? Te vamos a proponer unas pruebas variadas y sencillas para que os lo paséis genial en familia: del salón a la habitación y del sofá al suelo. Eso sí, después, toca recogerlo todo. La última prueba de esta gymkhana.
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La tradicional búsqueda de huevos de Pascua
Aunque no es algo muy habitual en nuestro país, en las ciudades británicas, por ejemplo, se organizan auténticas búsquedas del tesoro durante Semana Santa. Un tesoro que tiene forma de huevo y se pinta de miles de colores. A los que más consiguen, se les da un premio (alguno, en realidad, es de chocolate y ya de por sí toda una delicia). A ello se unen museos, casas culturales y colegios. Incluso, las familias se organizan para crear un auténtico movimiento vecinal por el barrio. Así, los niños pasan un día divertido. Crea tus propios huevos de Pascua o cómpralos de chocolate en versión mini y escóndelos por casa. Dales una cesta a cada uno y estarán entretenidos toda la tarde.
Unos Juegos Olímpicos con sede en casa
Convoca a los grandes deportistas de tu familia en el salón, compra unas medallas y prepárales una serie de pruebas que tengan que ir superando. Una mesa y unas palas de ping-pong, una sesión de yoga en familia o un partido de hockey. Este último puede ser muy divertido. Forra sus piernas con unos cojines, pon una portería en cada extremo de la habitación y dales una pequeña pelota con un par de palos que tengas, dos raquetas o cualquier herramienta que te sirva para empujarla. Quien más pelotas cuele en la portería contraria, ¡gana!
Un divertido Twister casero
Otra de las pruebas de la gymkhana puede ser quedarse el último en un Twister casero. Este juego fue un auténtico fenómeno en los años 90. consiste en una sábana blanca o cualquier tipo de tela pintada con círculos de colores. Son seis círculos del mismo color cada uno -rojo, amarillo, verde y azul-, en cuatro columnas y se puede jugar por parejas o equipos. Una ruleta va marcando a qué color deben ir las manos y los pies de cada jugador, teniendo que situarlas encima del círculo que corresponda sin caerse. Según vas cayendo, vas siendo eliminado. El último jugador que quede es quien gana. Es realmente divertido y, además, si lo haces en casa, puedes hacer que tus hijos pasen los días previos pintándolo.
Convertirse en ladrones de joyas
Ser ladrones o proponerlo como una prueba más dentro de tu gymkhana. La historia, al final, la vas a crear tú. Escoge una habitación que te permita enlazar hilos de un lado a otro, que puedas colocar sillas y estanterías como puntos de anclaje. Nosotros te recomendamos que utilices madejas de lana, son suaves pero lo suficientemente firmes y gorditas para que los niños puedan verlo todo con facilidad. Y usa diferentes colores, quedará mucho más bonito. Sitúa a tus hijos al fondo de la habitación o al principio, pon el premio en el lado contrario y diles que no pueden tocar ningún hilo ¡o sonará la alarma! Tienen que ir despacito y con cuidado.
Una partida de bolos
Si tienes bolos de juguete, genial. Si no, no te preocupes. Es tan sencillo como colocar botellas de plástico con apenas contenido (lo justo para darles un poco de peso) y montar una partida para toda la familia. Lo mejor es que si tienes un pasillo largo en casa lo sitúes ahí, porque las paredes os servirán de guía. La pelota que sea lo suficientemente grande como para poder derribarlos. Y asegúrate de que las botellas están bien cerradas.
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Un día de pesca en el sofá
Aunque no te lo creas, puedes organizar un día de pesca sin salir de tu casa. El sofá hará de barca, en el suelo pones unas cuantas cartulinas azules (o una tela) y con unas ramas que cojas del parque, ya tienes tus cañas. Estas se construyen colgando un hilo de lana al final. Los peces los dibujan, colorean y recortan tus hijos unos días antes. Para que se peguen cuando lancen la caña, coloca imanes con adhesivos en los peces y otro al final de la caña y ¡a ver quién pesca más!
Un día de navegación por el océano
Si a tus hijos les gusta mucho el mar y, después de la jornada de pesca, se han quedado con ganas de más, déjales viajar a través del Océano. Aunque aquí necesitarán de tu ayuda y creatividad. Con unas cajas de cartón, puedes crear un barco como el de la fotografía y dejar que naveguen horas y horas. Al final, puede haber una isla del tesoro. O una pista para pasar a la siguiente prueba.
Conseguir pasar el tunel secreto
Una de las pruebas más sencillas de fabricar en casa es la de un túnel. Puedes hacerlo con cajas de cartón, con sillas y mesas, con cojines o con aros de hula hoop. La idea es fácil: pasar a través de él sin tocar, por ejemplo, sus laterales o bien en el menor tiempo posible o sin mover las piernas. Puedes poner tanta dificultad como quieras y hacerlo tan diferente como la imaginación te lo permite. Al final, se trata de eso, de darle vueltas a una idea para tener planes divertidos que parezcan distintos. Seguro que tus hijos van pidiendo una prueba tras otra.