Se suele asociar la creatividad a niños imaginativos a los que se les dan muy bien las artes plásticas o la creación literaria. Y, si bien esto es cierto, el concepto de creatividad va mucho más allá, pues es clave para la resolución de problemas de toda índole y para desarrollar la capacidad de buscar caminos alternativos y originales a una misma solución. De ahí que las Naciones Unidas establecieran el 21 de abril como el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación “con el fin de concienciar del papel que juega la creatividad en el desarrollo humano”.
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¿Cómo fomentar la creatividad y la capacidad de innovación en los niños? ¿Cómo motiva a un niño que es especialmente creativo? Se lo hemos preguntado a la Dra. Ana Isabel Sanz, psiquiatra y psicoterapeuta especializada en trastornos afectivos, infancia y adolescencia y directora del Instituto Psiquiátrico Ipsias (institutoipsias.com) y del departamento de Psiquiatría del Centro de Rehabilitación Dionisia Plaza de Madrid. Esto es lo que la Dra. Sanz, reconocida como Mejor psiquiatra en los Premios Europeos de Medicina 2024, nos responde:
¿Qué es la creatividad?
La creatividad implica tener la capacidad de analizar las situaciones desde un punto de vista alternativo, diferente al predominante, al habitual. Esa forma de relacionarse con la realidad deriva en la capacidad de descubrir soluciones originales a los dilemas que nos plantea la vida de forma casi continua, y también disfrutar más de las experiencias que se tienen a diario.
¿Cómo manifiestan los niños su creatividad?
Niños y niñas tienden a la creatividad a través del juego, pero muchas veces los entornos escolares demasiado rígidos y preocupados en exceso por el rendimiento cognitivo y la asimilación de los conocimientos “ortodoxos” cercenan esa capacidad de investigación, premiando las respuestas estereotipadas, las que se consideran “correctas”, y criticando aquellas que siguen un camino diferente.
Convivir con niños y niñas creativos puede constituir una experiencia enriquecedora para adultos abiertos, o un problema cuando el entorno es demasiado convencional y cerrado al pensamiento divergente
¿Por qué es necesario fomentar la creatividad y la capacidad de innovación en los niños?
Fomentar esa creatividad que demanda una sociedad como la actual supone cambiar radicalmente ese punto de vista en las familias y en el sistema educativo y tender a potenciar la curiosidad que suele ser frecuente en la infancia: felicitar y estimular aquellos intentos de descubrir caminos nuevos para afrontar situaciones cotidianas y cambiar el premio a la respuesta correcta por la valoración del esfuerzo por aventurarse en formas diferentes de afrontar una determinada situación.
¿Cómo fomentar la creatividad en los niños?
Lograr esta forma de aprendizaje implica utilizar técnicas y materiales que sean agradables y que estimulen la motivación por experimentar, aunque existan resultados fallidos antes de llegar a una respuesta que resulte satisfactoria. Los materiales que resultan lúdicos y estimulan todos los sentidos resultan una vía fundamental.
Los libros, los cuadernos, lápices y otros materiales clásicos, siendo necesarios, se quedan cortos y necesitan del complemento de instrumentos musicales, materiales que permitan ser manipulados a gusto del menor (barro, plastilina, papel, envases, tapones), materiales audiovisuales, juegos, herramientas tecnológicas… Eso sí, hay que ser conscientes de que las herramientas deben ser instrumentos que permitan ser manipuladas por el alumnado para desarrollar sus ideas, no un objetivo en sí mismo que se use de forma mecánica.
Lograr ambientes que potencien la colaboración constituye otra forma importante de potenciar la creatividad. El trabajo conjunto, el intercambio de ideas, prestar atención a las aportaciones del resto, son factores que potencian la motivación y enriquecen el potencial creativo individual.
¿Qué rasgos tienen en común los niños que son más creativos?
La creatividad no debería ser encorsetable en un determinado patrón de conducta o de rasgos de carácter. Precisamente la creatividad es diversidad y no debería tratar de apresarse en un esquema único. De forma general, los niños y niñas más creativos suelen ser expresivos tanto verbalmente como en su expresión corporal. Su curiosidad suele concretarse en conductas de exploración, preguntas que suelen ser originales y que deberían ser escuchadas y valoradas en lugar de objeto de jocosidad o incluso rechazo, lo cual no es inhabitual en la medida que descolocan a los adultos.
Su capacidad de percibir detalles y emociones les convierte en personas especialmente sensibles que requieren que se les escuche y se les valide, en lugar de quitar importancia o incluso reprender por crear situaciones que, por novedosas, pueden ser incómodas.
No es infrecuente que se caractericen por verse motivados por las dificultades y las incertidumbres, que estimulan su deseo de experimentación de soluciones ante un dilema. Les suelen gustar más las situaciones abiertas que las que se les ofrecen ya cerradas y marcadas por un criterio normalmente impuesto por los adultos y que pueden cuestionar.
¿Cómo puede fomentar el adulto de referencia las habilidades y la capacidad de los niños más creativos?
Por parte de los adultos, la actitud abierta ante esos porqués que los niños más creativos buscan, resulta clave para que se logre un desarrollo sano de su potencial, y no una respuesta conductual oposicionista ante un planteamiento que no comparten porque no entienden como único y perciben que les es impuesto arbitrariamente.
En resumen, convivir con niños y niñas creativos puede constituir una experiencia enriquecedora para adultos abiertos, o un problema cuando el entorno es demasiado convencional y cerrado al pensamiento divergente. Ellos suelen requerir conversaciones que les ayuden a entender más que órdenes basadas en “porque lo digo yo” (o la escuela, o la sociedad, el resto o mayoría).
¿El móvil y los dispositivos electrónicos frenan la creatividad de los niños?
En sí mismos, los dispositivos electrónicos no han de ser un obstáculo para la creatividad. De hecho, como una herramienta bien utilizada aumentan las posibilidades de expresar la creatividad. Si se dosifican adecuadamente y se seleccionan los momentos y los objetivos de su uso, ofrecen posibilidades sumamente sugerentes para ampliar las posibilidades de expresión y desarrollo de las facetas creativas de niños y niñas. La amenaza surge cuando se convierten en el recurso principal y casi único de utilización del tiempo de los menores.
Cuando esto es así, la pantalla dirige el cerebro del usuario y “emboba” su atención. La rapidez de los estímulos que recibe bloquea cualquier actividad propia del cerebro de niños y niñas y los convierte en meros espectadores pasivos de lo que han diseñado otros, normalmente con intereses no precisamente de enriquecimiento de la creatividad y la crítica.
La creatividad es diversidad y no debería tratar de apresarse en un esquema único
Las pantallas usadas así eliminan cualquier otra actividad que canalice la creatividad y además crean la necesidad de más y más estimulación, generando algo muy parecido a los síndromes de abstinencia que producen las drogas.
¿Cómo se observa este enganche patológico? Pruebe a retirar un móvil, una tablet o una consola a un menor acostumbrado a pasar horas ante una pantalla. Verá el sentimiento de angustia, irritabilidad e incluso agresividad que eso le produce. Tal vez entienda entonces cómo esos dispositivos no solo han destruido la creatividad de ese niño o niña, sino también su libertad de vivir libre de ellos.