Los más jóvenes suelen entrar en el consumo de tabaco o de otras sustancias a través de los cigarrillos electrónicos o váper. La mayoría de los consumidores cree que no son tan peligrosos como los cigarros tradicionales y por eso hay una falsa sensación de seguridad. Pero los expertos la rebaten.
Hemos hablado con Raquel Gamero, coordinadora de la Delegación de Andalucía de Fad Juventud, para que nos aclare qué hacer cuando los padres detectan que su hijo hace un consumo de estos vapeadores.
El líquido del váper tiene componentes nocivos, incluso llegando a ser cancerígenos; lo que inhalan es un aerosol y no vapor de agua
Los riesgos de vapear para adolescentes
Los principales riesgos que conlleva el vapeo para los más jóvenes son de dos tipos, tal como detalla la experta:
- Riesgos de salud física: Los estudios científicos ya han acreditado que los cigarrillos electrónicos o váper causan enfermedades pulmonares y cardiovasculares. "Los componentes de los líquidos del váper, cuando se volatilizan y se inhalan (porque lo que “fuma” el adolescente es un aerosol, no es vapor de agua como creen la mayoría de ellos y ellas), entran en el sistema respiratorio de los y las menores pudiendo afectar a sus pulmones, garganta, corazón, o incluso aumentando problemáticas como asma o bronquitis", alerta.
- Riesgos a nivel psicosocial: Se ha visto que el uso del váper "es la puerta de entrada a otras drogas, como el tabaco convencional o el cannabis. Los patrones de uso son los mismos: experimentar, relacionarse, integrarse en el grupo...".
Una falsa percepción de inocuidad
A pesar de todo ello, los menores suelen tener una percepción distorsionada acerca del vapeo, lo que les lleva a él con una falsa sensación de seguridad. ¿Cómo combatir esta idea errónea? "Lo más importante es que tengan la información real, proveniente de fuentes fiables. Será el primer paso para que tengan un pensamiento crítico. Que sepan de verdad qué es lo que están consumiendo: el líquido del váper tiene componentes nocivos, incluso llegando a ser cancerígenos; lo que inhalan es un aerosol y no vapor de agua; en muchos casos tienen nicotina, con un alto potencial adictivo", alerta Raquel Gamero.
Hablamos de un mercado relativamente nuevo, donde además es importante que sepan la realidad "y no crean que los váper son dispositivos creados para mejorar la salud; son las propias empresas de la industria del tabaco las que distribuyen estos dispositivos para aumentar sus ventas, debido a que las ventas del tabaco tradicional decrecen por los avances que se han producido, entre otras cosas, en las políticas de prevención del tabaquismo", comenta la especialista. "De hecho, hasta la palabra váper está extendida con el objetivo de que asociemos su funcionamiento al vapor de agua y así se cree una percepción de que el riesgo es menor", añade.
Cómo reaccionar cuando descubres que tu hijo tiene un vapeador
Tal como recomienda la experta de Fad Juventud, lo principal es no perder la calma, entendiendo que a esta edad la experimentación forma parte habitualmente de su desarrollo y que no siempre se estará ante un consumo problemático o adictivo.
"Lo mejor es hablar con nuestro hijo o nuestra hija, ofreciéndole información y creando un diálogo en el que expliquemos las consecuencias que puede conllevar el uso del váper. Esto no es cosa de un día, el clima familiar para la comunicación se crea con esfuerzo día a día, y es en estos momentos cuando más necesitan que escuchemos, que orientemos y que ofrezcamos herramientas", aconseja.
Lo importante es conjugar los límites y las normas desde la confianza, el diálogo y la firmeza. "Deben saber que estamos ahí y fortalecer en ellos y ellas aspectos como la identidad propia, la presión grupal, las motivaciones o intereses… También podemos consensuar compromisos con nuestros hijos o hijas, estableciendo consecuencias si estos se rompen", destaca.
Si, a pesar de las advertencias de los progenitores, el menor sigue haciendo un uso continuado del váper, "que pueda estar produciendo un problema a nivel de salud física (problemas respiratorios…) o social (empeoran sus notas, se gasta todo su dinero en el váper, está irritable, nervioso/a…) debemos pedir ayuda acudiendo a profesionales de la salud".
Pero todo ello teniendo en cuenta la importancia de descubrir qué ha llevado al menor a hacer del vapeo algo tan importante en su vida, manteniendo una comunicación abierta por si necesita algo y estableciendo compromisos sobre el consumo del váper que tendrá unas consecuencias pactadas que habrá que atender en caso de incumplimiento.
¿Qué señales pueden advertir de que el menor está vapeando?
A diferencia de otros consumos, cuando hay un consumo experimental o esporádico del váper es más difícil advertirlo. No obstante, cuando el consumo es constante, el gasto económico puede dar una pista, como señala Raquel Gamero.
En todo caso, "el consumo del váper, si es problemático, va a venir acompañado de otras cuestiones que van a estar sucediéndole a nuestro hijo o hija. Y son estas cuestiones las que debemos tener en cuenta, ya que son las que nos darán las señales para saber que algo está pasando (que no rinda en sus tareas escolares, cambios bruscos en el grupo de amigos…)", analiza.
"La comunicación y ocio en familia, los límites y normas desde la educación democrática, el fortalecimiento de herramientas como el poder decir “no” a algo que no quieres, etc., serán aspectos importantísimos a la hora de prevenir el uso de dispositivos como los cigarrillos electrónicos o váper", concluye.