No hay dos partos iguales. En el momento de dar a luz pueden suceder algunas circunstancias que no estaban previstas. Una de ellas es la desproporción feto-pélvica, también conocida como desproporción cefalo-pélvica.
El Dr. José Alberto Rodríguez León, ginecólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Centro Médico Olympia, nos da las claves para saber cómo afecta esta situación y cómo se resuelve.
Ante la desproporción feto-pélvica debe indicarse la realización de una cesárea para disminuir riesgos para la madre y el recién nacido
¿Cuándo hablamos de desproporción feto-pélvica?
"La desproporción feto-pélvica o cefalo-pélvica es una desproporción del tamaño del feto en relación con la pelvis materna que produce un fracaso en la progresión en la segunda etapa del parto (la que transcurre desde la dilatación completa del cuello del útero y la expulsión fetal)", señala el experto.
Como explica, las guías de práctica clínica internacionales consideran que la segunda etapa del parto es prolongada cuando:
- En mujeres que no han dado a luz antes, los pujos se prolongan por tres horas. No obstante, puede ampliarse ese tiempo, hasta cuatro horas, si se le ha administrado anestesia epidural o el feto está en una mala posición, pero el parto sigue progresando.
- En mujeres que ya han dado a luz, cuando llevan dos horas de pujos. Sin embargo, podría haber hasta tres horas de pujo y el parto seguir progresando cuando la mujer ha recibido la epidural o cuando hay una malposición fetal.
¿Qué factores influyen en que haya desproporción feto-pélvica?
Hay distintas circunstancias que pueden influir en que se dé esta desproporción, como detalla el ginecólogo: "Puede deberse a una malposición fetal (por ejemplo, la cabeza fetal está extendida u oblicua, la cabeza está hacia abajo pero su espalda está contra la espalda de la madre, o posición transversal) o a una mala presentación (presentación inadecuada de partes fetales con las estructuras pélvicas maternas, como mentón posterior o ceja, por ejemplo) más que a una verdadera disparidad entre el tamaño fetal y las dimensiones pélvicas maternas". ¿Cómo influye esto? Se transmite menos fuerza desde la cabeza del feto hacia el cuello del útero, y esto se asocia a parto prolongado.
"Sin embargo, la verdadera desproporción puede ocurrir si el feto tiene una anomalía superficial grande (fundamentalmente tumoraciones), la anatomía pélvica materna no es propicia para el paso fetal o está deformada (por ejemplo, después de un traumatismo pélvico) o el feto es extremadamente grande", aclara.
¿Cómo se diagnostica la desproporción feto-pélvica?
Aunque hay distintas herramientas y modelos predictivos para determinar el éxito de un parto vaginal, basándose en la edad de la madre, la raza, su índice de masa corporal (IMC), si ha habido partos vaginales previos... Lo cierto es que "no han demostrado ser útiles clínicamente", subraya el Dr. José Alberto Rodríguez León.
Por este motivo, antes del parto, los ginecólogos no pueden predecir si habrá o no discordancia entre la pelvis de la madre y el tamaño del feto, lo que supondría que el trabajo de parto se detiene y hay que optar por una cesárea, aunque en un parto anterior haya sido así. "Las evaluaciones clínicas y radiológicas de la pelvis materna y el tamaño fetal (es decir, la pelvimetría) son inexactas y predicen mal el curso y el resultado del trabajo de parto, por lo que no se recomiendan realizar hoy en día", enfatiza.
Durante el parto, se hace una evaluación clínica de la madre y de la evaluación del parto para ver si esa segunda etapa del parto es demasiado prolongada o la cabeza del niño no puede encajarse en la pelvis materna. Para ayudarse en este examen, el equipo médico se vale de la ecografía intraparto. Analizar esos datos objetivos que ofrece la ecografía es una ayuda (más que el tacto vaginal) para valorar si el parto está progresando adecuadamente o si, por el contrario, se ha estancado, así como la situación de la cabeza del feto.
¿Cómo afecta la desproporción feto-pélvica al parto?
La desproporción feto-pélvica no tiene ninguna repercusión durante el embarazo. Ahora bien, determina el tipo de parto. "Ante la identificación de una evolución anómala del trabajo de parto y criterios de sospecha de desproporción feto-pélvica debe indicarse la realización de una cesárea para disminuir riesgos para la madre y el recién nacido", afirma el especialista del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Centro Médico Olympia.
Hay que tener en cuenta que la desproporción feto-pélvica se asocia a un mayor riesgo de complicaciones en la madre, como infección uterina, atonía uterina y hemorragia posparto. "En cuanto al recién nacido, hay evidencia de una mayor tasa de ingreso en unidad de cuidados intensivos neonatales, mayor incidencia de dificultad respiratoria, sepsis o complicaciones relacionadas con la asfixia en el parto", detalla el Dr. Rodríguez León.