El posparto es una prueba muy difícil para la madre. A los cuidados de un bebé que te demanda por completo, se une una recuperación física que no siempre es fácil, asumir el nuevo rol en la vida con respecto a tu hijo, a tu pareja, a los que te rodean... y sobrevivir a los cambios hormonales que tanto impacto tienen en lo psicológico. Es una etapa muy exigente a todos los niveles, en la que lo conocido hasta ese momento se transforma. Por eso no es raro que la nueva madre pueda verbalizar: "No me reconozco".
En general, el posparto está poco acompañado en España. Por eso es importante generar otra mirada hacia estas mujeres y que el entorno y la sociedad se conciencen de sus necesidades. Hemos hablado de todo ello con Carmen García-Rivera Cortés y María García-Rivera de la Plaza, psicólogas y fundadoras de Somos Mandarina (www.somosmandarina.com), un equipo psicológico con enfoque integrador.
Para colocar los cambios emocionales e incluso los cambios a nivel cerebral de la maternidad necesitamos entre un año y dos años
¿Qué factores influyen en las emociones de la madre reciente?
Hay muchos factores que pueden influir en cómo se sienten las mujeres que acaban de ser madres, desde el tipo de parto o de asistencia obstétrica, hasta la relación con su equipo médico, el embarazo que han llevado, sus condiciones personales (en lo laboral, afectivo, familiar o sentimental), la situación económica, las ideas previas que tuvieran, las experiencias anteriores, el aislamiento o no que sufran, el apoyo familiar con el que cuenten...
Hay distintas y variadas circunstancias. "Es por eso que podemos encontrarnos una gran amalgama de emociones diversas entre mujeres que aparentemente son parecidas, y quizá es también por eso que a veces es muy difícil acompañar a tu propio sentir cuando las madres que te rodean tienen uno diferente", comentan las expertas. "Lo importante es señalar que no hay cosas esperables, que la mirada tiene que adaptarse a la mujer, y no la mujer a la mirada que ha construido el mundo para ella. Que todo vale. Que todo está bien y es adecuado y que todo merece ser acompañado".
Acomodarse psicológicamente a la maternidad
Aunque técnicamente el posparto se fija en 40 días, que es el tiempo que puede tardar en volver la regla si no hay lactancia materna, este plazo se queda muy corto si hablamos de la acomodación psicológica que requiere la maternidad. "Esos 40 días no tienen nada que ver con el tiempo que necesitamos para integrar la transformación psicológica que se vive con la maternidad. Para colocar los cambios emocionales e incluso los cambios a nivel cerebral, necesitamos aproximadamente entre un año y dos años. Y esto es importante porque con unas expectativas realistas habría menos cuestionamiento, menos juicio y más acompañamiento", señalan las psicólogas. De hecho, en otros países como Canadá ya se está teniendo en cuenta esta realidad y se fija el puerperio en 12 meses.
"En el embarazo muchas redes cerebrales cambian y se ha podido comprobar que tras el nacimiento algunos de los cambios cerebrales producidos en la gestación se restituyen, pero otros no", subrayan Carmen García-Rivera y María García-Rivera. "Hay que aprender a vivir con una nueva versión de ti, hay que reconocer un cuerpo nuevo, hay que integrar lo que significa ser madre, que tu pareja sea padre, que tus padres sean abuelos, nuevas rutinas, nuevos miedos, nuevas configuraciones, conciliar…. y todo esto, de verdad, es imposible que pase en 40 días. En 40 días aún no hemos aterrizado nada, obviando hasta la parte física y biológica que ya es en sí misma una evidencia científica. Es imposible", añaden.
Normalizar que eres otra
Muchas mujeres pueden verbalizar ese "no me reconozco". ¿Cómo vivir esa sensación? "Hay que normalizarlo. ¿Cómo nos vamos a reconocer? Es una de las transformaciones más bestias que puede llegar a vivir un ser humano. Nos meten mucha prisa sobre cómo deben estar nuestros cuerpos, sobre cómo debemos volver a nuestra vida de antes, y a veces intentamos responder a ese ritmo sin escuchar el nuestro", responden.
Su recomendación es que las mujeres no intenten acoplarse a las exigencias externas, sino intentar, en la medida de lo posible, organizarse en función de sus propias necesidades, lo que no siempre es fácil por las circunstancias. En ello tiene mucho que ver la ayuda que perciban del entorno. "Sería interesante que las personas que vayan a acompañar a una puérpera se formen. Se formen y se esfuercen en entender este proceso, el impacto, lo que nos sucede. Que la tarea de entender este proceso no recaiga solo en las madres sino en los acompañantes también. Tenemos autoras buenísimas en este campo, la psiquiatra Ibone Olza o la neurocientífica Susana Carmona son grandes referencias por si alguien quiere indagar más. Y es que un buen conocimiento permitiría una mayor compasión, y una mirada limpia que no enrareciese lo que no es raro", apuntan.
¿Cuándo pedir ayuda especializada?
Hay mujeres que con esfuerzo y acompañamiento pueden transitar mejor esta etapa, pero para otras es más complicado y pueden necesitar ayuda especializada. En todo caso, partiendo del hecho de que la percepción de "no me reconozco" no necesita tanto en la mayoría de los casos de una terapia individual como de una validación social. "Las mujeres necesitan un mayor permiso para poder sentirse así", destacan.
No obstante, hay algunos indicadores de riesgo ante los cuales se debería consultar en el posparto. Son los siguientes, según detallan:
- Falta de interés en el bebé.
- Dificultades para establecer el vínculo con el bebé.
- Sentir que falta la conexión con el hijo.
- Ser incapaz de estar a solas con el niño.
- Tener episodios de tristeza o de culpa que no cesan y que son constantes.
- Sensación de estar hipervigilante de manera habitual con mucha reactividad, defensa e irritabilidad.
- Sensación de pérdida de la realidad, incluso con alucinaciones o distorsiones de la realidad.
- Situaciones de violencia conyugal.
"Consultar no significa iniciar un tratamiento. A veces sí es lo adecuado, pero en otras ocasiones simplemente se trata de ir vigilando que los síntomas no empeoran ni nos atascan, que un profesional de la salud mental pueda estar pendiente, ir evaluando y controlando tu caso, o derivarte a algún grupo de acompañamiento que funcionan fenomenal", aclaran las expertas de Somos Mandarina.
"Hay que reivindicar que los cuidados son escasos. Las mujeres maternamos, en muchísimas ocasiones, con malas condiciones, así que imaginemos lo maravilloso que podría ser el mundo si las que cuidan estuviese cuidadas", concluyen. Y el posparto es una etapa que requiere de esos cuidados por parte de todos.