El miedo es una de las emociones más universales. Está presente a cualquier edad, pero puede ser todo un reto cuando eres un niño, porque no tienes la misma capacidad y los recursos para enfrentarte a él que conforme vas cumpliendo años.
Miriam Tirado, escritora, periodista y consultora certificada en crianza consciente, acaba de publicar El miedo en el bolsillo (Ed. Carambuco), una obra ilustrada por Joan Turu, donde el hada de los volcanes, una referencia en literatura para niños, vuelve a encontrarse con ellos, para ayudarles a superar los miedos. Hemos charlado con ella.
Evitar, ignorar o negar las emociones incómodas como el miedo, lo único que hace es perjudicarnos porque ni comprendemos ni acabamos haciendo nada que nos ayude a aprender de ello
Eres una de las autoras de literatura infantil con más éxito, ¿cómo has conseguido conectar con este público tan exigente?
Esto lo deberían contar ellos, pero por lo que me dicen es porque se sienten identificados con lo que cuento en mis libros y, además, les ayudan a entenderse y a saber qué hacer con lo que les pasa.
El miedo es una emoción más que hay que trabajar junto a los niños. Sin embargo, a menudo se le quita importancia, ¿por qué hay que darle su sitio en la educación emocional?
Yo diría que hay que dar espacio a todo lo que sentimos, sea la emoción que sea, porque todas tienen su función y todas nos cuentan algo de nosotros que necesita ser visto y atendido. Evitar, ignorar o negar las emociones incómodas como el miedo, lo único que hace es perjudicarnos porque ni comprendemos ni acabamos haciendo nada que nos ayude a aprender de ello y a transitarlo para poder luego vivir mejor.
La forma de reaccionar de los niños ante el miedo puede pasar inadvertida para los padres, ¿qué recomiendas para estar alerta?
Pasar tiempo con nuestros hijos en el que fomentemos un espacio de confianza e intimidad. Esto significa que, por ejemplo, si tenemos más hijos, podamos darles momentos de exclusividad para que nos puedan contar, se puedan “abrir” y podamos hablar de aquello que les preocupa o sienten. Si pasamos tiempo con ellos, si les observamos, si nos mostramos disponibles, será más fácil que nos cuenten que sienten miedo, en qué situaciones y que les podamos ayudar. También es importante saber que a veces el miedo se esconde detrás de otras emociones como, por ejemplo, la rabia, así que es una emoción que debemos tener en cuenta, especialmente con niños pequeños.
Los adultos debemos hacer espacio a lo que sienten los niños para que sepan que sus emociones no nos abruman ni incomodan a nosotros, que podemos sostenerles
En el libro hablas de que hay un miedo que nos protege y otro que no nos ayuda, ¿cómo puede trasladarse este concepto a los niños?
Yo creo, por lo que me cuentan los que ya lo han leído, que lo entienden perfectamente: hay un miedo que ayuda porque te protege de ponerte en peligro. Por ejemplo, ves un lugar muy alto, y el miedo hace que no te asomes demasiado. Y otro, el miedo a cosas nuevas, a cosas que no hemos hecho nunca, a cosas que nos sacan de nuestra zona de confort… pero que no son cosas peligrosas. Ese miedo no nos ayuda, porque nos impide asumir retos, vivir nuevas experiencias, conocer gente nueva, etc. Poder identificarlos preguntándonos: “¿Este miedo aparece para protegerme de un peligro?". Si la respuesta es sí, escuchemos y atendamos ese miedo. Si la respuesta es no, es el miedo que no ayuda a superarse.
El protagonista, con ayuda del hada, se enfrenta directamente al miedo en lugar de rehuirlo. ¿Qué papel juegan los padres en esa actitud de afrontamiento?
Muy importante porque tendrán que desempeñar el papel del hada: contarles por qué tienen ese miedo, que es normal, que les comprenden y explicarles cómo pueden hacerle frente. Por eso es tan relevante que los padres también sepan transitar sus emociones de una forma asertiva, que no se las nieguen ni ignoren.
En los consejos que aportas al final para escuelas y familias, hablas de la importancia de validar sus miedos, ¿cuál es la mejor forma de hacerlo?
Normalizándolos, porque todas las emociones son absolutamente normales y naturales. ¡Sentimos incluso dentro del vientre materno! Así que estamos sintiendo emociones diversas todo el día, cada día… Es importante que nos familiaricemos con nuestra capacidad de sentir, que comprendamos por qué sentimos cada emoción y que vayamos aprendiendo de ello. Cuando nosotros somos más inteligentes emocionalmente, también podemos ayudar mejor a nuestros hijos a que lo sean.
El miedo puede desbordar emocionalmente a los niños, ¿qué aconsejas para que puedan superarlo sin verse sobrepasados?
Paciencia, escucha activa y empoderamiento. Porque es una emoción potente e incómoda y lo hace pasar muy mal a muchos niños. De nosotros requiere que tengamos paciencia, que hagamos espacio a lo que sienten para que puedan sentir que sus emociones no nos abruman ni incomodan a nosotros, que podemos sostenerles. Y luego, ir hablando de ello y empoderándolos. Porque pueden transitar y superar los miedos, de hecho, están programados para, a medida que van creciendo y madurando, ir superando miedos que tenían. Y sí, vendrán miedos nuevos, pero ya serán más maduros para saber cómo transitarlos y superarlos, y espero que, en eso, el cuento les ayude y les deje ese poso dentro de ellos que les ayude de por vida.