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Mujer embarazada haciéndose una resonancia magnética© Adobe Stock

Embarazo

Pruebas de imagen en el embarazo: resonancia, TAC, radiografía... ¿Cuáles conllevan riesgos?

En los nueve meses de embarazo, la mujer puede sufrir alguna afección de salud que necesite la realización de pruebas de imagen para el diagnóstico o el seguimiento. No todas son seguras en la gestación por cómo pueden influir en el feto.


31 de marzo de 2025 - 13:30 CEST

Hay algunas pruebas de imagen que son habituales en el embarazo, como la ecografía. Sin embargo, en ocasiones se deben utilizar otras porque el estado de salud de la madre lo requiera. Resonancia magnética, TAC (tomografía axial computarizada), radiografía... ¿cuáles son seguras en estos nueve meses?

La Dra. Sara Lojo, coordinadora del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y radióloga vascular intervencionista del Hospital Arquitecto Marcide, del Complejo Hospitalario de Ferrol (A Coruña), nos indica las que pueden utilizarse en el embarazo.

Las pruebas que afectan directamente el abdomen o la pelvis presentan más riesgo, ya que el útero está en la zona de exposición

Dra. Sara Lojo, radióloga intervencionista

La clave, la radiación ionizante

Las pruebas de imagen más seguras en el embarazo son aquellas que no utilizan radiación ionizante, como la ecografía y la resonancia magnética (RM), como indica la experta. 

  • Ecografía: "La ecografía funciona con ultrasonidos, no emite radiación y se considera completamente segura en cualquier etapa del embarazo", indica. 
  • Resonancia magnética: "La RM, que utiliza campos magnéticos, también es segura y puede emplearse si se necesita". 

Eso sí, "en general, se evita el uso de contraste en estas dos técnicas, salvo que sea imprescindible para el manejo de la paciente", advierte.

Embarazada realizándose una ecografía© Adobe Stock

Qué técnicas de imagen no se aconsejan en el embarazo

"Se desaconsejan las técnicas que utilizan radiación ionizante: la radiografía, la tomografía computarizada o TC (comúnmente conocido como escáner) o ciertas pruebas de medicina nuclear, que se deben evitar siempre que sea posible, especialmente durante las primeras semanas de gestación", comenta la radióloga intervencionista. 

El motivo es que la radiación, en dosis elevadas o aplicadas directamente sobre el abdomen, puede afectar el desarrollo del feto. "Aunque muchas pruebas usan dosis muy bajas y el riesgo suele ser mínimo, se prefieren otras alternativas más seguras", concreta. Así, se suele optar por pruebas sin radiación, como la ecografía o la resonancia magnética. 

No obstante si fuese totalmente necesario llevar a cabo una radiografía o realizar un TAC durante esos nueve meses, los beneficios deben superar a los riesgos y se toman una serie de medidas, como explica la Dra. Sara Lojo: "Se utiliza la mínima dosis posible de radiación, acotando la zona estudiada y ajustando los parámetros de dosis" y además, "se toman medidas de protección adicionales si es posible, como el uso de delantales plomados si la zona a estudiar lo permite".

Médico valorando una radiografía © Adobe Stock

¿Qué pasa si la mujer se ha hecho una prueba desaconsejada sin saber que estaba embarazada?

"Lo primero es mantener la calma", destaca la especialista de la SERAM. "En la mayoría de los casos, una prueba aislada con baja dosis de radiación no supone un riesgo importante para el feto", tranquiliza.

Los riesgos derivados del efecto de la radiación tienen mucho que ver con el momento de la gestación. "En las primeras dos semanas, si el embrión se ve afectado, lo más habitual es que no llegue a desarrollarse. Entre la semana 3 y la 8 (cuando se forman los órganos), es el periodo más sensible. A partir de la semana 9, los riesgos disminuyen", detalla.

¿Qué se hace en caso de duda? "El médico puede solicitar un cálculo de la dosis de radiación recibida por el feto y valorar la situación con un equipo especializado. Es importante destacar que las dosis que potencialmente pueden afectar al normal desarrollo de la gestación, están por encima de 100 mGy (miligrays) y la mayoría de los procedimientos médicos diagnósticos (radiografías, TC, etc.) no alcanzan estas dosis en el útero fetal".

No se recomienda realizar ecografías con fines recreativos o “emocionales”, ya que deben ser utilizadas bajo criterio profesional y con un propósito clínico claro

Dra. Sara Lojo, radióloga intervencionista

¿Hay zonas del cuerpo que implican más riesgo al hacer pruebas de imagen?

Las zonas del cuerpo a estudio mediante una prueba de imagen también son importantes a la hora de calcular los riesgos: "Las pruebas que afectan directamente el abdomen o la pelvis presentan más riesgo, ya que el útero está en la zona de exposición", destaca la Dra. Lojo. Esto no es aplicable a la ecografía, que es una herramienta básica fundamental para el control del embarazo y que no utiliza radiación ionizante. Se puede repetir con mucha frecuencia, dependiendo de las necesidades médicas de la gestante, a lo largo de esos nueve meses, sin causar ningún daño en el feto. "Eso sí, no se recomienda realizar ecografías con fines recreativos o “emocionales” (como ver al bebé sin una razón médica), ya que deben ser utilizadas bajo criterio profesional y con un propósito clínico claro", recomienda.

Por otra parte, hablando de otro tipo de pruebas,  "si se realiza en partes alejadas del abdomen, como la cabeza, el cuello, el tórax o las extremidades, el riesgo para el bebé es mucho menor, siempre y cuando se utilicen las medidas de protección adecuadas", comenta la radióloga intervencionista.

TAC a una paciente en el hospital© Adobe Stock

Precauciones para la embarazada cuando la prueba se la realizan otros

Al margen de las cautelas que hay que tener cuando la embarazada es la protagonista de pruebas de imagen, hay que tener en cuenta que "algunas pruebas de medicina nuclear, como ciertos tratamientos con yodo radiactivo, hacen que el paciente emita radiación durante un tiempo". 

Por ese motivo, "se recomienda que las mujeres embarazadas no estén en contacto cercano con esas personas durante las horas o días posteriores al procedimiento, según las indicaciones médicas. También se aplican precauciones especiales en el caso de personal sanitario gestante que trabaje en estas áreas", añade la Dra. Sara Lojo.

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