Alrededor de un 41% de las mujeres embarazadas pueden tener pérdidas de orina en algún momento de esos nueve meses. Esta cifra se estima en torno a entre el 30 y el 50% en el posparto, por lo que las afectadas conforman un grupo muy numeroso. Más allá de las incomodidades, esta incontinencia puede tener más repercusiones.
Hablamos con María Pérez, fisioterapeuta experta en suelo pélvico, creadora de La Pelvis Revolution y colaboradora de Intimina, para que nos revele qué se puede hacer frente a estas pérdidas de orina ligadas a la gestación y al puerperio.
Las pérdidas pueden ir desde un pequeño escape al toser o reír, hasta sensaciones más incómodas de no llegar al baño
¿Por qué durante el embarazo hay pérdidas de orina?
Hay distintas circunstancias que contribuyen a que cuatro de cada diez mujeres experimenten esas pérdidas de orina mientras están embarazadas. "Las pérdidas pueden ir desde un pequeño escape al toser o reír, hasta sensaciones más incómodas de no llegar al baño", indica la especialista. Y lo peor es que esta situación muchas veces se normaliza como si fuese un peaje imprescindible a pagar durante la gestación.
Las hormonas juegan un papel muy importante en que se presenten estos escapes de orina, ya que, como cuenta María Pérez, la progesterona, cuyos niveles aumentan considerablemente en estos meses para proteger el embarazo, tiene el efecto de relajar los tejidos. Además, el útero crece y crece y el suelo pélvico empieza a cargar con más peso y con más presión.
"Además, hay varios factores que aumentan las papeletas: el estreñimiento, el sobrepeso, partos previos (especialmente vaginales), y algo de lo que se habla poco, pero cuenta mucho: la falta de conciencia corporal y el desconocimiento del propio suelo pélvico. Si no sabes ni que lo tienes… es difícil que responda cuando toca", advierte la fisioterapeuta.
En la mayoría de las ocasiones estas pérdidas responden a estas causas, pero en otras pueden advertir de algo más preocupante. "Si hay pérdidas que se sienten como un goteo constante, sin esfuerzo, o que no tienen relación con toser o moverse, hay que descartar otras cosas como una fisura en la bolsa amniótica. También si hay dolor, escozor o sangre, mejor que lo valore un profesional. Lo de 'me hago pis' no siempre es tan inocente, así que ante la duda: preguntar", recomienda.
¿Qué pasa con las pérdidas de orina en el posparto?
Las pérdidas de orina son muy frecuentes en el posparto, sobre todo durante las primeras semanas tras dar a luz. Hay que tener en cuenta que el cuerpo ha pasado por un verdadero maratón de esfuerzo, y puede que el suelo pélvico no responda bien.
No obstante, como destaca la colaboradora de Intimina, "si pasado el primer mes sigues teniendo escapes, ya no es cosa de 'tiempo al tiempo'.
Hay solución, y cuanto antes empieces, mejor. Una cosa es normalizar, y otra resignarse". Hay que tener en cuenta, además, que haber tenido pérdidas de orina en el posparto, aunque estas acaben desapareciendo de forma espontánea, es un factor de riesgo para que estas vuelvan a aparecer en los siguientes cuatro años.
Por esto, la fisioterapeuta aconseja que aunque haya dejado de haber escapes, es muy recomendable llevar a cabo una revisión del suelo pélvico por parte de un especialista.
Trabajar el suelo pélvico antes y después
El suelo pélvico es un gran desconocido que no recibe la atención que merece. Conviene trabajarlo en todas las etapas "de forma preventiva, con ejercicios adaptados y específicos para cada etapa, personalizados para cada mujer por una fisioterapeuta pélvica", recalca la experta. Esto puede ayudar mucho a que en el embarazo y en el posparto no haya esos incómodos escapes.
Hay también algunos dispositivos especializados que pueden ayudar a entrenar el suelo pélvico de forma efectiva, a través de programas adaptados a cada mujer que utilizan la vibración durante unos minutos para estimular esa zona mientras la mujer realiza una serie de ejercicios específicos.
Cuando ya se ha producido la incontinencia, el estudio debe ser exhaustivo: "Con una valoración profesional que mire más allá del suelo pélvico en modo lupa. Porque además del estado del periné, hay que ver cómo respiras, cómo te mueves, cómo te ríes, y cómo cargas al bebé. Todo cuenta. El suelo pélvico no trabaja solo, así que hay que mirar el cuerpo entero como un equipo", señala.
"Por suerte, en la mayoría de los casos, la incontinencia urinaria se pueden revertir o mejorar muchísimo. Pero cuanto antes se actúe, mejor", tranquiliza María Pérez.