En muchos ambientes el apelativo de “mocosos” referido a los niños pequeños, y no tan pequeños, es muy frecuente. Y ¿por qué les llamamos mocosos? Pues porque con mucha frecuencia tienen mocos en la nariz. Vamos a ver de dónde procede ese moco, cuáles son sus funciones, por qué se produce, qué tipos diferentes de moco existen y cómo podemos prevenirlos y tratarlos.
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¿Cómo es la mucosa respiratoria?
Todo el sistema respiratorio está recubierto por un epitelio mucoso, una mucosa que tapiza todas las estructuras, desde la nariz hasta los alvéolos pulmonares. En toda su extensión, esta mucosa fabrica moco; moco que puede llegar, en el adulto, a un litro por día.
La mucosa de la nariz, la mucosa nasal, la situada en los senos paranasales, etmoidales y frontales y en la rinofaringe, es la que produce el moco que aparece en las fosas nasales y se deja ver en los orificios nasales.
El moco ejerce un efecto centinela, controlando la entrada de substancias tóxicas, irritantes y de microorganismos infecciosos para defendernos ante las infecciones
¿Qué utilidad tienen los mocos?
El moco que se produce en la parte alta e inicial del aparato respiratorio procede de la mucosa nasal, de los senos paranasales, etmoidales y frontales y de la zona de la rinofaringe. Este moco lubrica las vías respiratorias, neutraliza las partículas microscópicas suspendidas en el aire, calienta y humedece el aire que respiramos y, lo que es más importante, ejerce un efecto centinela, controlando la entrada de substancias tóxicas, irritantes y de microorganismos infecciosos para defendernos ante las infecciones.
¿Por qué los niños tienen mocos?
La causa más frecuente de la producción de moco nasal son las infecciones producidas por virus. Las enfermedades alérgicas, la polución atmosférica, la contaminación ambiental, los ambientes cargados y las atmósferas tóxicas e irritantes, también lo producen.
El moco es el primer elemento, la primera línea, en la defensa del aparato respiratorio, el cual permanece abierto al exterior de forma constante a lo largo de la vida y por el cual entran nueve de cada diez infecciones en el organismo del niño.
Además de agua, en un 95% de su composición, el moco nasal contiene mucinas e inmunoglobulinas inespecíficas, las cuales ejercen una acción de control y eliminación de los microorganismos invasores, virus, bacterias y hongos, de las vías aéreas superiores.
¿Cómo distinguir los tipos de moco?
El moco de cada paciente es siempre el mismo, pero en dependencia del momento de la exploración y de la evolución del proceso podremos encontrarnos con moco liquido, filante y transparente, con moco más espeso de color blanquecino o con moco muy espeso de color amarillo o verde. En ocasiones y como consecuencia de la inflamación de la mucosa, puede presentar pequeños hilos de sangre.
-¿Por qué se producen los distintos tipos de moco?
- Moco líquido, transparente: infección vírica, resfriado común, alergia, contaminación.
- Moco blanco, más espeso: inicio de infección bacteriana. Vómitos. Reflujo gastroesofágico.
- Moco amarillo/verde: infecciones bacterianas. Adenoiditis. Sinusitis.
-Síntomas
Cuando el moco se hace muy abundante y aumenta su espesor da lugar a obstrucción nasal, que puede ser total o parcial, y que genera en el bebé y en el niño dificultad respiratoria, inquietud e irritabilidad.
¿Cómo quitar los mocos a los niños?
La existencia de mocos nasales en la edad infantil es muy frecuente y, en principio, no presupone que el niño esté padeciendo una enfermedad. Debemos recordar que la causa más frecuente de moco nasal persistente son las infecciones respiratorias víricas y que estas son tan frecuentes como de seis a ocho infecciones por año en los primeros años de vida.
El mejor medio para tratar los mocos nasales es prevenir su aparición. Como esto no es fácil, pues el bebé (y no digamos el niño en edad de guardería) va a estar adquiriendo inmunidad a través de infecciones repetidas, y estas son inevitables, habrá que poner manos a la obra para evitar su aparición y tratarlos cuando aparezcan.
El arsenal terapéutico de mucolíticos, fluidificantes y otros medicamentos similares son casi innecesarios y poco eficaces en la edad infantil
Diremos, de entrada, que no es fácil quitar los mocos a los niños y que el arsenal terapéutico de mucolíticos, fluidificantes y otros medicamentos similares son casi innecesarios y poco eficaces en la edad infantil, pues solo con una buena hidratación del niño suplimos su acción terapéutica. Insistiremos en que el tratamiento correcto sobre los mocos de los niños es actuar sobre la causa que los origina. Nos quedan: la mejora del ambiente que se respira (humidificación ambiental), los lavados nasales, las pomadas antisépticas y antibióticas, la aspiración de secreciones mucosas y los pañuelos, a ser posible de papel desechable.
- Si en el origen de los mocos del niño influye un ambiente inadecuado, evitar los ambientes cargados y contaminados, las calefacciones de aire seco y los aires acondicionados.
- Si los mocos tienen relación con alguna alergia o una rinitis alérgica o una rinitis estacional, el tratamiento se orientará a evitar el contacto con el alérgeno causante y a la administración de antihistamínicos y corticoides.
- No medique al niño para tratar la mucosidad nasal sin consultar con su pediatra. Muchos medicamentos para este fin contienen efedrina que no debe administrarse a ningún niño por debajo de los cuatro años.
- Cuando el moco tiene su origen en una infección vírica, que es la causa más frecuente, se administra tratamiento sintomático, con paracetamol o ibuprofeno y se mantendrá al niño bien hidratado.
- En el caso de que surja una sobreinfección bacteriana o que el moco tenga su origen en una rinofaringitis o en una sinusitis, se deberá tratar con tratamiento antibiótico por vía local y general, y en caso de complicarse, deberá ser controlado por un especialista en Otorrinolaringología.