Las alteraciones morfológicas del aparato genital que suelen aparecer ya en el periodo neonatal son relativamente frecuentes tanto en niños como en niñas. Pueden presentarse aisladas o acompañadas de otras alteraciones en otros aparatos o sistemas y pueden dar síntomas clínicos o permanecer sin dar sintomatología. Suelen ser más frecuentes en el aparato genital masculino.
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Igualmente, las infecciones, traumatismos u otras enfermedades son causas que pueden dar lugar a patologías en los genitales en la edad infantil. Tanto en niños como en niñas la higiene y los cuidados tienen gran importancia en la prevención de estas patologías. Haremos descripción y referencia a las situaciones más frecuentes que se presentan en nuestro medio.
La higiene es importante, pues la vagina de las niñas se contamina con facilidad por bacterias del aparato digestivo
Alteraciones genitales en niños
- Adherencias prepuciales. Muchos bebés nacen con la piel del prepucio pegada al glande. El prepucio es normal de tamaño y de abertura, pero está pegado. Esta situación se puede prolongar en los primeros años, Puede desaparecer de forma espontánea, aunque a veces es beneficioso realizar “gimnasia prepucial”.
- Fimosis. Cuando el prepucio es largo y estrecho y no deja salir al glande, hablamos de fimosis. El glande, que es la cabeza del pene, no se destapa aunque lo intentemos de forma manual. Esta situación se resuelve a través de una intervención quirúrgica y sencilla conocida como circuncisión, consistente, la más sencilla y frecuente, en recortar la piel del prepucio de forma circular, dejando al aire el glande. Se puede realizar a cualquier edad, pero conviene consultar al urólogo infantil antes de los cuatro años.
- Hidrocele. Aumento del contenido líquido en el escroto. Al descender los testículos desde el abdomen, en las últimas semanas del embarazo, arrastran líquido peritoneal que se deposita en ambas bolsas escrotales. Este líquido desaparece por reabsorción en unas pocas semanas.
- Varicocele. Presencia de formaciones varicosas en la piel del escroto. Esta alteración no suele precisar de tratamiento en la edad infantil.
- Hipospadias. Malformación congénita de origen desconocido que consiste en una localización anormal del meato uretral, que puede encontrarse entre la punta del glande y el inicio del escroto, siempre en el plano inferior de la uretra. Suele producir alteraciones funcionales y estéticas y su resolución quirúrgica, que debe ser temprana, a veces es complicada y de resultados inciertos.
- Criptorquidia. Define la ausencia de testículos en una o en las dos bolsas escrotales. El origen suele producirse por la ausencia de descenso de uno o ambos testículos desde el abdomen al escroto. En pocas ocasiones por displasia y/o agenesia testicular. La solución es casi siempre quirúrgica a través de una intervención conocida como orquidopexia, que se debe realizar antes de los 4-5 años de edad, dado que los testículos se ven afectados por la temperatura que existe dentro del abdomen y puede dar lugar en la vida adulta a infertilidad o baja fertilidad.
- Orquitis. Inflamación testicular. Suele ser secundaria, más a infecciones víricas y menos a infecciones bacterianas. Es frecuentemente producida por el virus de las paperas. Se manifiesta por dolor testicular y se tratan con antiinflamatorios.
- Balanitis. Inflamación localizada en el glande y en el surco balano-prepucial. Suele ser de origen bacteriano. Mucho más frecuente con fimosis. También se produce por factores mecánicos, ropa ajustada, bañadores. En ocasiones pueden ser necesarios los antibióticos.
Alteraciones genitales en niñas
- Malformaciones uterinas. De posición, el útero en retroversión y de forma, el útero bicorne son las dos patologías más frecuentes. En la edad infantil no dan síntomas.
- Imperforación del himen. Malformación congénita, con la membrana del himen sin perforar. Da síntomas patológicos de dolor y congestión pélvica en la adolescencia, cuando comienza la menarquía.
- Sinequias vulvares. Los labios menores se pegan y dificultan la entrada y la salida a la vulva. De origen infeccioso o por higiene deficiente. Los lavados antisépticos y el despegamiento manual son las soluciones.
- Hipertrofia de clítoris. Aumento del tamaño del clítoris en longitud y grosor. No genera patología. Puede estar en relación con trastornos o desequilibrios hormonales.
- Vulvitis y vulvovaginitis. Inflamación de la vulva y/o inflamación de la vulva y la vagina. La causa más frecuente es la infección por virus, bacterias u hongos. Produce flujo vaginal y a veces dolor, picor y escozor. La higiene es importante en estas situaciones, pues la vagina de las niñas se contamina con facilidad por bacterias del aparato digestivo. La forma de limpiarse y los parásitos intestinales pueden tener influencia.