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Los ojos pueden producir secreciones en distintos momentos, y para los padres no siempre es fácil identificar cuándo se está ante una conjuntivitis y cuándo es un síntomas más de un proceso gripal.
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Para aclararlo, hemos recurrido al Dr. Carlos Vergés, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Dexeus, en Barcelona, que cuenta con servicio de oftalmología pediátrica.
El término gripe ocular no es del todo correcto, pero suele utilizarse para designar la irritación conjuntival que suele asociarse a la gripe
¿Qué son esas secreciones en el ojo del niño?
"La conjuntiva de los ojos es una mucosa similar a la del tracto respiratorio, con células caliciformes [con forma de cáliz] productoras de moco que cuando se irritan o se inflaman, producen mayor cantidad de moco, y también cuando se inflama suele producir moco", comenta el especialista.
Cuando esta mucosidad se produce como consecuencia de una infección bacteriana, las secreciones son blanquecinas y tienen apariencia de hilos (son filiformes). Cuando esta mucosidad se seca forma lo que se conoce popularmente como legañas, como detalla el Dr. Vergés. "Sin embargo, en las conjuntivitis por infección vírica o las conjuntivitis alérgicas, la irritación de la conjuntiva ocular, produce una secreción más fluida, como si lloraran los ojos, más que la presencia de mucosidad", aclara.
¿Qué es la gripe ocular?
En muchos casos, la gripe se acompaña de una serie de síntomas en los ojos que de forma popular se denomina 'gripe ocular'. Sin embargo, como precisa el experto del Hospital Universitario Dexeus, "el término gripe ocular no es del todo correcto, pero suele utilizarse para designar la irritación conjuntival que suele asociarse a la gripe".
En este caso, "se trata de una conjuntivitis de tipo vírico, generalmente un adenovirus, el mismo que ocasiona la gripe y por ello se llama a este tipo de conjuntivitis, gripe ocular".
Pero cuando no estamos ante un proceso gripal, ¿cómo darnos cuenta de que el niño tiene conjuntivitis? "Los signos más distintivos de la conjuntivitis son el aspecto rojizo de los ojos y lagrimeo o la presencia de mucosidad y legañas. Generalmente suele iniciarse en un ojo y tras unos días, suele contagiarse el otro ojo", explica.
¿Cómo se llama el moco que sale del ojo?
Cuando hay mucosidad en los ojos es porque se ha producido una alteración en la conjuntiva del ojo. Esto puede haber sucedido por distintos motivos. "El moco en los ojos es fruto de la inflamación de la conjuntiva, la mucosa que tapiza la superficie externa de los ojos y que está sobre la capa blanca o esclerótica. Cuando hay una infección, una alergia conjuntival, un traumatismo o la entrada de un cuerpo extraño, se irrita la conjuntiva y las células caliciformes que se encuentran en ella, empiezan a producir moco, de aspecto blanquecino", destaca el oftalmólogo.
Este moco de aspecto blanquecino no debe confundirse con la secreción purulenta propia de las infecciones bacterianas graves, que tiene un aspecto más espeso y es color amarillento. "El moco conjuntival no tiene un nombre técnico especial, y es lo que tradicionalmente conocemos como legañas", subraya.
En todo caso, siempre ante la duda lo mejor es consultar con el pediatra, que derivará al oftalmólogo en caso necesario para poner el tratamiento adecuado. Hay que recordar que la conjuntivitis es altamente contagiosa y que igualmente un golpe en el ojo, un arañazo o la presencia de un cuerpo extraño que haya pasado inadvertido para el adulto puede provocar también estas manifestaciones de alarma.
¿Cuál es la forma correcta de retirar el moco de los ojos?
Hay varias situaciones en que el ojo puede presentar esa mucosidad y hay que saber cómo limpiarla de forma adecuada según corresponda. En casos no complicados, "para eliminar el moco de los ojos, es recomendable realizarlo con agua, lavándose la cara y con las manos limpias, con los dedos, pasarlos sobre el borde de las pestañas, donde suele acumularse", indica el Dr. Carlos Vergés. Es fundamental que la higiene de manos sea muy estricta y lavarlas de nuevo cuando se va a pasar al otro ojo por si hubiera cualquier posibilidad de contagio.
Si el moco se ha secado y quedan legañas, se puede utilizar una gasa mojada, un pañuelo limpio de papel o un bastoncillo de algodón. Se puede mojar en agua "pasarlo suavemente por el borde de las pestañas o incluso por el fondo del saco conjuntival, arrastrando el moco que se acumula en esta zona. Esta maniobra es más delicada y hay que hacerlo con cuidado de no lesionar el globo ocular", advierte el experto.
"Para humedecer los bastoncitos o la gasa que se utilice, basta con agua mineral de botella y si los ojos están muy irritados, se puede utilizar suero fisiológico", concluye.