Cuando hablamos de necesidades del bebé solemos centrarnos en las que son fisiológicas: el hambre, el sueño, la higiene... Pero cubrir las necesidades emocionales como el afecto y el contacto es tan importante como hacerlo con las primeras.
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Así lo corrobora Laura Pazos, directora de Sleepykids y psicóloga especialista en sueño infantil, con la que hemos hablado sobre los métodos de sueño respetuosos y no respetuosos hacia el bebé y cuáles son las red flags que nunca deberían pasarse por alto a la hora de embarcarse en un proceso para que el bebé duerma mejor.
Según un estudio de Sleepykids, formado por psicólogas y pediatras especializados en sueño infantil, en el primer año de vida del bebé, los padres pierden entre 400 y 750 horas de sueño, lo que se traduce en 88 días sin dormir, o dos horas menos de sueño cada jornada. Son condiciones muy duras y muchos sienten esa privación de sueño de modo más intenso, pero a la hora de solventar la situación hay que elegir bien el camino.
Un bebé nace completamente inmaduro y dependiente y por esta razón no tiene la habilidad de 'autoconsolarse'. No es una cuestión de aprendizaje o de entrenamiento, simplemente no pueden
Métodos de sueño no respetuosos para bebés
"Desde la psicología infantil centrada en el apego seguro, consideramos que un método no es respetuoso cuando al ponerse en práctica no se respetan las necesidades de un bebé de forma rápida y eficaz", describe, recalcando la última parte, pues es imprescindible que el niño reciba lo que precisa de forma inmediata y efectiva.
"Muchos métodos proponen cubrir las necesidades fisiológicas de los bebés y luego dejarlos en su cuna y someterlos a diferentes intervalos de tiempo (según lo restrictiva que sea esta técnica) en los que se restringe el consuelo o afecto de sus padres con el fin de que aprendan a 'autoconsolarse', es decir, a dormir solos. Estas técnicas varían desde la restricción total, más conocida como cry it out, a sus variantes más modernas, conocidas como técnicas de 'llanto controlado' que buscan ser más graduales permitiendo un apoyo emocional por intervalos de tiempo", detalla.
Y añade: "Por si hay dudas, dejar llorar a un bebé en intervalos de 1, 3 o 5 minutos no es ni rápido ni eficaz. En este último grupo de técnicas de llanto controlado podemos encontrar métodos tan famosos como el método Estivill, el método shuffle o el de la silla, tan usados por los coaches del sueño de la última década", advierte.
¿Qué riesgos tienen los métodos de sueño no respetuosos?
Los métodos citados anteriormente "no solo no respetan sus necesidades básicas, sino que también atentan contra los principios del desarrollo. Un bebé nace completamente inmaduro y dependiente y por esta razón no tiene la habilidad de 'autoconsolarse'. Esto no es una cuestión de aprendizaje o de entrenamiento, simplemente no pueden", alerta.
Como destaca, estos métodos suelen ser efectivos y en muchos casos lograr que el bebé tras ese entrenamiento deje de llorar y de tener despertares pocos días después de iniciado el proceso, por lo que las familias que los aplican suelen mostrarse muy satisfechas. Pero la psicóloga se interroga: "¿Qué es lo que está aprendiendo realmente el bebé?, ¿a dormir? O ¿a no pedir ayuda porque le resulta inútil y tiene que preservar su energía para cosas más importantes? Sí, el bebé ha dejado de reclamar a su cuidador que le reduerma en cada uno de sus despertares, pero ¿a costa de qué?".
En los estudios que hay hasta el momento en los que se ha analizado cómo repercuten las dinámicas en que se deja llorar al bebé, ya sea por mucho o por poco tiempo, se ha constatado que si bien cesa su llanto, no lo hacen ni sus niveles de cortisol ni sus despertares, "por lo que el malestar no desciende sino que lo único que ha cambiado es que el bebé ha dejado de pedir ayuda mediante el llanto cada vez que se despierta, pero el estrés sigue presente. Esto lo conocemos en psicología como 'indefensión aprendida'. Esto, a su vez, también provoca una desincronización entre la madre y el bebé, que es un pilar fundamental para el desarrollo de un vínculo de apego sano y una buena salud mental en el futuro", destaca Laura Pazos. Por si fuera poco, "también sabemos que el estrés puede producir cambios en el desarrollo cerebral de los bebés, aunque este se dé de forma muy puntual".
¿Cuáles son las banderas rojas de los métodos no respetuosos?
Cada bebé y cada familia tiene unas necesidades concretas en cuanto a sueño, por ello la especialista no recomienda "trabajar con ningún método, ya que esto presupone que unos pasos 'a, b y c' sirven para todas las familias y esto deja de lado que cada familia, cada bebé y cada situación es diferente y no se les puede tratar a todas igual. Las intervenciones tienen que ser individualizadas y diseñadas específicamente para cada familia, atendiendo a sus necesidades y a su situación. Esta es la única forma de llevar a cabo una intervención que sea realmente respetuosa con el bebé y su familia".
No aconseja, por tanto, ningún método de los mencionados anteriormente "ni trabajar con ninguna persona que diga que su forma de trabajar es 'respetuosa', pero no es un profesional de la salud, o de la educación, debidamente formado y especializado".
Para distinguir a profesionales y métodos no respetuosos con el bebé, la especialista aporta estas pautas:
- No tienen formación universitaria previa ni experiencia relacionada con la infancia y la atención a las familias.
- Te proponen eliminar las tomas siendo un bebé menor de 18 meses.
- Durante o en algún momento de la aplicación del método te piden que esperes x minutos antes de coger a tu bebé cuando está llorando.
- Te alientan a que no lo cojas en general.
- Justifican el llanto como una simple forma de comunicación y te alientan a que no lo atiendas y lo ignores con frases tipo: “esto es lo mejor para tu bebé” o “solo llora unos minutos y esto no daña el apego que también se crea durante el día”.
- Te proponen dejar el pecho para que mejore.
- Te desaconsejan o prohíben colechar.
- Te desaconsejan o prohíben dormir en el mismo cuarto del bebé.
- No permiten las siestas en contacto con el bebé
- Proponen horarios estrictos de siestas y de acostar.
- No tienen en cuenta la situación familiar para diseñar la intervención.
Una solución de sueño para cada familia
Por el contrario, la psicóloga de Sleeepykids (www.sleepykids.es) insiste en que "lo único que hay que hacer es buscar una forma más sostenible de dormir para esa familia, esto puede incluir el sueño autónomo, pero también puede incluir un colecho con sus padres si la familia lo disfruta. Lo importante son las necesidades del bebé y de su familia y buscar una forma de descansar que sea buena para todos".
Eso incluye confiar en profesionales sanitarios formados en esta área de intervención y finalmente, algo que no suele fallar nunca: guiarse por su instinto como padres. "No hagas nunca nada que tu fuero interno te dice que no es lo correcto. Tú eres la que más sabe sobre tu bebé".
"Un método solo puede ser respetuoso con el bebé cuando no existen limitaciones ni en la forma ni en el tiempo que el bebé puede ser consolado por sus cuidadores atendiendo a todo el espectro de sus necesidades. Esta es la única forma de garantizar el bienestar físico y emocional del bebé mientras mejoramos el descanso familiar", concluye.