Los soliloquios son “expresiones verbales en las que una persona habla en voz alta consigo misma, sin dirigirse a un interlocutor específico”, como apunta Adrián Garrido, psicólogo especialista en Trastornos del Neurodesarrollo de Instituto Centta (www.centta.es). Es muy normal en niños pequeños, pues les sirve para asentar lo aprendido y para fomentar habilidades comunicativas y la imaginación.
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Los soliloquios son mucho más habituales en niños con altas capacidades y en niños autistas. Así, en el caso de niños y adolescentes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), estos soliloquios “pueden ser una forma de autoestimulación verbal (ecolalia diferida o scripting), una estrategia para organizar pensamientos y regular emociones o, incluso, una manera de procesar la información del entorno”, explica el psicólogo.
El soliloquio en niños con altas capacidades es un reflejo de un procesamiento mental acelerado y una necesidad de verbalizar pensamientos complejos
Además, teniendo en cuenta que las personas con TEA presentan a menudo dificultades en la comunicación social y en la autorregulación, “el lenguaje autodirigido les ayuda a estructurar su experiencia y a dar sentido a sus interacciones con el mundo”.
En cuanto a los soliloquios que tienen algunos niños con altas capacidades cognitivas, estos “suelen estar más relacionados con la metacognición y la estructuración del pensamiento”. Es decir, lo utilizan para analizar problemas, elaborar hipótesis o planificar acciones, según especifica el especialista. “El soliloquio en estos casos es un reflejo de un procesamiento mental acelerado y una necesidad de verbalizar pensamientos complejos, que pueden ir desde la resolución de problemas matemáticos hasta la creación de historias imaginativas”.
¿Cómo diferenciar los soliloquios de niños con altas capacidades a los de niños autistas?
Garrido indica que tanto en un caso como en el otro el soliloquio es una manifestación del procesamiento cognitivo y emocional, aunque presentan importantes diferencias. Por ejemplo, en los niños diagnosticados con el trastorno del espectro autista, los soliloquios pueden ser una estrategia efectiva de regulación emocional y procesamiento de la información. “Sin embargo, si interfieren con la comunicación social o la participación en actividades, puede ser útil redirigirlos o trabajar en estrategias alternativas de autorregulación”.
“En niños con altas capacidades, los soliloquios suelen tener una estructura más elaborada y adaptativa, con un contenido que puede reflejar razonamientos lógicos, exploración creativa o autoinstrucciones para resolver problemas complejos”. Además, suelen ser más flexibles y menos repetitivos que en el caso del TEA.
¿Debemos intentar que los niños dejen de hablar solos?
Dado que, como señala psicólogo especialista en trastornos del neurodesarrollo, “los soliloquios cumplen una función adaptativa y no deberían ser eliminados de manera forzada”. Sí que hay que tener en cuenta que, en los niños TEA, si bien pueden ser una estrategia efectiva de regulación emocional y procesamiento de la información, estos soliloquios suelen ser repetitivos, como señalábamos anteriormente, por lo que puede suponer, en cierto modo, una barrera a la hora de participar en determinadas actividades con otros niños o puede interferir en su comunicación social. En estos casos, “puede ser útil redirigirlos o trabajar en estrategias alternativas de autorregulación”.
Los soliloquios cumplen una función adaptativa y no deberían ser eliminados de manera forzada
Por el contrario, en niños con altas capacidades no es recomendable inhibir los soliloquios, puesto que suelen ser una herramienta útil para la organización del pensamiento y la creatividad. Habría que procurar inhibirlos únicamente si generan dificultades en la interacción social o en la integración escolar.
“En ambos casos, más que eliminarlos, el enfoque adecuado es comprender su función y, si es necesario, ofrecer herramientas para que estos niños puedan canalizar sus pensamientos y emociones de manera efectiva sin que interfiera en su desarrollo social y académico”.