El hipospadias es una malformación de nacimiento que se da con frecuencia en los varones. Por este problema, la uretra, que es el conducto que transporta la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo, no está localizada en el lugar que le correspondería en el pene del niño. Así, cuando hay hipospadias, ese orificio de la uretra, en lugar de ocupar la posición normal, se ubica o en la parte inferior del pene o en el escroto.
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El hipospadias tiene distintas consecuencias que vamos a repasar con la ayuda del Dr. Antonio Recober, jefe del Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar.
Con un tratamiento adecuado, la mayoría de los niños con hipospadias pueden llevar una vida normal y saludable
¿Cuáles son los factores de riesgo para el hipospadias?
Tal como detalla el especialista, hay distintos factores que pueden condicionar la aparición de hipospadias en el niño, aunque no todos son controlables o evitables. Entre ellos están los siguientes:
- Antecedentes familiares. Cuando el padre o algún hermano han tenido hipospadias, hay un mayor riesgo en los familiares directos, aunque este no es determinante, y un siguiente hijo podría nacer sin esta malformación.
- Exposición a disruptores endocrinos. "Estas sustancias que tienen actividad hormonal o influyen en la actividad hormonal normal en un periodo muy delicado, como es el desarrollo embrionario", pueden condicionar su aparición. La gestante puede exponerse a estos disruptores endocrinos por contaminación ambiental, al exponerse a productos químicos...
- Prematuridad y bajo peso al nacer. Estas dos situaciones también se asocian a un aumento en la incidencia de la presentación de hipospadias.
- Sobrepeso y edad de la madre superior a 35 años.
- Algunos síndromes. Aunque no es lo más frecuente, como comenta el experto, determinados síndromes también conllevan el hipospadias entre sus manifestaciones.
¿Qué impacto tiene el hipospadias sobre la salud del niño?
"No todos los hipospadias necesitan corrección. El hipospadias afecta al escroto y a la parte ventral del pene, en mayor o menor grado, y esto hace que las consecuencias de no corregirlo puedan ser muy diferentes de un niño a otro", señala el Dr. Recober. Así, pueden darse distintas circunstancias que afecten en mayor o menor grado a la salud y a la calidad de vida de ese niño. “El impacto del hipospadias en la vida de un niño puede variar. Algunos niños pueden experimentar dificultades para orinar de pie o pueden sentir vergüenza por la apariencia de su pene. Sin embargo, con un tratamiento adecuado, la mayoría de los niños con hipospadias pueden llevar una vida normal y saludable”, añade
"En principio, si no hay curvatura del pene, el orificio es lo suficientemente distal y de buen calibre como para que el niño pueda orinar de pie y el aspecto estético es tolerado por el paciente, entonces podría tener una vida normal sin necesidad de cirugía", apunta el especialista. "Pero si hay curvatura (que es muy frecuente que se asocie) o la posición del meato uretral (orificio de la uretra) impide que pueda orinar de pie, o estéticamente supone un problema para el paciente, entonces podría causar grandes problemas en su vida cotidiana y su actividad sexual. Por ejemplo, si el orificio uretral está a nivel del escroto o en la base del pene, ¿cómo podría poner los espermatozoides en el fondo del saco vaginal? Podría ser una causa de problemas para fecundar a su pareja, no por la calidad de los espermatozoides, sino por la imposibilidad de eyacular en la vagina", desarrolla.
Si la curvatura del pene asociada al hipospadias es muy severa, cuando el varón crezca podría tener dificultades o imposibilidad en la penetración sexual. Además, está el aspecto psicológico, ya que si estéticamente su pene no le resulta aceptable o se siente incómodo, esto conllevará limitaciones para ir al baño en público, ducharse en el gimnasio o para mostrarse desnudo ante su pareja.
¿Cómo es la intervención para corregir el hipospadias?
La cirugía correctora del hipospadias se suele realizar entre los 9 y los 18 meses de edad. "El objetivo del tratamiento quirúrgico es corregir la curvatura permitiendo que el pene tenga la capacidad futura de mantener relaciones sexuales; reconstruir la uretra para que la salida de la orina sea adecuada, con un chorro miccional que el niño pueda dirigir, permitiéndole orinar de pie; y que el aspecto de los genitales sea lo más parecido posible a un pene circuncidado normal", explica el cirujano de Quirónsalud Campo de Gibraltar.
¿Cuáles son los pasos en esta intervención? "Hacer una uretra nueva (tubulizar la placa uretral si es de buena calidad) hasta su lugar teórico, corregir la curvatura del pene y realizar una penoplastia, ya que realmente suele faltar piel y suele requerir circuncisión, que es la corrección plástica para que el pene se parezca lo más posible a un pene circuncidado normal", aclara el Dr. Recober.
Una vez realizada la cirugía, el niño puede hacer vida normal en la mayoría de las ocasiones, aunque podrían ser necesarias varias intervenciones. Eso sí, cuando se ha corregido el hipospadias, los pacientes han de seguir controles periódicos para comprobar que no aparezcan complicaciones tardías.