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Niño con TDAH en el colegio© Getty Images

Psicología

Cómo afecta el TDAH a las relaciones sociales de tu hijo (y cómo ayudarlo)

Los niños y los adolescentes con TDAH suelen tener un desafío en común del que poco se habla y es la problemática a la hora de relacionarse con los demás o de hacer amigos. ¿Cómo ayudarles?


5 de marzo de 2025 - 9:45 CET

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) puede tener implicaciones de diverso tipo en la vida del niño o del adolescente que lo padece. Si bien no afecta a su inteligencia ni a su salud física, las repercusiones más evidentes suelen darse en el rendimiento académico o, en el caso de los niños que tienen subtipo hiperactivo o impulsivo, en problemas de conducta. Sin embargo, hay un factor más que es imprescindible tener en cuenta: las relaciones con otros niños.

Si bien es cierto que no todos los niños y adolescentes con TDAH tienen problemas de socialización, sí que se da en un alto porcentaje de ellos, tal y como nos asegura la Dra. Cristina Cordero, neuropediatra y coordinadora del Grupo de Trabajo de TDAH y trastornos del neurodesarrollo de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP). “De hecho, dentro de los criterios clínicos para hacer un diagnóstico de un TDAH, nos encontramos con que tiene que haber una repercusión significativa, al menos en dos de las tres áreas que consideramos las áreas de desarrollo de un niño, que son la esfera académica, la esfera familiar y, por supuesto, la esfera social”.

Los niños con 5 ó 6 años van estableciendo sus roles a nivel social y, cuando estas experiencias no han sido positivas, empiezan a sentirse inseguros en la relación con otros niños

Dra. Cristina Cordero, neuropediatra experta en TDAH

¿Cómo afecta el TDAH a la esfera social de los niños?

Son varias las consideraciones a tener en cuenta. En primer lugar, la neuropediatra pone el foco en dos aspectos diferentes: “por un lado, los factores intrínsecos al TDAH, que les hacen empezar a relacionarse con el resto de los niños de una manera determinada y, por otro lado, el arrastre emocional que les suponen esas primeras experiencias de socialización que no siempre han sido positivas”.

“Dentro de los factores que yo denomino como intrínsecos al TDAH, en mi manera de explicar estas dificultades, hablo, para empezar, de la intensidad. Los niños con TDAH muchas veces son muy intensos, y eso les hace ser un poco invasivos con el resto de los niños: les cuesta un poco respetar su espacio físico o, cuando se focalizan en un niño, son muy intensos con ese niño y buscan su aprobación constante”, nos explica la Dra. Cordero. “Eso muchas veces va cansando a los demás o generando cierto grado de rechazo”.

A esto, hay que añadir que a cada niño le puede ver afectada la esfera social de una manera distinta en función del subtitpo de TDAH que tenga (inatento, hiperactivo o combinado) y también influye el género, si es niño o niña. “Por ejemplo, los niños que son muy impulsivos suelen tener también dificultades para respetar las normas o para respetar los turnos, quieren imponer su voluntad y eso, como digo, genera cansancio o rechazo por parte del resto de los niños”, detalla la doctora. “También hay niños con TDAH que a priori tienen buenas relaciones y afianzan bien las amistades, pero tienen muchos conflictos con sus amigos, aunque sigan siendo aceptados y estén integrados”.

“Hay otros niños con TDAH que pueden parecer muy extrovertidos, que hablan absolutamente con todo el mundo, les conoce el colegio entero..., pero luego les cuesta mucho afianzar la amistad, en parte porque tienen mucha imaginación, muchas veces tienden a hacer juegos en solitario porque están totalmente enredados en su mundo y, si el resto de los niños no siguen su juego tal y como él lo está imaginando, se apartan”. Se trata de un patrón de niño extrovertido con dificultades para afianzar amistades que es muy típico en la consulta, según nos comenta la neuróloga pediátrica experta en TDAH.

-Niñas con TDAH

Si nos centramos en el perfil femenino, en el de las niñas con TDAH, hay dificultades de diversa índole en el plano social. Por un lado, la Dra. Cordero nos cuenta que esa intensidad de la que hablaba anteriormente también puede estar presente en ellas y pueden ser muy intensas o muy posesivas con otras niñas, lo que genera rechazo. “Además, por ese punto impulsivo, en muchas ocasiones, se van de la lengua, no guardan secretos, y van ganándose fama de niñas en las que no se puede confiar”, añade. También es común que sean “consideradas mentirosas y puede ser, simplemente, su imaginación, que les está haciendo darle ‘una vuelta de tuerca’ a la realidad”.

A estos hay que añadir otro caso de problemática social en niñas con TDAH que no siempre es detectado por parte de sus familiares o de los profesores y es el de las niñas con perfil inatento, sin hiperactividad ni impulsividad. A menudo “son niñas muy tranquilas, son niñas paraditas y es verdad que hay veces que pasan desapercibidas para el resto de las niñas, por lo que también les cuesta encontrar su sitio y que otras niñas las elijan como mejores amigas”.

-Niños y niñas con TDAH

Tanto a unos como a otras, esas experiencias sociales que, desde pequeñitos, van teniendo, les van marcando y van incidiendo en su manera de relacionarse con los demás. “Los niños con 5 ó 6 años van estableciendo sus roles a nivel social y, cuando estas experiencias no han sido positivas por estos factores que ya he comentado, empiezan a sentirse inseguros en la relación con otros niños”, manifiesta la neuropediatra.

“Aquí es donde viene ese arrastre emocional que yo mencionaba, porque hay veces que empiezan a intentar hacerse los graciosos para ser aceptados o empiezan a hacer trastadas o gamberradas para intentar impresionar a los demás y sentirse parte del grupo o, como digo, esa inseguridad puede marcar aislamiento, (esto último ocurre más en niñas)”. No son dificultades específicas del TDAH, pero esas relaciones iniciales sí les suponen complicaciones “porque a nivel emocional empiezan a no sentirse cómodos o seguros y a actuar de una manera que cada vez resulta más rara para el resto de los niños”.  

Niña pone cara de asombro mientras abraza a su amiga© Getty Images

¿Cómo afecta el TDAH a la esfera social de los adolescentes?

El arrastre emocional y las etiquetas que se les han ido poniendo desde pequeños pueden cobrar más peso aún en la adolescencia, sobre todo, porque es muy difícil romper con esas etiquetas cuando llegan a esta etapa de la vida. “Ya sabéis que el mundo del adolescente a nivel social es de una altísima exigencia”, plantea la doctora. “A parte de esa etiqueta que ya les acompaña desde desde que son pequeños, en la adolescencia pueden encontrarse con muchos problemas relacionados con su falta de función ejecutiva y con su impulsividad cuando son perfiles hiperactivos o impulsivos. Esto les puede llevar a tener conductas de riesgo en un momento dado o a picotear mucho entre amigos y amigas diferentes para intentar encontrar su sitio”, advierte la coordinadora del Grupo de Trabajo de TDAH y trastornos del neurodesarrollo de la SENEP.

El resultado de todo esto es que los problemas de socialización y emocionales que han ido apareciendo en la niñez se acentúan más. “Por ejemplo, las niñas que no han encontrado un grupo sólido de amigas pueden sentirse muy inseguras. Esa inseguridad va a generar una baja autoestima y eso les va a dificultar la relación con el resto de los adolescentes en todos los sentidos”, explica la especialista. “Teniendo en cuenta que es una época de la vida en la que la autoestima se resiente por definición y no terminan de encontrar su sitio o de gustarse, si además tu experiencia a nivel social ha sido negativa en los años previos, es muy fácil que te sientas aislada”.

Lo que es habitual que le ocurra a muchos chicos con TDAH en la adolescencia es que se incrementen los problemas de conducta que, para sentirse integrados, han ido manifestando como consecuencia de su impulsividad, “desde querer ser el gracioso del grupo a hacer cosas que son peligrosas por impresionar al resto de los chavales”.

¿Se pueden mejorar los problemas de socialización del TDAH en terapia?

Trabajar la socialización es una de las prioridades a nivel terapéutico, según nos indica la Dra.  Cristina Cordero. “Yo siempre cuento en consulta que parece que el rendimiento académico es lo único que nos preocupa y que en niños con TDAH es donde ponemos casi todo el foco de historia clínica o incluso de tratamiento, pero que, cuando está afectada la esfera social, el niño sufre mucho, los padres sufren mucho y ahí hay que poner toda la carne en el asador”.

Tanto la terapia psicológica como el tratamiento farmacológico suelen mostrar una clara mejoría en muchos aspectos de la vida del niño o del adolescente afectados por las dificultades intrínsecas del TDAH. Sin embargo, no suele ocurrir así con el plano social. El motivo es que no se trata de un factor que dependa exclusivamente de ellos, sino que hay otros actores.

En concreto, depende también de la opinión que otros niños se hayan formado sobre él, como apunta la doctora: “eso es una barrera, es un muro, que cuesta un tiempo terminar de tirar, así que es quizá el aspecto en el que el tratamiento farmacológico es menos inmediato y, quizá, menos agradecido”. De ahí precisamente la importancia de trabajarlo en las terapias.

“A nivel terapéutico se les van dando estrategias y herramientas para que vayan siendo capaces de controlar su impulso, de entender que tienen que respetar el espacio de los demás, de enseñarles a poder dar su opinión o exponer su voluntad, pero no intentar imponerla a cualquier precio”, detalla la experta. “O, al revés, niños que se dejan arrastrar demasiado, ayudarles a que sean capaces de poner un límite cuando toca”. Aspectos en absoluto nimios que es necesario que sean un foco principal del tratamiento.

¿Cómo pueden los padres ayudar a su hijo con TDAH a superar sus problemas de socialización?

Lo ideal es que el niño o el adolescente reciba terapia psicológica y tratamiento farmacológico (cuando este último está indicado) porque, como pone de manifiesto la neurológa pediátrica, esta combinación de terapia y medicación es el tratamiento más eficaz  para el TDAH. Teniendo en cuenta esto, es muy importante que “los padres vayan recibiendo pautas de parte de la terapeuta para que sepan cómo afrontar y cómo ayudar a ese niño”.

“Como decíamos antes, la adolescencia es un periodo mucho más complicado y, probablemente, los padres se van a encontrar con muchas más dudas de cómo hacerlo en esa etapa de la vida porque nos ocurre incluso con los adolescentes sin TDAH, así que, si hay una terapia, desde luego, dejarse llevar por esa terapia y recibir los consejos adecuados para trabajar en cada momento”, recomienda la representante de la SENEP.

El colegio es, en todos los sentidos, un ambiente muy exigente, no solo a nivel académico, sino también a nivel social

Dra. Cristina Cordero, neuropediatra experta en TDAH

Y, si no hay terapia, lo fundamental es que los padres hagan mucho acompañamiento a ese niño y que favorezcan la creación de un entorno seguro en casa en el que pueda hablar cómodamente, como recalca la especialista. “Muchas veces son niños a los que les reñimos mucho o sobre los que incluso nosotros mismos pensamos que seguramente ellos han tenido la culpa de los problemas que nos están contando. Por eso hay que cambiar esa perspectiva cuando llegue a casa y entender que, para un niño con TDAH, el colegio es, en todos los sentidos, un ambiente muy exigente, no solo a nivel académico, sino también a nivel social, así que es necesario que él vea que su casa es su zona de confort, que puede hablar con sus padres y exponer el problema que sea, que siempre va a ser entendido, que siempre va a ser escuchado”. A partir de ahí, la clave, según la Dra. Cordero, es intentar darle las herramientas que, desde nuestra perspectiva de adultos, le puedan ayudar a solventar problemas.

“Por ejemplo, intentar explicar ese punto de no invadir el espacio de los demás”. Para ello, la neuropediatra recomienda recurrir a juegos para que vayan aprendiendo a respetar turnos o a tolerar perder, algo que también es habitual que les cueste. “Yo creo que, desde la comprensión, podemos hacerle entender cómo se puede haber sentido el otro niño por cómo ha actuado nuestro hijo y que eso le permita ponerse en los zapatos del otro y con eso ir entendiendo y matizando, poco a poco, lo que le va pasando”.

Otro aspecto muy importante a trabajar con ellos desde casa es a ayudarles a ser capaces de imponer sus límites desde la asertividad, no con desde la ira. De este modo, gracias a “un trabajo que yo creo que es muy difícil, que es el trabajo de ir educando e ir dotando a cualquier niño de estas herramientas y que en un niño con TDAH puede ser un poquito más complicado”, poco a poco, se irá apreciando mejoría en estos aspectos. “Por eso me parece importante que siempre tengan su terapia y que esos padres tengan también a los psicólogos de los niños para apoyarles en este tipo de pautas”.

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