La maternidad se ha postergado, en los últimos lustros, al éxito laboral y a la independencia económica de las mujeres. El resultado directo es que, cuando muchas de ellas se plantean convertirse en madres, tienen dificultades para lograr el embarazo de manera natural, por lo que deben someterse a tratamientos de reproducción asistida.
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Es una realidad tan habitual que incluso la Sanidad Pública ha ido ampliando el límite de edad para ofrecer este tipo de tratamientos a las mujeres que desean convertirse en madres. ¿Qué implica este cambio de criterio? ¿Por qué es mayor el límite de edad que establece la sanidad privada? Sobre ello hemos hablado con el Dr. Adolfo de Prados, ginecólogo especialista en fertilidad de alta complejidad en Equipo Juana Crespo.
Más que establecer un límite de edad, tenemos que informar para que no se llegue a esas edades en las que las posibilidades se reducen o se tienen riesgos que son inasumibles
¿Es necesario establecer un límite en la edad de la mujer que desea someterse a un tratamiento de reproducción asistida?
Es cierto que la edad influye directamente en la fertilidad tanto a la hora de conseguir un embarazo de un embrión sano, como posteriormente en la evolución de esa gestación.
Hay que tener en cuenta que, con el paso del tiempo, el aparato reproductor (ovarios, útero, trompas, cérvix y gametos) envejece. Las mujeres reducen su número de óvulos y su calidad, y el útero también ve afectado su funcionamiento. Además, una vez lograda la gestación, los embarazos con más de 40 años son de alto riesgo.
Con lo cual, más que establecer un límite de edad, tenemos que informar para que no se llegue a esas edades en las que las posibilidades se reducen o se tienen riesgos que son inasumibles. Lo ideal y lo que hacemos en Equipo Juana Crespo, es valorar de forma personalizada a la paciente para ver si es posible un tratamiento, informando de las opciones de tratamientos que se puede realizar y el más acorde a su situación.
¿Qué ha llevado a la sanidad pública a aumentar en los dos últimos años el límite de la edad de la mujer para estos tratamientos? ¿Qué ha cambiado en este tiempo?
El principal cambio se debe a una cuestión de demanda. En la actualidad existe una gran masa social femenina que creció con la idea de que se podía priorizar la independencia económica y laboral posponiendo la maternidad sin problemas. Una vez conseguida esa estabilidad económica y laboral, que en España es muy difícil de alcanzar antes de los 35, nos encontramos con mujeres ya mayores desde el punto de vista reproductivo, que tienen dificultades para lograr el embarazo porque están muy cerca de los 40 años o incluso los superan.
Las listas de espera públicas son muy amplias y el tiempo de demora es de aproximadamente dos años, en los que, además, la bajada de la fertilidad femenina es muy acusada. Así que, desde la Sanidad Pública, han tratado de dar respuesta a esta situación implementando medidas como la ampliación de la edad, entre otras.
Por otro lado, la legislación española permite técnicas como la ovodonación, que está dando unas tasas de éxito muy buenas en mujeres de mayor edad pero que solo podían ser accesibles a través de la sanidad privada. Ahora, el tratamiento de FIV con ovocitos donados ya está dentro de la cartera de servicios de la Sanidad Pública de algunas comunidades autónomas y es muy positivo, ya que es la única posibilidad de tratamiento para muchas mujeres que quieren cumplir su proyecto de la maternidad.
¿Cómo la Sanidad Pública prevé asumir o está asumiendo este reto?
Lo primero, Sanidad es una competencia autonómica, es decir, hay diferencia entre las diferentes Comunidades Autónomas en relación a los servicios de Reproducción Asistida.
El pasado mes de marzo de 2024, la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) presentó en el Senado el Consenso español sobre natalidad y salud reproductiva, un documento en el que diferentes expertos en fertilidad y asociaciones de pacientes enumeraban los principales desafíos y soluciones para revertir el gran problema de fertilidad de España.
Comunidades como la de Madrid, Cantabria o Galicia ya han implementado medidas como son el aumento del límite de la edad, y el incremento de inversión en esta especialidad que dote de más especialistas y medios. También la reducción de las listas de espera e incluso la ampliación de los tratamientos como el de ovodonación, o incluso, la preservación o congelación de óvulos por patologías no oncológicas o por motivos sociales. Pero, en mi opinión, el desafío está en poner la natalidad como prioridad en la agenda política y el desarrollo de políticas sociales, económicas y sanitarias en las que se fomente la “familia” en todos sus modelos y se trate como un asunto de Estado.
¿Qué riesgos implica retrasar aún más la maternidad?
El aumento de la edad conlleva un aumento en la probabilidad de anomalías cromosómicas en el embrión. Hay más riesgo de aborto espontáneo y, además, se trata de un embarazo de alto riesgo, ya que hay más posibilidades de preeclampsia, diabetes gestacional o parto prematuro.
¿Hay un límite de edad establecido en la sanidad privada en mujeres que quieren someterse a un tratamiento de reproducción asistida? Si lo hay, ¿por qué es diferente al de la pública?, ¿qué se tiene en cuenta?
En la sanidad privada, no existe un límite de edad legalmente establecido para los tratamientos de reproducción asistida, aunque la mayoría de las clínicas fijan sus propios límites, que suelen rondar los 50 años. Esta diferencia con la sanidad pública se debe a varios factores.
Los tratamientos de fertilidad no son mágicos ni instantáneos
Por un lado, la sanidad pública debe garantizar un uso eficiente de los recursos y priorizar a aquellas pacientes con mayores posibilidades de éxito, por lo que establece criterios de edad más estrictos. En cambio, en la sanidad privada, la decisión suele depender de la clínica y de la evaluación médica de cada paciente.
Aun así, en ambos casos, se tienen en cuenta aspectos clave, como la salud de la mujer, los riesgos asociados al embarazo en edades avanzadas y la viabilidad del tratamiento. En la práctica, aunque la sanidad privada ofrece mayor flexibilidad, los especialistas siguen valorando la seguridad y las posibilidades de éxito antes de aceptar a una paciente
En el caso de los hombres, ¿hay algún tipo de límite de edad, ya sea en la sanidad pública, ya en la privada?
La edad límite para acceder de los hombres en la Sanidad Pública es de 55 años. En la sanidad privada no existe ese límite y se deja a criterio médico tras la valoración de su muestra seminal.
Si la mujer ha superado ya su edad, pero tiene criopreservados sus óvulos, ¿tiene alguna opción de someterse a una fecundación in vitro?
Una de las ventajas de la criopreservación de ovocitos es que mantienen la calidad de cuando fueron congelados, es decir, se podrían fecundar en cualquier momento, incluso pasado muchos años. Pero, a la hora de conseguir el embarazo, la técnica del laboratorio no es lo único a tener en cuenta. El endometrio ha de estar receptivo para acoger el embrión y, además, hay que minimizar al máximo los riesgos de la gestación posterior.
Por ello, a pesar de que la Ley no habla de una edad tope para realizarse un tratamiento de fertilidad, nosotros establecemos los 50 (edad en la que suele presentarse la menopausia natural) como tope para realizar un tratamiento que resulte en un embarazo posterior viable y seguro.
Más allá de esa edad, sí es posible realizar una fecundación in vitro a los ovocitos congelados, pero no lo recomendamos ni lo practicamos por seguridad de nuestras pacientes.
¿Hay situaciones en las que, independientemente de la edad, se considere que una mujer no es apta para someterse a un tratamiento de este tipo?
Si, por razones médicas tanto físicas como de salud mental que pueden complicarse o empeorar durante la gestación.
¿Qué consejo le daría a una mujer de más de 40-45 años que esté pensando en someterse a un tratamiento de reproducción asistida?
Que no pierda tiempo y elija a la mejor clínica con experiencia en tratar pacientes en una situación similar a la suya. Que los tratamientos de fertilidad no son mágicos ni instantáneos y que en su camino, que hay que recorrer paso a paso, y el embrión no es el único factor a estudiar.
¿Y a la que ya lo haya hecho (con la edad citada) y haya logrado quedarse embarazada? ¿Debe tener cuidados especiales durante el embarazo o en el parto?
Si, tenemos que entender que el tipo de pacientes gestantes ha cambiado en la actualidad. No se puede seguir controlando los embarazos como se hacía a mujeres de 30 años; debemos hacer un cambio integral en el control de estas pacientes, puesto que las complicaciones son mayores. Por ello recomendamos llevar un control de embarazo por un obstetra especializado en alto riesgo.