Hay distintos problemas que pueden aquejar a las uñas de las manos o de los pies de los niños y que hay que saber tratar, con el profesional adecuado. Hablamos con la Dra. Lourdes Navarro, dermatóloga, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), de la Fundación Piel Sana y del Grupo Europeo de Uñas (European Nail Society). Ella nos detalla todo lo que hay que tener en cuenta para cuidar la salud en esta parte del cuerpo.
Las uñas de los niños siempre hay que cortarlas en recto, y no en redondo
Cuáles son las alteraciones más comunes
Muchos de los problemas que aquejan a las uñas afectan también a la piel de alrededor. Hablamos entonces de alteraciones dermatológicas y es el dermatólogo el profesional que tiene que diagnosticar el problema y prescribir el tratamiento adecuado, que en algunas ocasiones serán fármacos. Cuando vemos algo que incumbe solo a la planta de los pies, como puede ser un callo, y a las uñas de estos, por ejemplo, por un tema mecánico que tiene que ver con la pisada, ahí es el podólogo el que va a poder prestar ayuda.
Dentro de los problemas más habituales en las uñas de los niños está lo que se denomina paroniquia, que es una inflamación en la piel que rodea la uña. Tal como describe la especialista, se caracteriza por lo siguiente:
- Inflamación e hinchazón en la piel que rodea la uña.
- Dolor.
- Se localiza en la zona de la piel cercana a la cutícula.
- Se suele producir por recortar la cutícula o por moderse las uñas.
En los pies, "lo más común es que haya uñas encarnadas porque se ha cortado mal, por llevar un calzado inadecuado o porque el pie suda mucho. Cuando la uña se encarna en la piel produce inflamación y mucho dolor", destaca.
Las infecciones por hongos en las uñas no son demasiado frecuentes, "pero sí son habituales las infecciones entre los dedos de los pies, en temporada de piscina y debido al sudor o por llevar un calzado inadecuado", resalta la Dra. Navarro.
Cuando el aspecto de las uñas no es el habitual
Algunos niños muestran un aspecto diferente en la uña. Hablamos de distintas circunstancias como:
- Manchas blancas. Aunque popularmente se habla de que las manchas blancas en las uñas se deben a falta de vitaminas como el calcio, no es así en realidad. Su nombre es leuconiquia, y las manchas pueden ser puntiformes o en forma de rayas. "La causa más frecuente son los traumatismos en la raíz de las uñas, bien porque el niño se las mordisquea o por golpes que se da", aclara la dermatóloga. De hecho, desaparecen según va creciendo la uña y no hay que hacer nada. El calcio es un oligoelemento que tiene una concentración muy baja en las uñas, por lo que en niños esas manchas no se deben a déficit vitamínico (en adultos puede ser diferente).
- Uñas ralladas y resecas. Esta afección recibe el nombre de traquioniquia y las uñas aparecen como estriadas, con pérdida de color... Se da con más frecuencia en algunos niños, como los que tienen síndrome de Down. "Suele deberse a pequeñas alteraciones a nivel de la matriz", comenta la Dra. Lourdes Navarro. Hay que tener en cuenta que la parte más importante de la uña no es la zona que cortamos, sino justo en el extremo, la más cercana a la base de la misma, a la cutícula, pues de ahí nace y es la zona justamente que hay que tratar. ¿De qué manera? Aplicando crema hidratante desde esa zona de abajo y hacia arriba. "Lo mejor es una crema enriquecida en aceites y emolientes para que la uña retenga esas sustancias y se absorba mejor, pero si la economía no lo permite, cualquier crema hidratante e incluso vaselina puede servir", puntualiza.
La importancia de un buen corte de uñas y una higiene adecuada
Además de evitar el calzado inadecuado (es bueno informarse sobre las ventajas del calzado respetuoso), el mal corte de las uñas puede predisponer a sufrir algunos problemas. "Siempre hay que cortarlas en recto, no en redondo", subraya la experta de la AEDV. Si se cortan mal, las uñas pueden encarnarse y luego sufrir una sobreinfección por bacterias o por hongos que, de ser muy repetitivas, podrían alterar la piel.
Las uñas de los niños pueden cortarse con lima, con tijeras de punta roma, con cortauñas... "El instrumento da igual, pero la persona que lo haga debe estar habituado a él y resultarle confortable", apunta la dermatóloga. Como las uñas de los pies suelen ser más gruesas y estar más duras, un truco para favorecer el momento puede ser cortarlas tras el baño, cuando se han reblandecido.
Con respecto a la higiene de las uñas, con el lavado de manos habitual es suficiente en niños sin patología. Hay que tener cuidado con los cepillos para retirar los restos de suciedad o de tierra entre las uñas, pues si se usan de forma continuada se corre el riesgo de provocar una onicolisis, es decir, que la uña se acabe despegando de la piel, con el consiguiente riesgo de hongos y bacterias, como advierte la especialista.
Cuando la uña sufre un traumatismo leve, poner frío puede ayudar bastante. En el caso de un traumatismo más importante, la uña puede llegar a perderse. Mientras sale la nueva hay que cuidarla e hidratar bien la zona. Es normal que el aspecto que tenga mientras va saliendo no sea muy estético. Hay que insistir en la hidratación y masajear, sin taparla. Si la uña que se pierde es en el pie, "el roce del calzado puede hacer que la uña encuentre tope y se detenga el crecimiento, por lo que ahí sí habría que taparla", aconseja.