Tomeu Barceló es profesor y filósofo, y especialista en dinámica de grupos y relaciones humanas. Acaba de publicar Educar al lado (Ed. Desclée de Brouwer), un libro donde da las claves para enfocar la enseñanza desde lo personal y lo experiencial para que las potencialidades de cada alumno puedan ver la luz. Su objetivo es crear el ambiente educativo preciso para favorecer el desarrollo integral de la personalidad. ¿Cómo conseguirlo? Hemos charlado con él.
Es preciso conocer las emociones para ser capaces de simbolizarlas, de expresarlas y de comprenderlas
¿Por qué es importante 'educar al lado' y a qué otras formas de educación se contrapone?
Educar al lado no consiste en un estilo educativo que pone el énfasis en lo que los alumnos deben aprender, sino que centra su atención en las condiciones en que tiene lugar el proceso de aprendizaje, en el clima que se puede generar favorecedor de este proceso y en proveer apoyos y recursos a quienes los necesitan desde una actitud apreciativa y empática hacia los estudiantes. Por ello, dedica más tiempo a preparar y proveer estos recursos para que estén disponibles en función de las potencialidades y necesidades de sus alumnos más que en preparar contenidos del currículum.
Educar al lado es acompañar. El que acompaña camina junto al acompañado, acompasa su ritmo y velocidad al ritmo y velocidad del educando. Se contrapone a miradas más tradicionales que propugnan un modelo de enseñanza en que el profesor enseña fundamentalmente “hablando”, diciéndoles a sus alumnos lo que se supone que deberían saber, y el alumno se considera simplemente como un receptáculo.
¿Cuáles son, a su juicio, los motivos de las tasas de fracaso escolar en España?
El fracaso escolar se mide por la carencia del título máximo de educación obligatoria: actualmente el título de graduado en ESO, y constituye el mayor reto al que se enfrenta el sistema educativo español. Uno de los indicadores para medir el grado de fracaso escolar de un sistema educativo es el nivel de abandono escolar temprano. A pesar de las mejoras experimentadas en la última década, España tiene la segunda tasa de abandono escolar temprano más alta de la Unión Europea, solo por detrás de Rumanía.
Las causas son múltiples y tienen que ver con circunstancias familiares complicadas, dificultades económicas y la percepción de falta de utilidad en la educación; pero también con la poca motivación, la falta de hábitos básicos de estudio y trabajo, baja autoestima, inseguridad y poca confianza en las propias capacidades. Por ello es tan necesario crear condiciones para el despliegue de las potencialidades que cada persona tiene de manera inherente y facilitar un clima motivador del aprendizaje.
España tiene la segunda tasa de abandono escolar temprano más alta de la Unión Europea, sólo por detrás de Rumanía
Las leyes educativas cambian cada pocos años, ¿hacia qué modelo educativo deberían conducirse para ayudar de forma integral a los escolares?
Lamentablemente, con frecuencia la educación se utiliza como arma política entre opciones partidistas de distinto signo. Cada vez que se produce la alternancia política en el gobierno, los nuevos responsables modifican la legislación educativa que, de esta manera, sufre constantes cambios en el currículum, formas de evaluación, criterios de promoción y otros. La manifiesta incapacidad para llegar a consensos entre opciones políticas diferentes en materia educativa y otorgar una cierta estabilidad al sistema educativo genera ansiedad, inquietud y desconfianza en el sector docente.
También es un factor de presión la constante burocratización de las escuelas que se ven inmersas en tareas administrativas cada vez más complejas, en obligaciones de consignar documentalmente criterios, objetivos, actividades, procedimientos de evaluación, actas, memorias, proyectos, estrategias, circulares, planes, informes contables, protocolos y un sinfín de documentos que deben estar disponibles para la administración, las familias o el conjunto de la sociedad. La mayoría de estas elaboraciones recaen exclusivamente en manos de los docentes sin contar con personal de apoyo suficiente, por lo que un docente es, aparte de maestro, administrativo, informático, jurista, contable y, en demasiadas ocasiones, terapeuta para alumnos y familias.
Sería deseable un acuerdo para poder favorecer modelos más centrados en la persona, dotar de mayor autonomía a los centros para elaborar, partiendo de unos mínimos, los currículums educativos y adoptar metodologías más favorecedoras del aprendizaje que no de la simple enseñanza e introducir un desarrollo integral, no solamente cognitivo sino emocional. Se trata, en fin de tomarnos en serio la propuesta que ya hizo “el informe Delors” como las competencias de la educación del futuro: aprender a aprender, aprender a convivir, aprender a ser y aprender a hacer.
"La relación del alumno con los contenidos del aprendizaje es también emocional, la materia curricular le puede o no interesar, le puede o no afectar", comenta en su obra. ¿Cómo conjugar emocionalidad con adquisición de conocimientos?
La separación intelecto-emoción carece de sentido, incluso parece ridícula. Intentamos educar personas que funcionen plenamente, que se autorrealicen, que se perciban a sí mismas con una mirada positiva y con ansias de desarrollar sus potencialidades inherentes, y que se sientan exitosas en sus procesos de aprendizaje y crecimiento porque, no lo olvidemos, el éxito y el fracaso son sensaciones especialmente personales y suelen depender de la manera en que la persona se ve a sí misma y no de cómo es vista desde fuera.
Uno no fracasa o tiene éxito en función de lo que piensen los demás, sino en función de lo que siente y cree por sí mismo. Por eso es preciso conocer las emociones para ser capaces de simbolizarlas, de expresarlas y de comprenderlas para que resulten constructivas y repercutan positivamente en las decisiones de la vida porque, en gran medida, son su motor.
Mantener exclusivamente nuestras programaciones orientadas casi exclusivamente a la cognición nos dificulta introducir la educación emocional en las diferentes áreas del currículum desde la continuidad y vinculación con el conjunto. La emocionalidad nos impulsa a la acción, por lo que nuestras emociones constituyen una base sólida de motivación, y la motivación de nuestros alumnos resulta necesaria para progresar en los aprendizajes y mejorar el rendimiento. La motivación es clave en los procesos de enseñanza-aprendizaje, condiciona la atención e influye en la creatividad, en la eficacia y en los resultados. Un alumno motivado se esforzará por aprender.
¿Cuál es su opinión sobre los procesos de aprendizaje basados en la memoria?
La memoria es una capacidad importante a considerar en la educación. Sin embargo, hoy en día el conocimiento está socializado y a disposición de todo el mundo mediante las nuevas redes de información y comunicación. Por ello necesitamos aprender a pensar desde la complejidad que implica ir más allá de la información obtenida o recabada por distintos medios; requiere formular preguntas acertadas, incluso perspicaces, analizar las situaciones desde una gran variedad de ángulos, incitar a la duda y a la reflexión profunda.
La educación en el siglo XXI necesita fomentar el pensamiento complejo para estimular que nuestros alumnos conciban el mundo de forma más integral, multidisciplinar y global que conforma un sistema interaccional e interrelacionado y no como objetos aislados o fragmentados, casi sin conexión.
El modelo educativo experiencial, centrado en el alumno, puede garantizar tanto los aprendizajes significativos como la transformación para el crecimiento de las personas y el desarrollo colectivo. Lo demás es mera escolarización. El modelo da importancia al contexto cambiante en la facilitación del aprendizaje en lugar de dar prioridad a los contenidos cerrados y memorizados de una vez por todas. Entiende que aprender es un proceso fluyente e inestable y su facilitación es intencional y, por tanto, flexible. En vez de plantearse el enseñar como objetivo, se centra en el aprender como proceso.
¿Hacia dónde debería ir la educación del futuro?
Ningún estilo educativo es neutral. Tampoco es aséptica la educación experiencial centrada en la persona. Al contrario, se trata de un enfoque educativo intencional. Sin embargo, la educación centrada en la persona, a diferencia de otros enfoques, no tiene pretensión, pero lleva implícita una intencionalidad. El camino no está diseñado. Su esbozo es el desarrollo constructivo de la persona, el despliegue de sus potencialidades inherentes, un modo de aprender que promueve la incorporación de los conocimientos a partir de la experiencia y el establecimiento de relaciones humanas basadas en el respeto, la sinceridad y la empatía.
Afortunadamente, muchos maestros son personas comprometidas con su trabajo, verdaderos artistas y auténticos militantes a favor de facilitar condiciones favorables para el desarrollo personal de sus alumnos y que se interrogan constantemente sobre cómo mejorar su intervención educativa, de qué manera pueden evaluar con más equidad, cómo introducir métodos y orientaciones para centrarse más en los estudiantes, cómo incidir más eficazmente en una educación integral que abarque tanto la racionalidad como la emocionalidad y la interioridad de los educandos. En el fondo son agentes de una revolución silenciosa que se va abriendo camino a pesar de todas las dificultades.
No estaría de más que la tarea educativa y docente fuera más reconocida por los gobiernos, la sociedad civil y el conjunto de la ciudadanía. Al fin y al cabo, la educación es el mayor instrumento que tenemos para garantizar un buen futuro a las nuevas generaciones.