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Niña muy seria y triste© Getty Images

Psicología

El suicidio infantil existe: estrategias de los psicólogos para prevenirlo

Los menores no suelen verbalizar su sufrimiento de la misma forma que los adultos, por lo que no siempre es fácil darse cuenta de su ideación suicida


17 de febrero de 2025 - 15:10 CET

Apenas se habla del suicidio y mucho menos aún, de suicidio en niños o en adolescentes. Pero existe. De hecho, los datos de los que disponemos resultan sobrecogedores, pues un total de chicos y chicas de entre 15 y 29 años se quitaron la vida en 2023, según el Observatorio del Suicidio en España, de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio. Este observatorio ha dado a conocer que 10 menores de 15 años se suicidaron ese mismo año.

Hasta hace no mucho se creía que hablar del suicidio provocaba un efecto llamada (es lo que se ha dado en llamar efecto Werther) y en las facultades de Periodismo era una de las primeras cuestiones que se enseñaba a los estudiantes para que lo tuvieran muy en cuenta el día que comenzasen a trabajar en medios de comunicación. Por eso, en parte, ha sido una realidad ocultada y, a pesar de que ahora los expertos abogan por todo lo contrario, en parte lo sigue siendo.

Sin embargo, es necesario hablar de ello precisamente como medida de prevención de otros suicidios. “Hoy en día hablamos del efecto Papageno, que lo que hace es visibilizar ese sufrimiento silenciado e ignorado y, al mostrarlo, quizá salvamos alguna vida”, nos explica Patxi Izaguirre, psicólogo educativo y autor de Prevención del suicidio adolescente (Toromítico, 2024).

No es cuestión de visibilizar solo cuando ya se ha dado la muerte por suicidio. Ojalá visibilizamos mucho antes ese sufrimiento en silencio.

Patxi Izaguirre, psicólogo educativo

“No obstante, para mí no es cuestión de visibilizar solo cuando ya se ha dado la muerte por suicidio. Ojalá visibilizamos mucho antes ese sufrimiento en silencio para normalizar nuestro miedo, nuestra inseguridad, nuestra mediocridad y no sentirnos de menos”, subraya. “Parece como que solamente puede aparecer lo ideal, lo estéticamente brillante y el éxito y el triunfo en la vida. No, yo pienso que visibilizar todo ese sufrimiento en silencio, incluso visibilizar una tentativa, es una manera de decir que la muerte puede esperar. Vamos a pedir ayuda antes”.

Para ello, es preciso hablarlo y no solo en los medios de comunicación, sino también en las redes y en los ámbitos sociales y familiares. Normalizar que hay personas, que hay menores de edad, que sufren tanto que llegan a intentar quitarse la vida.

Niño deprimido junto a la ventana© Getty Images

¿Por qué un niño o un adolescente puede llegar a pensar en el suicidio?

El aumento de perspectivas y la soledad tienen mucho que ver en la mayoría de casos de suicidios en menores de edad, según indica Izaguirre “Es como un grito, una llamada desesperada de que no se sienten vistos, escuchados y que necesitan ayuda”.

Es lo que el autor de Prevención del suicidio llama soledad comunicativa, que se produce cuando no nos escuchamos, no nos vemos, especialmente, cuando se atraviesa una situación complicada. “Uno de los axiomas de la comunicación es escuchar y ver sin enjuiciar. Por ello, cuando en la adolescencia hay una intolerancia a la incertidumbre, cuando hay frustración o hay dificultad para comunicarse con ellos, a veces nuestra mirada como adultos (profesionales, educadores, familias) es una mirada asustada”.

De ahí que en no pocas ocasiones no se escuche al menor. “No escuchamos, hablamos para llenar ese vacío. Entonces, lo que puede parecer sobreprotección, en realidad es una desprotección comunicativa, pues atribuye a la soledad como causa de ese vacío”.  

¿Se puede prevenir el suicidio en un menor de edad?

“Yo abogo por tiempos de calidad”, nos responde el psicólogo al respecto. “Llevamos una vida frenética en la que siempre prima la inmediatez y la productividad y hay que poder estar estando, no hacer que hacemos en los ratos en los que nos vemos a lo largo del día” con los hijos. Por eso propone una comunicación de verdad para evitar la soledad comunicativa en nuestros menores de la que el especialista hablaba anteriormente.

“¿Y eso cómo se hace? Pues no tanto preguntándoles, como padres, qué has hecho o dónde has estado o qué te pasa o qué tal... sino empezar a hablar de nosotros mismos, de nuestras cosas, pero de verdad. A veces, eso genera un efecto contagio por el que también nos hablan de sus cosas”, nos dice. “La receta sería, por un lado, tener tiempo para poder estar estando y usarlo para hablar de nosotros mismos”.

Es como un grito, una llamada desesperada de que no se sienten vistos, escuchados y que necesitan ayuda

Patxi Izaguirre, psicólogo educativo

En la Guía para comprender y abordar la prevención del riesgo del suicidio infantil, elaborada por psicólogos de la Fundación de Educación para la Salud (FUNDADEPS), recomiendan también a los padres procurar generar un ambiente familiar de tolerancia, respeto y confianza, así como fomentar en el hijo confianza en lo que pueden hacer, pensar y sentir, así como hacer que sientan que tienen a quién acudir, incentivarlos a que pidan ayuda a familiares y amigos en situaciones difíciles o de riesgo.

Patxi Izaguirre aboga, además, por crear grupos terapéuticos de iguales en centros educativos y en centros sanitarios cuando vean ciertos indicadores de riesgo suicida. “Esos grupos terapéuticos preventivos ayudarían mucho a detectar esos casos de riesgo y a prevenir que ejecuten conductas suicidas”, considera.

Otro aspecto en el que el psicólogo educativo hace especial hincapié es en el de la necesidad de hacer un seguimiento al menor que ya ha intentado quitarse la vida. “A nadie se nos ocurriría, si vemos los indicadores de un problema de corazón o un problema de riñón, no darle un seguimiento, una continuidad. Estaríamos asustados, preocupados, pero no lo enjuiciaríamos, ni generaríamos estigma, ni sentiríamos vergüenza o sentimientos de culpa”, comenta.

“La respuesta está clara: que vayamos, por fin, a una apuesta seria por lo que es la salud mental, por visibilizarla y atender con dignidad a las personas que lo necesitan”, asevera. “Tenemos el derecho de ser vistos y tratados con empatía en el sufrimiento psicológico de la misma forma que nos atienden en el sufrimiento físico”. 

Más información en: Fundación Española para la Prevención del Suicidio

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