En la fertilidad, tanto del hombre como de la mujer, confluyen muchos elementos, que no siempre son los más evidentes. El sistema reproductivo tiene un papel esencial, pero hay otros actores clave que también tienen un peso determinante. De hecho, el estado de salud en general puede hacer que el camino hacia el embarazo se complique más o menos.
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"No es ninguna sorpresa que abusar de sustancias tóxicas como beber, fumar o una dieta poco equilibrada o incluso la obesidad, el sedentarismo o tener diabetes e hipertensión puedan afectar negativamente a la fertilidad", recalca la Dra. Rafaela González, directora de IVI Almería. "En definitiva, este contexto no solo disminuye la fertilidad, sino que también complica los tratamientos médicos y puede aumentar el riesgo de complicaciones en el embarazo. Por ello, la prevención y la concienciación son claves para tener el mejor punto de partida", añade.
En este sentido, ¿qué importancia tienen el hígado y los niveles de colesterol sobre la fertilidad? ¿Pueden complicar la posibilidad de embarazo?
El hígado tiene una gran relación con la fertilidad, ya que con una correcta función hepática podemos eliminar todas las sustancias químicas tóxicas que recibimos en el día a día
El colesterol y su relación con las hormonas
El colesterol está directamente implicado en la génesis de ciertas hormonas. El hígado lo fabrica, entre otros, para formar las membranas celulares. La relación del colesterol con las hormonas esteroideas, muy presentes en la reproducción humana, es estrecha. De hecho, tal como indican los especialistas de IVI, es el precursor de hormonas como el estradiol, la progesterona y la testosterona, "claves para la fecundación, y que se sintetizan en células presentes en ovarios y testículos".
Unos niveles demasiado altos de colesterol, lo que se denomina en términos médicos hipercolesterolemia, puede afectar a la fertilidad tanto de hombres como de mujeres. En las mujeres puede provocar alteraciones hormonales que dificulten la fecundación e incluso, una vez producida, más riesgo de aborto. Si hablamos de los varones, estos niveles demasiado altos de colesterol influyen negativamente en el volumen del semen y en la forma de los espermatozoides.
Cuando son ambos miembros de la pareja los que presentan niveles altos de colesterol, "sobre todo cuando se acompaña de otros factores de riesgo, las posibilidades de tardar más tiempo en lograr el embarazo aumentan".
Un hígado sano para una mayor fertilidad
El hígado, donde se elabora el colesterol, es un órgano importante para la fertilidad, ya que tiene una labor purificadora que ayuda a filtrar las toxinas del cuerpo, incluyendo el exceso de hormonas. “El hígado tiene una gran relación con la fertilidad, ya que con una correcta función hepática podemos eliminar todas las sustancias químicas tóxicas que recibimos en el día a día. Lograr un funcionamiento óptimo nos va a permitir contar con el equilibrio hormonal necesario para la fecundación”, destaca la especialista.
Llevar una dieta inadecuada puede hacer que el hígado no acabe realizando bien su función, por el alto nivel de toxinas, lo que podría interferir en la fertilidad, por eso cuando hay deseo de tener un hijo las pautas para el hombre y la mujer son cuidar al máximo su estilo de vida.
Pautas saludables que ayudan al hígado
Para ayudar al hígado en su función depuradora y eliminadora de toxinas, los expertos de IVI señalan la importancia de beber al menos dos litros de agua al día y consumir la cantidad suficiente de proteínas (preferiblemente de origen vegetal), "ya que la insuficiencia de estas moléculas no permite al organismo depurar de manera correcta".
También están aconsejados los alimentos ricos en alcaloides amargos, como la escarola, la rúcula o la alcachofa, y otros como el brócoli, la lombarda, el repollo y la coliflor. Hay especias que también contribuyen a esta labor, como el romero, el tomillo, el orégano, el cilantro, el jengibre y la cúrcurma.
Para llevar este estilo de vida saludable que redunda en un hígado sano, la Dra. Rafaela Gónzález apuesta por “una dieta variada basada en el modelo mediterráneo: rica en elementos vegetales, legumbres, cereales integrales, carnes magras y pescado omega-3. Y, sobre todo, evitar los procesados que contienen grandes cantidades de sal y azúcar".
Además, señala: "Realizar actividad física de manera habitual, abandonar el hábito tabáquico, incluso aunque sea puntual, y no consumir alcohol de manera habitual nos ayudarán a preparar la mejor base para tener más posibilidades de conseguir un embarazo de manera más sencilla y, por supuesto, un bebé más sano”.