Juan Llorca y Melisa Gómez© Juan Llorca y Melisa Gómez

Alimentación

Juan Llorca y Melisa Gómez, expertos en BLW: 'Cuando el niño come, el ambiente debe ser tranquilo, sin presión, sin perseguirlo con la cuchara'

El Baby Led Weaning (BLW) va abriéndose paso en las familias, aunque aún persisten algunos miedos. Estar al día con información rigurosa y contrastada sobre este método de alimentación complementaria es esencial. Un nuevo libro aclara muchos aspectos.


12 de febrero de 2025 - 11:55 CET

Hace seis años, se publicó Sin dientes y a bocados, la guía de baby lead weaning (BLW) más vendida en castellano. Ahora sus autores han publicado Con 2 dientes y a bocados (Ed. Vergara), donde revisan toda la información nutricional que ha ido cambiando en este tiempo, además de ofrecer 50 nuevas recetas para bebés mayores de seis meses.

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Hablamos con sus autores. Juan Llorca es un reconocido chef, con más de 20 años de experiencia, responsable de alimentación de Valencia Montesssori School, divulgador, consultor en comedores infantiles y creador, junto a la coautora del libro, de la iniciativa #PorUnaEscuelaBienNutrida. Por su parte, Melisa Gómez es dietista-nutricionista, especializada en nutrición pediátrica y asesora de lactancia, además de creadora de Nutrikids, donde acompaña a familias en el camino de ofrecer una alimentación saludable a sus hijos. 

Se puede ir progresando en texturas poco a poco, de modo que el bebé siga desarrollando sus habilidades y la familia vaya ganando confianza

Juan Llorca y Melisa Gómez

¿Qué debemos entender por alimentación complementaria respetuosa y positiva?

Aquella que toma en cuenta las necesidades de cada niño y se adapta a éstas, que no intenta forzar ni acelerar el proceso ni busca tomar el control de tareas que van más allá de lo que corresponde, recordando que las madres, padres o cuidadores han de ofrecer alimentos seguros y adecuados y que el bebé decidirá si los come o no y cuánto comerá de cada grupo de alimentos que se ofrecen, y que ha de tomar en cuenta también que en esta etapa los bebés siguen obteniendo la mayor parte de su aporte nutricional a través de la leche materna o fórmula infantil.

Libro "Con 2 dientes y a bocados"© Ed. Vergara

Uno de los mayores miedos de los padres ante el BLW es la posibilidad de atragantamiento. Pero comentáis en el libro que no se ha demostrado que sea mayor que con otro tipo de alimentación. ¿Cómo desterrar este temor?

Creemos que a través de la formación se puede ganar seguridad y afrontar estos momentos con mayor calma. Formarse tanto en cómo ofrecer los alimentos, en cómo acompañar el proceso, las posturas adecuadas para el bebé, las texturas adecuadas de los alimentos… y además en primeros auxilios para saber cómo gestionar un posible ahogamiento (que siempre recordamos que en estas etapas puede ocurrir con muchas cosas además de alimentos, con botones, piezas de juguetes, entre muchas más).

Si aún así, el miedo persiste o la familia considera que su peque no muestra las señales de estar preparado para alimentarse de esta manera, siempre aconsejamos adaptar las recomendaciones a la situación personal y contemplamos también la posibilidad de empezar con triturados o alimentos machacados, o que se combine el BLW con triturados (por ejemplo, si están al cuidado de otras personas en alguna de las comidas) e ir progresando en texturas poco a poco de modo que el bebé siga desarrollando sus habilidades y la familia vaya ganando confianza.

Cuando se va a hacer BLW es bueno que la familia se forme tanto en cómo acompañar el proceso

Juan Llorca y Melisa Gómez

Muchas familias deciden optar por la cuchara y los triturados en lugar de por el BLW. ¿En qué casos esta primera opción puede ser la más aconsejable?

Puede que en casos de peques que hayan nacido prematuramente, en algunas alteraciones del neurodesarrollo o en algunos cuadros clínicos haya indicación de iniciar la alimentación complementaria con triturados. También habrá casos o situaciones en los que, debido a una patología de base, el peque habrá de alimentarse con triturados durante los primeros años de vida.

En niños sanos nacidos a término, esperando el tiempo necesario para que se vayan desarrollando las habilidades necesarias y se alcancen los hitos del desarrollo, se podría empezar a través del BLW, pero dependiendo de las necesidades de cada familia, también podría empezarse con triturados o combinando las dos maneras.

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Destacáis la importancia del ambiente a la hora de comer de los más pequeños. ¿Cómo debe ser?

Cuando sea posible, el peque se sentaría a comer con el resto de la familia para que pueda aprender a través de ver al resto comer. El ambiente sería tranquilo, de disfrute, sin presión sobre si come o no, sin perseguirlo con la cuchara, sin pasarse la comida solo observando al niño comer y, en lo posible, evitando sobresaltarse con lo que vaya transcurriendo para prevenir que el niño pueda asustarse o sentir que está haciendo algo incorrecto (ante esto muchas veces comentamos que, si los padres sienten temor ante un determinado alimento, mejor lo chafen o aplasten con un tenedor para poder vivir la comida con más calma).

Si notamos que la comida se está convirtiendo en un momento de tensión, que no podemos acompañar desde la calma porque nos invaden dudas o termina en discusiones, recomendamos buscar ayuda y consultar con el dietista-nutricionista pediátrico para contar con las herramientas que permitan vivirlo de otro modo o recibir la orientación necesaria.

¿Cuáles serían las bases de un BLW mixto?

Se ofrecería al peque tanto la posibilidad de realizar BLW en ciertos entornos o momentos, por ejemplo, en los desayunos en casa come fruta entera (recordando las recomendaciones sobre seguridad como evitar manzanas enteras, uvas, arándanos, cerezas… que han de cortarse o aplastarse para garantizar su seguridad) o en la cena come trozos de alimentos (que cenan sus familiares), mientras que en otros entornos o momentos (por ejemplo, en casa de los abuelos o en el comedor de la escuela infantil) come siempre triturados.   

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¿Qué sabores o texturas son las que más cuesta que acepten los niños?

Depende mucho de cada niño y la variabilidad es muy alta en esta etapa. Entre los 6-12 meses van descubriendo y procesando todos los sabores y texturas nuevas a los que los exponemos y puede que acepten fácilmente un amplio rango de texturas como que no sea tan sencillo (para lo que aconsejamos la puesta en marcha de los juegos sensoriales que serán de apoyo en la alimentación).

En líneas muy generales, suelen tener preferencia por los sabores dulces que se encuentran en frutas, en alimentos como el boniato, calabaza, etc. y por texturas crujientes como la de una rosquilleta o pico de pan.

En el libro relatáis situaciones que se pueden producir con el BLW como que el niño apenas coma, que use la comida para jugar o que acabe escupiéndola. ¿Qué hacer ante ellas?

Dependería de la situación a la que nos enfrentemos y al caso en el que se encuentre cada familia, por ello en nuestro libro hemos podido dedicar un espacio a resolver estas cuestiones y dar pautas de carácter general a las familias que las atraviesen.

De necesitar un apoyo más cercano para atravesarlas, la recomendación sería la de acudir a consulta con un dietista-nutricionista pediátrico para poder abordarlas con el detalle que merecen.

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Al comer igual que el resto de la familia, ¿es una buena ocasión para revisar también y hacer más saludable la dieta de todos?

Claro, es un momento ideal para mejorar el patrón alimentario de la familia entera y poco a poco lograr ser el ejemplo que queremos que ellos sigan.

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