Los juguetes son herramientas muy valiosas para que el bebé y el niño se relacionen con el entorno en el que están. A través de los juguetes se ponen en marcha muchas funciones elementales, empezando por la lúdica, que les van a ayudar en su crecimiento.
Si nos ceñimos al ámbito puramente visual, los juguetes son una herramienta para favorecer su desarrollo visual. Lo ideal es combinar el juego en casa con actividades en el exterior, ya que se ha demostrado que hay menor incidencia de miopía cuando se está al aire libre. Pero ¿cuáles son los juguetes más adecuados? ¿Hay algunos que pueden resultar peligrosos?
Juguetes con riesgo para la visión
Todos los juguetes tienen que estar homologados y haber pasado por unos controles básicos que garanticen su seguridad y su inocuidad para los más pequeños. En este sentido, se revisa que los materiales en los que están fabricados no sean tóxicos, que no pueda desprenderse ningún elemento que pudiera ser ingerido o representar un peligro para el pequeño, y que están elaborado según las normas vigentes.
Al margen de estos temas de seguridad, algunos juguetes pueden entrañar peligro para los ojos cuando no se usan de forma correcta. “Por ejemplo, aquellos juegos que tienen luces intensas o láseres muy brillantes pueden dañar la retina de los niños aún en desarrollo si se miran fijamente. Otros peligros son los vinculados a los objetos puntiagudos o lanzables que pueden impactar en los ojos o los que contienen sustancias tóxicas e irritantes”, explica la doctora Pilar Merino, especialista en Oftalmología Pediátrica y Estrabismo de Clínica Baviera.
Además, está el tema del uso excesivo de pantallas en la infancia, sobre el que ya han alertado distintas sociedades pediátricas y médicas, como la Asociación Española de Pediatría. Cuando los dispositivos electrónicos se utilizan de forma prolongada y por más tiempo del recomendado pueden ocasionar visión borrosa, fatiga visual y sequedad ocular.
“Es muy importante que las usen a la distancia adecuada con buena luz ambiental y que se controle el tiempo haciendo descansos periódicos ya que, además de a la salud ocular, pueden afectar al sueño y a otras parcelas de su vida”, recalca la doctora Merino
Cómo elegir juguetes buenos para su visión
Estas son las recomendaciones de los expertos de Clínica Baviera para escoger los juguetes que más van a contribuir al desarrollo visual de los pequeños de la casa.
Juguetes de colores vivos y llamativos
Sobre todo en los primeros meses de vida, cuando el bebé es recién nacido, los juguetes conviene que tengan grandes contrastes de color, como el blanco y negro. También se aconsejan las formas geométricas. "De esta forma estimularemos su percepción visual y el movimiento de los ojos", señalan.
Opciones en movimiento
Los gimnasios para bebé o los carruseles que se colocan encima de la cuna son excelentes opciones para que ejerciten la vista mientras intentan cogerlos. Es una manera de ayudarlos en el establecimiento de la coordinación ojo-mano y en el reflejo de seguimiento.
Desde los seis meses, juguetes con formas
Cuando el bebé cumple medio año se vida se empieza a estabilizar su visión binocular y cromática; es decir, su visión por ambos ojos y la percepción del color. En este momento, el pequeño ya puede controlar la dirección de su mirada y el movimiento de sus manos. "Una gran opción para estimularlo son los juegos de formas geométricas y con sonidos", destacan los expertos de Clínica Baviera.
Libros desde el principio
En el mercado hay libros de tela para bebés para los primeros meses, pero será a partir del año cuando tengan más destreza para pasar las páginas y entender el libro como un elemento diferencial en sí mismo, que les ayuda a estimular la visión. Además, a partir de esta edad ya pueden usar juguetes de figuras y bloques que les permitirán a empezar a distinguir formas y tamaños y a seguir profundizando en la coordinación óculo-manual. Igualmente, "trabajan el enfoque mediante la función de colocación".
Rompecabezas y puzles para la memoria visual
Tanto los rompecabezas como los puzles y similares permiten que el niño vaya desarrollando su percepción y su memoria visual. "A partir de los tres años será fundamental jugar con ellos para detectar cualquier dificultad de visión o anomalía a la hora de distinguir colores o al coger objetos que no vean bien y poder consultar con un especialista para que haga una revisión oftalmológica", indican los especialistas de Clínica Baviera.