Después de tener un hijo ya nada vuelve a ser igual. Por eso, la maternidad es una decisión trascendente que hay que plantearse con seriedad. Al margen de situaciones externas que pueden condicionar la determinación, como contar con un trabajo estable, tener un sueldo que permita los gastos derivados de ella o disfrutar de una vivienda, hay otros factores más personales e íntimos que tienen que ver con el momento emocional de la mujer.
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Noelia Extremera es psicóloga perinatal de LactApp y docente (www.noeliaextremera.com) Con ella hemos contado para que nos aclare cuándo la mujer está preparada emocionalmente para lanzarse a la maternidad.
La diferencia entre estar ilusionada y estar preparada
"Aunque la ilusión tiene grandes ingredientes de motivación y nos prepara para el objetivo, no podemos decir que ilusión y preparación puedan contemplarse como sinónimos, al menos en lo que a la maternidad se refiere", advierte la especialista. "En los tiempos actuales, prepararse para la maternidad va más allá de tener ganas", añade.
Y es que la mujer se enfrenta a un escenario más complejo que el de otras épocas. En este sentido, Noelia Extremera cita dos situaciones determinantes:
- Sociedad poco maternal. "Lo que podemos ver en la maternidad actual es que, de forma generalizada, se vive con sorpresa la realidad de los cuidados que requieren los bebés al darse en sociedades muy poco maternales". Esto implica que cada vez las mujeres tienen menos referencias sobre los cuidados que requiere un hijo. "En las grandes ciudades, por la individualización; y en zonas rurales, por la despoblación", advierte. Las mujeres se sienten solas en ese camino y sin referentes, y eso afecta mucho. "Hay un impacto en los aspectos psicológicos y emocionales de las madres que tienen que ver más con el contexto social en el que se encuentran maternando; y esto es difícil de contemplar antes de la toma de decisión sobre tener hijos", subraya la psicóloga perinatal.
- Poco realismo en relación a las exigencias de la maternidad. Cuando las mujeres que desean tener hijos reciben quejas o comentarios de otras que están en ese periodo, "tienden a minimizar esas quejas, por ejemplo, ante el cansancio por no poder descansar como se necesitaría", comenta. Se tiende a pensar que a ti no te pasará igual, que te organizarás de otra manera, que tu hijo dormirá del tirón, que esos problemas no suceden siempre... "Esto tiene cierto sentido desde la supervivencia de la especie", aclara.
Un apoyo social imprescindible para ser madre
Lo ideal es que para ser madre la mujer cuente con una estabilidad emocional y psicológica que le permita afrontar este gran reto. Hay un factor clave que apuntala ese equilibrio, y es el apoyo social. Cuando la mujer cuenta con él, la maternidad es totalmente diferente a cuando no lo tiene.
Y sabiendo que es así, la psicóloga hace un llamamiento a la responsabilidad de todos: "Tenemos una responsabilidad grande como entornos de las mujeres que desean ser madres para actualizarnos y acompañar de forma respetuosa lo que cada una necesite en cada uno de sus procesos". En este momento, no siempre se está a la altura de forma colectiva de lo que las madres necesitan, hay mucho trabajo que hacer de acompañamiento, apoyo, sostén... Y esta es una tarea general. Si no hay apoyos, la maternidad se convierte en una carrera de obstáculos muy complejos de salvar.
'Mi pareja quiere, pero yo no estoy lista'
En la decisión de tener un hijo o no, el convencimiento total de la madre es clave. "Lo recomendable es que la persona que va a vivir la maternidad en todo su ser desde el primer momento, con procesos en los que se dan cambios a todos los niveles humanos, sea la persona que marque los tiempos y necesidades", comenta Noelia Extremera (@noeliaextremerapsicologa, en Instagram).
En este sentido, la mujer debe escucharse y decidirse cuando se sienta realmente lista, cuando sea un deseo profundo. De hecho, ese mismo deseo ineludible es el que lleva a muchas mujeres a afrontar la maternidad en solitario cuando no encuentran a una pareja que comparta esta ilusión.
Las circunstancias personales que rodean la decisión de tener un hijo deben ser valoradas por cada mujer. "Considero que nadie está en la posición de desaconsejar a nadie su maternidad, salvo que suponga un contexto de violencia para otras personas, como pudieran ser los vientres de alquiler", recalca la especialista.
Es la propia mujer la que puede hacer esa introspección para saber si es el momento o no de tener un hijo y afrontar la maternidad.