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Las circunstancias que rodean a la maternidad son muy peculiares y diversas. Las experiencias pasadas pueden jugar un papel muy importante en cómo se viva en el presente e incluso en el futuro. Es el caso de mujeres que han vivido situaciones complejas con su primer hijo y que se sienten incapaces de afrontar un siguiente embarazo. ¿Cómo salir de ahí?
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La Dra. Sofía Fournier es ginecóloga, especialista en Medicina Materno-Fetal y Obstetricia de Alto Riesgo y CEO y socia principal del Centro de Cuidado Integral de la Mujer Gynaikos. Con ella hemos hablado para que nos aclare qué hacer en estos casos.
En Obstetricia tenemos la suerte de que cuando ha ocurrido un factor estresante en una gestación o en un parto podemos poner en marcha muchos mecanismos de prevención en el siguiente para evitar que la situación se dé otra vez
Un miedo al siguiente embarazo que paraliza
Hay situaciones obstétricas severas que pueden hacer que la mujer sienta un miedo imposible de superar para enfrentarse a un siguiente embarazo. Tal como comenta la experta, haber vivido la prematuridad extrema de un hijo, o una patología grave, como puede ser una preeclampsia, situaciones ambas que pueden conllevar un ingreso en la UCI, y resultar "muy traumáticas" para la madre, pueden condicionar en gran medida.
Además, otras situaciones como "haber sufrido una hemorragia posparto severa que requiere de técnicas intervencionistas importantes para el cese de la hemorragia, y que conlleva una afectación del estado general materno, también puede influir".
El momento del parto también es clave. Todas las mujeres sueñan con ver llegar a su hijo de un modo tranquilo y sin complicaciones, pero a veces no sucede así, y esto queda tan grabado que les impide decidirse por una siguiente gestación.
Cómo abordar estos casos para desbloquear los temores
Si la mujer no quiere tener más hijos, no hay problema, pero muchas veces ese miedo convive con el deseo de un nuevo embarazo. El papel del equipo que la va a tratar es fundamental. "Lo primero es hacer una análisis de la situación del embarazo anterior; es decir, identificar dónde estuvo el foco estresante y por qué apareció la patología médica", destaca la Dra. Fournier. Puede haber sido un problema del bebé, por un crecimiento intrauterino retardado, una amenaza de parto prematuro, ciertas condiciones difíciles en el parto... Hay que ver por qué se produjeron con un análisis profundo en el que a la mujer se le explique por qué se tomaron determinadas decisiones.
"En Obstetricia tenemos la suerte de que cuando ha ocurrido un factor estresante en una gestación o en un parto podemos poner en marcha muchos mecanismos de prevención en el siguiente para evitar que la situación se dé otra vez, o si la situación aparece, que podamos actuar desde muy al principio para intentar que no sea con el mismo grado de severidad", añade la especialista.
Puede haber un riesgo de recurrencia de las dificultades anteriores, que deberá ser explicado a la mujer para que sea consciente de ello y tenga toda la información para tomar las precauciones y los mecanismos de prevención y control estricto durante la gestación que sean necesarios.
La inestabilidad emocional mal controlada en el embarazo aumenta el riesgo de depresión posparto
Cómo disfrutar del embarazo, a pesar de todo
Cuando en el embarazo anterior se han vivido situaciones complicadas, es muy habitual que la mujer tenga muchos temores, que le pueden impedir vivir los nueve meses con tranquilidad y disfrutando. ¿Pueden tener esto consecuencias sobre el desarrollo del embarazo? "Sí es cierto que la labilidad emocional [inestabilidad emocional] mal controlada durante la gestación aumenta el riesgo de una patología médica que no hay que despreciar ni olvidar, que es la depresión posparto. Por eso es súper importante que en las pacientes que refieren una experiencia de parto y/o embarazo anterior traumática que les provoca ansiedad o un gran malestar se haga un abordaje integral en el que incluyamos un servicio de acompañamiento con un psicólogo perinatal", subraya la Dra. Fournier. La figura del psicólogo perinatal es básica, especialmente en las unidades de alto riesgo obstétrico.
Igualmente, hay que fomentar el vínculo madre-hijo, aunque alguno de los dos haya tenido que pasar por una UCI. Ese contacto cercano y frecuente con su bebé, a pesar de las circunstancias médicas adversas, va a favorecer una mejor salida de la experiencia traumática que puede haber vivido y puede prevenir estos miedos paralizantes para un siguiente embarazo.
¿Cuándo es necesario tomar medicación para controlar los miedos?
Ante casos así, el obstetra y el psicólogo perinatal deberán valorar cuidadosamente la situación de intranquilidad y nerviosismo de la mujer por si fuera necesario derivarla al psiquiatra para que le prescriba algún fármaco.
"Hoy en día hay mucha medicación psiquiátrica, ansiolítica y antidepresiva, que la gestante puede tomar sin ningún riesgo, y nosotros siempre preferimos que la gestante tome medicación si es necesario, a que no la tome por el concepto de 'no quiero tomar nada para no perjudicar a mi bebé', y que luego, una vez que dé a luz aumente el riesgo de depresión posparto, que también pone en riesgo su salud mental y su vínculo con el bebé, y la capacidad de maternar", destaca la ginecóloga de www.gynaikos.com.
La participación de un equipo multidisciplinar, donde obstetra, psicólogo perinatal y otros especialistas trabajen coordinados es muy importante para que la mujer pueda vivir ese siguiente embarazo de la mejor forma posible. Por ejemplo, un fisioterapeuta puede intervenir, en el caso de que un parto traumático hubiera dejado secuelas, y también la labor de la matrona que acompaña todo el proceso es fundamental.