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Experta en el Baby Sign Language, el lenguaje de signos de bebés, acerca del cual se ha formado en Estados Unidos, la bioquímica Marta Serra acaba de publicar el libro ¡Por fin mamá me entiende! (Roca Editorial). Asegura que el bebé al que se instruye para ello puede expresar mediante gestos que tiene hambre, en lugar de hacerlo llorando. Esto hace, según nos dice, que mejore enormemente la comunicación entre el bebé y sus padres, al tiempo que sienta las bases de un mejor desarrollo emocional. Hemos hablado con ella y nos ha dado información de lo más interesante.
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Los bebés que usan Baby Sign Language no solo desarrollan mejores habilidades lingüísticas, sino que también fortalecen su confianza al poder comunicar lo que sienten y necesitan
¿Qué es el 'Baby Sign Language'?
El Baby Sign Language, o lenguaje de signos para bebés, es una herramienta increíble que permite a los más pequeños comunicarse con sus cuidadores mucho antes de desarrollar completamente el habla, o mientras esta está en proceso. Los bebés usan signos sencillos con sus manos para expresar necesidades, emociones o incluso cosas que ven a su alrededor.
Durante la etapa pre-verbal, los bebés tienen una gran capacidad para comprender el mundo, aunque todavía no puedan expresarlo con palabras. Aquí es donde el Baby Sign Language se convierte en un puente maravilloso. Imagina que un bebé, en lugar de llorar porque tiene hambre, pueda hacer el signo de “comer” para comunicarse contigo. Esto no solo reduce la frustración, sino que refuerza el vínculo emocional entre el bebé y sus cuidadores.
Cada palabra importante para su día a día (como "leche", "más", "jugar") tiene un signo asociado. Los adultos lo enseñan al combinar el signo con la palabra y el contexto adecuado: decir "agua" mientras haces el signo y le ofreces un vaso. Poco a poco, y con repetición, el bebé comienza a entender y devolver los signos.
Además, los bebés que usan Baby Sign Language no solo desarrollan mejores habilidades lingüísticas, sino que también fortalecen su confianza al poder comunicar lo que sienten y necesitan, por lo que no solo es una herramienta de comunicación, sino también un apoyo clave para su desarrollo emocional.
¿Cómo interacciona el bebé con este ‘lenguaje’?
El Baby Sign aprovecha la capacidad natural de los bebés para observar e imitar. Al principio, el bebé se quedará mirando atentamente las manos del adulto mientras hace un signo, como "leche" o "baño", y podemos ver cómo se fija en el tono de nuestra voz mientras repetimos la palabra. Poco a poco, el bebé empezará a asociar el signo con su significado, especialmente si observa que ese signo siempre está relacionado con un objeto o acción concreta.
La interacción evoluciona cuando el bebé comienza a reaccionar: sonríe o se emociona cuando hacemos un signo que le resulta relevante. Más adelante, intentará imitarlo, aunque al principio puede hacerlo de forma imprecisa, lo cual es totalmente normal.
¿Cómo darnos cuenta de que nuestro bebé nos está entendiendo?
Aunque al principio el bebé no devuelva los signos, hay varias señales que indican que ya los está entendiendo, y este es el hito más relevante que nos indica que vamos por el buen camino
- Reacciona con entusiasmo o curiosidad cuando hacemos un signo que le interesa, como "comer" o "agua".
- Mira hacia el objeto o la acción asociada al signo. Por ejemplo, hacemos el signo de "pájaro", y el bebé inmediatamente busca con la mirada si hay un pájaro cerca.
- Se calma, se ríe, mueve los brazos o las piernas o llora con más intensidad cuando usamos un signo para explicarle lo que va a suceder, como "leche" antes de alimentarlo.
¿A partir de qué edad se puede emplear con él y, sobre todo, a partir de qué edad empezará el bebé a responder de manera clara al 'Baby Sign Language'?
Realmente no existe una edad ideal para empezar, la horquilla podríamos definirla entre los 6 y los 18 meses de edad, aunque como ves es bastante amplia. Si queremos empezar antes no habría ningún problema, los bebés están preparados para aprender del mundo que les rodea desde el día que nacen.
De todas maneras si quisiéramos empezar con un bebé que tenga menos de 6 meses debemos fijarnos en dos cosas: que el bebé nos siga con la mirada en un espacio limitado y que preste un poquito de atención, esto le ayudará a entender y poder seguir mejor el movimiento de nuestras manos al signar.
Si por el contrario tenemos un bebé de 18 meses o más, siempre y cuando no haya una comunicación fluida y resuelta, podremos beneficiarnos del Baby Sign. Además con el uso de signos, podemos trabajar muy bien las emociones y el acompañamiento de estas así como facilitar el aprendizaje de nuevos idiomas, por esto, aunque el bebé haya empezado a hablar, es una herramienta muy útil para ellos.
En cuanto a la edad que empiezan a devolver signos, los datos dicen lo siguiente: si empezamos a signar alrededor de los 6-8 meses, podemos esperar que el bebé comience a devolver signos entre los 9 y 12 meses. La velocidad con la que responda dependerá de factores como la repetición, el interés que muestre y su desarrollo motor.
¿Por qué es útil establecer un tipo de comunicación efectiva cuando nuestro hijo es tan solo un bebé?
Establecer una comunicación efectiva desde los primeros meses de vida es una de las mejores maneras de fortalecer el vínculo con el bebé. Cuando el bebé siente que es comprendido, su nivel de estrés disminuye, se siente más seguro y esto genera un entorno emocional más equilibrado y saludable para toda la familia.
El Baby Sign no solo ayuda a reducir las frustraciones que surgen de no entender las necesidades del bebé, sino que también le brinda herramientas para expresar lo que quiere, siente o necesita de manera clara. Esto permite evitar muchos momentos de llanto o incomodidad, fomentando una conexión más profunda entre el bebé y sus cuidadores.
¿De qué manera influye en el desarrollo cerebral y afectivo del niño?
El uso del Baby Sign activa varias áreas del cerebro relacionadas con el lenguaje, la comunicación y la comprensión. Por ejemplo, cuando el bebé observa y utiliza signos, está estimulando tanto el área de Broca (responsable de la producción del habla) como el área de Wernicke (encargada de la comprensión). Aunque todavía no hable, su cerebro está trabajando intensamente para preparar el camino hacia el lenguaje hablado.
En el ámbito afectivo, el uso de signos fortalece el vínculo entre el bebé y sus cuidadores. Cuando un bebé siente que lo entienden, experimenta una mayor seguridad emocional y desarrolla una mayor confianza en sí mismo.
Los bebés usan signos sencillos con sus manos para expresar necesidades, emociones o incluso cosas que ven a su alrededor
¿Qué cambios has visto en las familias que han aprendido en tu academia, The Baby Sign Academy, este lenguaje de signos tan especial?
Principalmente cambios en la forma que ven a sus bebés. De repente descubren que ese pequeñín tiene un potencial increíble. Una de las cosas más significativas es cómo mejora la comunicación y, con ello, la relación entre padres e hijos. Muchas familias me cuentan que los signos les ayudan a prever y entender las necesidades de sus hijos, desde algo tan básico como "quiero agua" hasta emociones más complejas como "estoy asustado". Este entendimiento mutuo hace que los padres se sientan más confiados y los bebés, más tranquilos.
¿Y en sus bebés?
En los bebés, los cambios son igual de impactantes. Lo primero que destaca es la reducción de frustraciones. Cuando el bebé tiene una herramienta efectiva para expresar sus necesidades, su estado emocional es más estable y, aunque todavía no devuelva signos, el hecho de entenderlos, les da más seguridad.
Otro cambio común es el desarrollo temprano de habilidades cognitivas y comunicativas. Los bebés que utilizan Baby Sign muestran una mayor atención conjunta, es decir, la habilidad de enfocarse en el mismo objeto o acción junto con otra persona, lo cual es clave para el aprendizaje del lenguaje. Además, el uso de signos amplía su vocabulario, ya que asocian más palabras con conceptos y acciones desde una edad muy temprana. Además los bebés que usan signos suelen desarrollar habilidades lingüísticas más avanzadas a largo plazo. Esto se debe a que los signos refuerzan las conexiones cerebrales relacionadas con el lenguaje y la comunicación, preparando al bebé para hablar con mayor fluidez.
¿Interfiere el 'Baby Sign Language' a la hora de que el niño aprenda a hablar? ¿Puede hacer que tenga una menor necesidad de expresarse con palabras y hacer que empiece a hablar más tarde?
Es un gran mito y seguro que alguien cercano a tu entorno te lo pregunta al ver que usas signos con tu bebé. Tengo que decirte que está muy alejado de la realidad, de hecho, sería como pensar que un bebé que gatea para desplazarse empezará a andar más tarde o incluso que no andará porque se habrá acostumbrado a desplazarse gateando.
La zona del cerebro que se encarga de entender las palabras madura mucho antes que la zona que se encarga de poder emitir las palabras, es una mera cuestión evolutiva y nada tiene que ver con acostumbrarse. De hecho, verás que en torno al año muchos bebés empiezan a señalar o levantan las manos para que les cojamos en brazos. Esto sucede porque la gestualidad precede a las palabras de forma natural y, con el uso de signos, les abrimos un abanico de vocabulario mucho más amplio para que mientras se desarrolla el habla puedan comunicarse de forma efectiva con nosotros.