Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por este motivo, cada año fallecen 17,9 millones de personas en todo el mundo. Aunque, de entrada, pueden parecer patologías que solo afectan a los adultos, la prevención desde los primeros años de vida es clave, más en un contexto con altos índices de obesidad infantil, uno de los factores predisponentes.
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La Dra. Marta López es especialista en Cardiología infantil del Hospital Quirónsalud Zaragoza. Ella explica cómo seguir un estilo de vida saludable desde edades tempranas para prevenir problemas cardiovasculares más tarde, todo ello teniendo en cuenta, por supuesto, la edad del paciente y otros elementos como la existencia de patologías o de antecedentes familiares.
“Solemos preocuparnos del corazón cuando ya somos adultos y, especialmente, si hemos tenido un susto, como un infarto, pero la infancia y la adolescencia son las fases más importantes para el control y la prevención de las enfermedades cardiovasculares”, explica la especialista. En este sentido hay que evitar el sedentarismo, la obesidad y otras enfermedades como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia, que, a menudo, guardan relación con el estilo de vida personal.
El ejercicio: un protector vital clave
“En España, la cifra de niños de entre 5 y 14 años que no realizan ninguna actividad física es del 12%, mientras que entre los 15 y los 24 años no practica nada o muy escasa actividad hasta un 45%”, comenta la especialista. En este sentido, advierte que “hacer ejercicio es primordial a todas las edades y es algo que debe incorporarse a la vida cotidiana desde la infancia”.
¿Qué tipo de actividad es mejor, según cada edad? Tal como explica la Dra. Marta López, “entre los 0 y los 6 años es suficiente el juego libre y la actividad natural que tiene un niño, dejando que se mueva y creando espacios donde pueda hacerlo con seguridad”. Además, añade: “Es recomendable que aquellos bebés que todavía no caminan también se muevan, por ejemplo, cogiendo objetos en el suelo, volteándose o gateando”. Porque la actividad física ha de ser desde el comienzo de la vida. Y una vez que ya saben andar, se aconseja el juego libre, al menos durante tres horas al día, tanto dentro como fuera de casa, y de una intensidad variable.
“A partir de los 6 años se debe realizar al menos una hora de ejercicio con intensidad moderada o intensa. La mayor parte debe ser aeróbico, como correr, nadar o montar en bicicleta, dedicando de dos a tres días a la semana al fortalecimiento muscular y óseo, con actividades como la gimnasia, la escalada o los estiramientos”, continúa la cardióloga. A partir de esta edad, son muy recomendables los deportes colectivos, en función de los gustos del niño y teniendo en cuenta que la finalidad principal es que se divierta y esté a gusto.
Dentro del ejercicio físico que hacen también se pueden implementar a esta edad rutinas cotidianas como ir andando al colegio o subir las escaleras de casa, en lugar de coger el ascensor. Son pequeños pasos que también redundan en proteger la salud cardiovascular de los más pequeños.
Seguir una alimentación saludable y controlar el peso
Tener una alimentación saludable desde la infancia es esencial, ya que, como subraya la experta de Quirónsalud Zaragoza, "muchos estudios han comprobado que los hábitos alimenticios que se obtienen durante la infancia continúan en la edad adulta".
En este sentido, la recomendación es limitar el consumo de alimentos con azúcares añadidos, grasas saturadas y un exceso de sal, que suelen encontrarse en la denominada cómida rápida como las pizzas, las patatas fritas, los refrescos, las galletas y la bollería.
Actualmente, la prevalencia de la obesidad infantil oscila entre el 12 y el 17%, y si bien es cierto que, tal como muestro el Estudio ALADINO (Vigilancia dela Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España), se ha producido una disminución en los índices de obesidad infantil en los últimos años, las tasas siguen siendo preocupantes y hay que actuar sobre este problema.
Menos tiempo delante de las pantallas
La salud cardiovascular también se libra en el tiempo de pantallas del niño. “Es muy importante limitar el tiempo que pasan viendo la televisión, con el ordenador o con pantallas, ya que existe una relación directa entre este tipo de actividades y el sobrepeso”, señala la cardióloga infantil. Cuando el menor está muchas horas delante de ellas, mantiene hábitos sedentarios, deja de hacer deporte y de socializar y es más probable que acabe ingiriendo comida basura.
Además, en la adolescencia, hay que evitar el hábito de fumar, planteándose como meta no iniciarse en el tabaquismo. A su vez hay que impedir la exposición al humo de tabaco ambiental por parte del niño en casa o en otros entornos.