Eso de y tú, ¿para cuándo? es un clásico de los encuentros familiares, tan propios de las fechas navideñas. Una pregunta aparentemente simple que, sin embargo, puede hacer cierto daño a muchas parejas, especialmente si están buscando el embarazo sin éxito y prefieren no dar explicaciones. ¿Cómo puede afectar la presión familiar a la fertilidad? ¿Cómo hacer frente a este tipo de situaciones?
Para dar respuesta a estas preguntas hemos hablado con María Aranzazu Yusti Atienza, psicóloga de Clínicas Eva, quien incide en que las respuestas a muchas preguntas vienen de plantearnos a nosotros mismos esos mismos interrogantes. “Cuando tengo la necesidad de protegerme de algo es porque interpretas que hay una amenaza”, subraya. “¿Cuál es el aviso? ¿Qué necesito cuidar? ¿Qué es lo que pasa cuando insisten con un tema que puede ser muy personal o privado y con el que no nos sentimos cómodos al hablar de ello?”.
Apunta que ese y tú, ¿para cuándo? puede hacernos sentir muy vulnerables, puesto que parece que refleja la oposición de la pareja a cumplir casi con una obligación, con algo impuesto de lo que deban dar explicaciones. “¿Eso tiene sentido nosotros? ¿El ser madre o padre viene de una obligación, debe ser en un momento determinado? Y lo que es más importante, ¿siempre es fácil?”.
La respuesta a estas y otras preguntas incómodas, según nos dice la psicóloga, tendrían que venir de manera natural si tenemos una buena regulación emocional. “Si somos capaces de mantenernos serenos y tranquilos, podremos dar una respuesta actualizada que se ajuste al momento vital que estamos viviendo; si por el contrario estamos sobrepasados por las circunstancias que nos rodean, con ansiedad y estrés, muy probablemente habrá declaraciones y preguntas que nos parezcan incómodas”.
En este último caso, lo más probable es que, en lugar de responder de forma calmada, reaccionemos de forma o bien explosiva o, por el contrario, con un silencio de bloqueo, tal y como señala Yusti Atienza. “La razón a esta respuesta es que vendrá de un impulso más que de una respuesta voluntaria que quiera seguir la línea de mi discurso y mi coherencia interna”.
¿La presión familiar puede afectar a la fertilidad?
Cuando la pareja carece de una buena regulación emocional o cuando está muy afectada por el hecho de no lograr el ansiado embarazo, este tipo de preguntas puede sumar más angustia. “La sensación de presión por parte de la familia dependerá siempre de la interpretación que hagamos de lo que está pasando y los recursos y estrategias que pongamos en marcha”, comenta la psicóloga de Clínicas Eva.
“En situaciones en las que parece que hay una demanda externa para el cumplimiento de una norma o mandato familiar, cuando nos preocupamos más por el qué dirán o en dar respuesta a las necesidades de mis seres queridos, estamos olvidándonos de nosotros mismos, de nuestras necesidades o prioridades en la vida”.
La familia debería ser refugio para todo individuo, el punto al que acudir ante cualquier necesidad porque está formada por personas se quieren y se aceptan entre sí de manera incondicional “y a las que no debo dar explicaciones porque entienden mis razones y, si no las entienden, las respetan”, añade María Aranzazu Yusti.
“En este momento en que muchos miramos hacia afuera para encontrar respuestas para nuestra existencia, sería bueno poder hacer un ejercicio de reflexión e introspección para revisar nuestras vidas y cultivar aquello que da respuesta a nuestro proyecto vital, rodeándonos de todo aquello que nos genere bienestar, paz y tranquilidad”.
La realidad es que el hecho de tener o no descendencia no siempre responde a un deseo; sabemos que hay parejas que pueden estar meses o incluso, años buscando el embarazo sin conseguirlo. Muchas de estas parejas deciden someterse a tratamientos de fertilidad y, cuando lo hacen, cuando acuden a una clínica para iniciar el proceso, suelen hacerlo ya agotadas emocionalmente. Para evitar la presión familiar, ¿sería adecuado informar a todos los miembros de la familia que hemos iniciado un tratamiento para lograr el embarazo?
Se lo hemos preguntado a la psicóloga, quien nos propone, de nuevo, un ejercicio de reflexión: “planteáos preguntas poderosas para poder dar respuesta a este tipo de cuestiones: ¿tendría sentido para ti hablar de tu inicio de búsqueda de embarazo en estos momentos? ¿Para qué puedes hacerlo? ¿Cambiaría tu respuesta si esa búsqueda no tuviera que ser mediante un tratamiento de fertilidad? ¿Soy consciente de que aunque deseo mucho algo no siempre lo obtengo en tiempo y forma?”.
Llegados a este punto, Yusti subraya que el que te sometas a un tratamiento de fertilidad no es sinónimo de un embarazo rápido; “es un proceso y por eso tienes que procurarte paciencia, serenidad, regulación, apoyos, confianza y un largo etcéra de recursos que te ayuden en el camino”.