Los niños viven las Navidades con poderosa ilusión. Esperan con nerviosismo la llegada de Papá Noel y de los Reyes Magos y viven con alegría los planes extraordinarios propios de estas fechas. A veces, sin embargo, se quedan en lo puramente material; es decir, en los regalos que reciben y en lo llamativo de la decoración y el alumbrado navideño, sin detenerse a pensar qué es lo que hay detrás de toda esa magia e ilusión colectiva.
Es importante ayudarles a entender el significado de la Navidad y procurar despertar en ellos el espíritu navideño. Esto permitirá a los niños (tanto de familias religiosas como de aquellas que no lo son) a “centrarse en valores y experiencias significativas”, según afirma Paloma Rey, psicóloga y colaboradora de Doctoralia.
“No es imprescindible el enfoque religioso para entender el espíritu navideño”, señala Rey. “La Navidad es una fiesta cargada de simbología y valores que podemos aportar independientemente de nuestras creencias”. Entre estos valores, la psicóloga destaca la generosidad, el amor, la solidaridad, la gratitud y la unión familiar, que tan presentes están en muchos hogares durante estas fechas.
“Además, cada familia puede crear y fomentar sus propias tradiciones, ligadas a su identidad y valores, conectados o no con la religión”, añade. “En definitiva, aunque son fiestas de origen religioso, cada familia puede adaptarla a sus creencias y estilo de vida, compartiendo elementos clave como los valores mencionados anteriormente. ”.
¿Cómo despertar el espíritu navideño en los niños?
Teniendo en cuenta que la Navidad es una magnífica oportunidad para ayudarles a entender y a asimilar valores fundamentales, despertar el espíritu navideño en ellos será el mejor regalos que le podamos hacer estos días y ayudarles así a conseguir que los niños disfruten de la Navidad sin centrarse en el materialismo. Para ello, Paloma Rey da algunos consejos:
- Explicarles el significado de estas fiestas: “compartir con ellos la historia que hay detrás de la navidad según creencias y tradiciones, e incorporar valores como la generosidad, el amor, la gratitud y la unión familiar”.
- Fomentar las tradiciones familiares: actividades como decorar el árbol, leer cuentos navideños, cantar villancicos o ver películas temáticas refuerzan la magia de la Navidad. “Además, involucrar a los niños en estas actividades fomenta su motivación, mejora la comunicación y crea recuerdos duraderos alejados del consumismo”.
- Dedicar tiempo de calidad en familia: “en estas fiestas existen múltiples actividades que pueden ayudar a compartir más tiempo en familia y, por tanto, a dar el mayor regalo posible: nuestra atención y tiempo de calidad”. Basta con dar paseos para ver las luces navideñas, ir a mercaditos navideños y cabalgatas o preparar la carta a los reyes magos; son algunos ejemplos de actividades que podemos hacer con los más pequeños de la casa.
Tradiciones navideñas y niños
“Las tradiciones navideñas con niños representan una gran oportunidad para fortalecer los lazos familiares, crear recuerdos llenos de significado emocional y transmitir valores importantes”, indica la psicóloga. Pero… ¿cómo sería recomendable vivir estas tradiciones con nuestros hijos? Lo que recomienda la especialista al respecto es lo siguiente:
- Involucrarlos en actividades adaptadas a su edad, “donde se sientan parte del proceso (como, por ejemplo, montar el árbol), les permite valorar más la experiencia y sentirse una parte importante en la tradición”.
- Tanto si tenemos tradiciones familiares propias como si son tradiciones comunes, “explicarles el origen y su simbolismo les ayudará a conectar más con ellas”.
- Adaptar las tradiciones a los intereses del niño puede ayudar a que éstas sean más significativas para ellos. “Si, por ejemplo, al niño le gusta cantar, podemos darle más protagonismo a los villancicos. O, si le gusta hacer manualidades, podemos hacer una cada año e incluirla en la decoración”.
- Aunque las tradiciones son importantes, “no debemos olvidar lo importante que es la espontaneidad”, recalca Rey. “Dejar espacios dónde podamos improvisar planes y hacer partícipes a los niños, ayudará a que cada Navidad sea única y especial”.